"Todos esos momentos se perderán en el tiempo..."
Título: "Lágrimas en la Lluvia"
Autora: Rosa Montero.
Editorial: Seix Barral.
Año: 2011
Páginas: 477.
Género: Ciencia ficción/novela negra.
Frase promocional:"El futuro en tus manos."
Sinopsis:
Estados Unidos de la Tierra, Madrid, 2109. Aumenta el número de muertes de replicantes que enloquecen de repente. La detective Bruna Husky es contratada para descubrir qué hay detrás de esta ola de locura colectiva en un entorno social cada vez más inestable. Mientras, una mano anónima transforma el archivo central de documentación de la Tierra para modificar la Historia de la humanidad.
Agresiva, sola e inadaptada, la detective Bruna Husky se ve inmersa en una trama de alcance mundial, mientras se enfrenta a la constante sospecha de traición de quienes se declaran sus aliados, con la sola compañía de una serie de seres marginales capaces de conservar la razón y la ternura en medio del vértigo de la persecución.
Una novela de supervivencia, sobre la moral política y la ética individual, sobre el amor y la necesidad del otro, sobre la memoria y la identidad. Rosa Montero narra una búsqueda en un futuro imaginario, coherente y poderoso, y lo hace con pasión, acción vertiginosa y humor, herramienta esencial para comprender el mundo.
Puntuación: 4,5/5
"Bruna despertó sobresaltada y recordó que iba a morir.
Pero no ahora."
Hay novelas que apuestan fuerte desde la primera línea, desde el primer párrafo; la mayor dificultad, claro está, reside en ser capaz de mantener ese pulso narrativo más allá de la primera página, del primer capítulo. Para conseguirlo, muchos autores recurren al drama, a esos argumentos que buscan conmover hundiendo sus raíces en la tragedia, personal o universal; y, ya se sabe: muchas veces la lágrima es, en efecto, el recurso fácil, pues resulta mucho más sencillo, digan lo que digan, hacer llorar que hacer reir... especialmente si hablamos en términos de literatura, pues si en el cine a menudo uno ríe a carcajadas por empatía y se traga el nudo en la garganta por pudor, en la soledad de la lectura la lágrima fluye con mayor libertad de aquella con la que la carcajada escapa de la boca.
Hay autores, sin embargo, que buscan la trascendencia de su obra por medio de un lenguaje ampuloso y alambicado, como si el mero hecho de trufar sus páginas con un buen puñado de profundas reflexiones y figuras cuasipoéticas fuese la receta perfecta para lograr eso tan difícil: la pervivencia en el recuerdo de una historia redonda... por más que, precisamente, el recurso a lo puramente narrativo hace que algunos pierdan de vista tal objetivo, sacrificando el argumento a la narrativa, el fondo a la forma.
Y es que, precisamente, el problema está en que a menudo olvidan, unos y otros, que la verdadera clave del asunto está en la honestidad: honestidad del escritor consigo mismo tanto como con sus lectores. Lección ésta que tiene bien aprendida Rosa Montero, narradora excelsa donde las haya, que sabe, como dice en algún momento de este "Lágrimas en la Lluvia" uno de sus personajes, que la belleza es la única eternidad posible; y nada tan bello como el sincero reflejo del mundo cotidiano y sus problemas... pues por más que su novela nos traslade cien años en el tiempo, hacia el futuro, uno no siente la menor extrañeza hacia ese mundo tecnoavanzado poblado de criaturas inesperadas, que no deja de ser un trasunto de nuestra propia sociedad, fruto de nuestras decisiones presentes, en el que muchas cosas se mantienen inmutables: los pequeños dramas personales y cotidianos (la soledad, el miedo a la muerte, la lucha por la supervivencia o la percepción de la propia identidad), pero también los grandes problemas compartidos y universales (los extremismos, la xenofobía, las crisis políticas o económicas o los movimientos sociales).
"Lágrimas en la Lluvia" es una novela hermosa por honesta, que trasciende los géneros, por más que sea común etiquetarla como literatura de ciencia ficción, pues no se puede negar la evidencia que el propio título ya nos ofrece, homenaje indiscutible a "Blade Runner" y sus replicantes... si bien en esta historia lo mismo se les moteja como reps, que se les da el nombre políticamente más correcto de tecnohumanos. Y es así porque, dejando a un lado la mentada etiqueta, lo que Montero nos ofrece en realidad es una trama al más puro estilo de las historias clásicas de detectives; ésas en las que los protagonistas son tipos duros y amargados, héroes antihéroes marginales que se ganan la vida con el sudor de su frente y el elucubrar de sus neuronas.
Bruna Husky, nuestra heroína marginal, es una replicante de combate que trabaja como detective privado y cuya mayor obsesión es la muerte; algo que no resulta extraño si se tiene en cuenta que la esperanza de vida de los tecnohumanos es de diez años... Huraña, solitaria y sarcástica, nuestra protagonista resulta tan convincente en su papel de mujer dura, como humana (a pesar de) por sus traumas personales, su eterno cuestionamiento de su propia identidad y su constante debatirse entre los beneficios del aislamiento y las bondades de la compañía de otros seres sintientes, humanos o no; tan humana, en efecto, que si no fuera por esa permanente cuenta atrás hacia la muerte, uno olvidaría que Bruna es una replicante.
Una muerte que la rondará durante buena parte de esta novela de forma más real que metafísica, y más como una opción presente y perfectamente plausible que como el inevitable futurible que no deja de ser para nadie, conozcamos o no su fecha aproximada. Arranca, en efecto, la historia con mucha fuerza, y apenas un par de páginas son suficientes para que Montero nos lance de cabeza a la vorágine de la acción más pura que imaginarse pueda. ¿Por qué enloquecen los replicantes, mueren y matan? ¿Se trata de alguna suerte de conspiración para soliviantar a la opinión pública contra ellos o de una pura cuestión de azar y mala suerte, motivada por una partida de memas (memorias artificales a las que recurren los tecnohumanos para vivir otras vidas, atormentados por el hecho de que la propia no sea real) defectuosas?
Tomando como eje central de la historia este punto de partida, Rosa y Bruna se sumergen, y sumergen al lector, en una entretenidísima historia de detectives plagada de entrañables personajes marginales (inolvidables el bicho, Maio, el/la tatuador/a esencialista, Natvel o el tragón Bartolo) y sospechosos habituales, y donde las conspiraciones políticas no son lo que parece ni los motivos últimos tan evidentes como pudiera pensarse. Una historia que invita a la reflexión sobre lo grande y lo pequeño, sobre lo aparentemente banal y lo profundo y que, en última instancia, no deja de ser un canto a la vida ante la inevitabilidad de la muerte.
Rosa Montero y "Lágrimas en la Lluvia": lo autobiográfico
Oir decir a Rosa Montero que tal vez Bruna Husky sea su personaje más autobiográfico hasta la fecha, teniendo en cuenta la naturaleza en principio no del todo humana de la detective rep y el género en el que se encuadra esta novela (ciencia ficción) puede resultar acaso chocante en primera instancia. Naturalmente, todo tiene una explicación; e incluso si ésta no resulta ni sencilla ni agradable, lo cierto es que no puedo evitar pensar que, sin los giros desafortunados y terribles que a veces da la vida, tal vez esta historia habría sido muy diferente y, desde luego, no tan grande... a pesar de que la propia Montero es muy grande por sí misma como narradora: lo era, lo sigue siendo y lo será.
Las claves de la transformación se pueden encontrar fácilmente en la genial entrevista que Luis Sánchez-Mellado le hizo a la escritora para "El País" con motivo del lanzamiento de "Lágrimas en la Lluvia", publicada el pasado 13 de marzo y de la que a continuación se recogen algunos extractos.
De hecho, la introducción en sí misma es toda una revelación para desinformados... como por cierto lo era yo hasta que me dio por buscar información sobre la autora y ésta, su novela:
"«A la memoria de Pablo Lizcano». La dedicatoria de Lágrimas en la lluvia (Seix Barral), la flamante novela de Rosa Montero, remite desde la primera página a la melancolía de la pérdida, pero también a la alegría de vivir. Al esplendor y la finitud de la vida. Lizcano, periodista y escritor como ella y su pareja de las dos últimas décadas, enfermó de repente y murió meses después en mayo de 2009. Su foto, un sonriente retrato en blanco y negro, es una más de las muchas que comparten baldas con los libros en este luminoso salón colonizado por mascotas vivas y de adorno. Noventa casas además de esta vio Montero antes de decidirse a cerrar su chalé familiar de las afueras y mudarse con sus perras Bruna y Carlota a este piso de Madrid cuatro plantas por encima del Parque del Retiro, cuyos árboles casi se cuelan por los balcones. Nueva casa, nueva década, nueva vida..."
Por cierto, que su perra Bruna no es una husky, por más que comparta nombre con nuestra protagonista; sin duda, no se trata de una casualidad, sino de una suerte de homenaje... aún uno más.
Sigue hablando la escritora sobre el porque este "Lágrimas en la Lluvia" puede considerarse como la más personal de sus obras; de cómo lo era en origen, antes de la enfermedad de su pareja, y de cómo lo es aún más en su forma final.
"Creo que la narrativa es un fenómeno de madurez. Necesitas una distancia para ver tus emociones y analizarlas con la frialdad con que un entomólogo analiza a un coleóptero. Hasta entonces las novelas no funcionan. Esta es una anomalía en mi obra. Cuando acabé la anterior novela pensé que para la siguiente iba a tener unos 60 años, que es una edad que da un vértigo que te mueres. Hay quien se jubila. Hay quien se compra una casa en Torrevieja. Y dije, yo me voy a hacer un mundo mío para mi placer. (...) Voy a crear un mundo a mi medida a ver si consigo escribirlo con el placer y la libertad de antes de publicar. Como siempre me gustó la ciencia-ficción y la novela negra, decidí escribir una novela negra de ciencia-ficción que, además, me permitiera volver a ese mundo en otras novelas. Como quien baja a Torrevieja. Empecé a escribir lo que tenía que ser un libro feliz, un juego. Pero somos hijos del azar. Mi pareja se puso enferma de repente y se murió en 10 meses. En mi vida he hecho una cosa así, que fuera tan irreconciliable lo que vivía con mi proyecto literario. Pero lo terminé."
Aunque, desde luego, el momento personal por el que pasaba la autora sin duda ha trascendido su vida y se manifiesta en las páginas de su novela que, sin embargo, no deja de ser una historia cargada de esperanza en el futuro, a pesar de los pesares; incluso si ese futuro se materializa en una sociedad en la que hasta el aire puro y respirable se convierte en bien de lujo... aunque también ahí se nos ofrece un happy end relativo, todo sea dicho. Y, respecto a la posibilidad de que Montero retome ambientación y personajes, ciertamente es una opción que a cualquier lector de esta novela se le antojará tan plausible como deseable, pues Bruna Husky es uno de esos personajes cargados de fuerza y entrañables del que a uno le gustaría saber más, mucho más.
Sigue hablando Rosa sobre sus dificultades en la escritura de la novela y su identificación con la simpar Bruna:
"La verdad es que pensé tirarla muchas veces, estaba superdesesperada, me perdí. No lo tiré por Bruna, mi protagonista. Me siento más cerca de Bruna que de ninguno de mis personajes. Ella es una androide muy fuerte y muy burra, mucho más que yo. Es muy salvaje y muy distinta a mí, pero tan parecida. Una replicante desesperada porque solo vive 10 años. Esa desesperación por la muerte la tengo desde niña. (...) yo creo que la mayoría de los novelistas no podemos olvidarnos de la muerte y tenemos una conciencia crítica del paso del tiempo. Me acuerdo de mí misma diciendo, mira Rosita, qué precioso cielo, tienes 12 años y no los tendrás más. He tenido toda la vida esa sensación del viento soplando en mis orejas. Pero no es malo, porque también te da una percepción intensa de la vida. ¿Recuerdas lo que decía Lennon: la vida es lo que te pasa mientras te ocupas de otras cosas? Pues yo no. (...) la vida es breve y hermosa. Esa conciencia de la muerte me ha hecho sentir la vida como una droga que te arde en las venas, y eso es maravilloso. He sentido y siento esos raptos de emoción absoluta por el fuego de la vida y la belleza del mundo, pero siempre con la muerte detrás."
Y, ¿recordabáis lo que decía al principio de esta reseña sobre que es más fácil hacer llorar que hacer reir y que lo dramático es, precisamente, el recurso fácil? Algo parecido dice también Rosa Montero, aunque, por supuesto, ella lo expresa mucho mejor:
"La melancolía es muy creativa, es la percepción de la belleza con la conciencia de que se acaba. Y eso le da un brillo imposible de igualar. La melancolía te permite una mirada muy lúcida y articulada. La alegría también sirve para crear, pero la tristeza no. Eso de que sufriendo se escribe mejor forma parte del tópico de la bohemia, como que hay que ser alcohólico para crear. Eso de que en el sufrimiento eres creativo es mentira. El sufrimiento destroza. Paraliza."
Lo dicho: una entrevista genial, en la que la escritora sigue revelando sus interesantes puntos de vista sobre asuntos de lo más diversos, tales como la influencia de las redes sociales y las nuevas tecnologías o la capacidad del ser humano para reiventarse. Para interesados, aquí os dejo el enlace.
El futuro de Bruna y Rosa: algunas claves
He leido en alguna parte que Rosa Montero había dicho que las malas historias de ciencia ficción lo eran, a menudo, porque sus autores se empeñaban en crear mundos extraños sin ninguna base real. Hasta cierto punto, estoy de acuerdo; pero, al mismo tiempo, en cierta forma disiento. Y es que, ciertamente, hay grandes autores del género capaces de crear universos futuristas totalmente ajenos al nuestro, y por lo mismo completamente extraños, cuya grandeza reside precisamente en su habilidad para sumergir al lector en esa rareza y convertirla de tal modo en algo por completo creible, para lo cual sin duda es clave recurrir a otros aspectos comunes a cualquier forma de vida, como pueden ser los omnipresentes sentimientos.
Sin embargo, es cierto que al lector le resulta mucho más sencillo entrar en la dinámica de cualquier universo futuro si éste se asienta sobre una serie de costumbres o principios fácilmente identificables con los propios; si lo desconocido se asienta sobre una cierta base de realidad que permita aceptar la novedad como una posibilidad plausible del presente. Es precisamente ahí donde radica una de las mayores virtudes del mundo creado por Rosa Montero en este "Lágrimas en la Lluvia": en su cohesión, coherencia y credibilidad, que sin duda hunde sus raíces en el uso de lugares perfectamente conocidos (por ejemplo, la alusión a Nuevos Ministerios en este Madrid de 2109), tanto como en la construcción precisa de unos antecedentes históricos con reminiscencias del pasado (nuestro presente) que explican a la perfección el presente (el futuro de Bruna).
Así, los artículos y entradas en el archivo central de documentación de la Tierra, que se intercalan hábilmente entre los capítulos dedicados a la trama central de la novela, las aventuras de Bruna y su investigación, cumplen satisfactoriamente con la función de ofrecer un marco temporal e histórico para los lectores, sin necesidad de interrumpir el hilo narrativo, por lo demás siempre vivo y ágil, con innecesarias digresiones informativas por parte de los protagonistas. Pero, por supuesto, y siendo como es Montero una hábil narradora que no cae en el recurso fácil, cumplen al mismo tiempo un propósito vital para el argumento, pues acaban por convertirse en un elemento más para poner de manifiesto los planes conspiratorios para subvertir la opinión pública, ya sea en contra de unos o a favor de otros.
Dicho todo lo cual, y sin ser mi intención tampoco el ser exhaustiva, pues al fin y al cabo parte del placer de esta lectura reside también en la oportunidad de descubrir los detalles de estos Estados Unidos de la Tierra (EUT) del futuro, es hora de desvelar algunas de las claves que permiten entender mejor qué es "Lágrimas en la Lluvia".
- Los replicantes. Crados a partir de células madre y madurados en laboratorio de manera acelerada y prácticamente idéntica al ser humano, surgen en 2053, con el nombre de Homolab, para su uso en explotaciones mineras del espacio exterior o la Tierra y granjas marinas abisales. En 2057 ya había cuatro líneas de androides: de combate, cálculo, minería y placer, si bien éstos últimos se prohibieron apenas unos años más tarde. Por aquel entonces, eran trabajadores esclavos carentes de derechos, hasta que en 2060 un incidente en que se enviaron replicantes de combate para reprimir una revuelta de androides mineros dio lugar a la rebelión contra los humanos y la guerra rep, que se acabaría resolviendo con el llamado Pacto de la Luna de 2062. A partir de ese momento, los tecnohumanos empiezan a ganar progresivamente derechos, hasta ser igualados a los de los humanos en la Constitución de 2098.
Actualmente (2109) las cadenas de producción de androides (plantas de gestación) son dirigidas al 50% por tecnos y humanos. Un androide tarda catorce meses en nacer, pero cuando lo hace tiene una edad física y psíquica de veinticinco años. Pese a los avances técnicos, sólo se ha conseguido que vivan una década: más o menos en torno a los 10/35 la división celular de sus tejidos se acelera de forma dramática y sufre una especie de proceso cancerígeno masivo (conocido como TTT, Tumor Total Tecno) para el que no existe cura y que provoca su muerte en semanas.
Un comité paritario decide cuántos androides y de qué tipo se crean al año. Puesto que su gestación es muy costosa, se ha acordado que todo tecnohumano servirá a la empresa que le fabricó durante un período máximo de dos años y en un empleo conforme a su especialidad. A partir de entonces será licenciado con una moderada cantidad de dinero (paga de asentamiento) para ayudarle a empezar su propia vida.
Por último, a todo androide se le implanta una memoria (compuesta por 500 recuerdos o escenas) con suficiente apoyo documental real (fotos, grabaciones, juguetes de su infancia, etc.), ya que diversas investigaciones han demostrado que su convivencia e integración social con los humanos es mucho mejor si tienen un pasado, a la par que tal medida aumenta su propia estabilidad emocional. Las memorias son únicas y diferentes, pero todas poseen una escena más o menos semejante de la famosa Escena de la Revelación, o baile de los fantasmas: un recuerdo implantado, supuestamente sucedido en torno a los catorce años, en el que los padres del androide le comunican que es un tecnohumano. La Ley prohibe y persigue cualquier manipulación posterior de memorias, así como su tráfico ilegal.
- Teletransporte (TP). El viejo sueño de los humanos dio un paso de gigante hacia la realidad en 2067, con el descubrimiento de las propiedades de potenciación lumínica del astato, un elemento extremadamente raro en la Tierra pero abundante en las minas de Titán. En 2073, con la ayuda de la luz densa, capaz de acarrear cien mil veces más información y de manera cien mil veces más estable que la luz láser, la profesora Darling Oumou Koité fue teleportada desde Mali al satélite saturnal Encelado.
A partir de entonces se desató entre los países de la Tierra un auténtico furor de exploración y conquista del Universo: la Fiebre del Cosmos, que sería una de las principales causas de las Gueras Robóticas, que arrasaron la Tierra desde 2079 a 2090. El teletransporte siempre tuvo elevados costes económicos, pero además resultó ser un proceso atómicamente imperfecto que puede tener graves efectos secundarios. Es una consecuencia del principio de incertidumbre de Heisenberg, según el cual una parte de la realidad no se puede medir y está sujeta a cambios infinitesimales pero esenciales. Lo que significa que todo organismo teleportado experimenta alguna alteración microscópica. Por lo general, estas mutaciones son mínimas, subatómicas e inapreciables; pero un significativo número de veces los cambios son importantes y peligrosos: un pulmón defectuoso, manos sin dedos, cráneos carentes de cerebro... Este efecto destructivo es demonimano defecto TP, aunque a los individuos aquejados del mismo se les conoce coloquialmente como mutantes. Por esta razón, se prohibe el teletransporte más de seis veces a lo largo de su existencia a cualquier ser vivo (humano, tecnohumano, Otros o animales).
- Otros (ETS). El primer encuentro documentado con extraterrestres tuvo lugar en el lejano planeta Potosí en 2090, cuando una nave alienígena aterrizó en el sector chino de la colonia minera allí establecida. Eran exploradores gnés, un pueblo procedente del cercano planeta Gnío. Su navío era muy rápido y técnicamente avanzado, si bien se desplazaban de forma convencional y viajaban a velocidades muy inferiores a las de la luz. Gracias a una técnica de comunicación ultrasónica, los gnés habían contactado con otras dos remotas civilizaciones extraterrestres: los omaás y los balabíes.
La teleportación permitió el intercambio político y cultural entre los cuatro mundos, así como el encuentro físico entre sus habitantes. Pronto quedó claro que las cuatro especies no competían entre sí y que no podían constituir un peligro las unas para las otras, pues las distancias entre mundos eran demasiado vastas y la teletransportación igualmente dañina para todos. Aún así, en la Tierra no es muy habitual ver a un alienígena en persona, pues hay menos de veinte mil en todo el planeta, un número ínfimo frente a los cuatro mil millones de terrícolas.
- Tierras Flotantes (colonias). Son dos: el Estado Democrático del Cosmos y el Reino de Labari. Dos gigantescas estructuras artificiales que mantienen órbitas fijas respecto a la Tierra y son verdaderos mundos dotados de plena autonomía, con entre quinientos y seiscientos millones de habitantes cada una de ellas; todos ellos humanos, puesto que en ambos lugares se prohibe la residencia a tecnos y alienígenas.
El Reino de Labari recibe su nombre del fundador de la Iglesia del Único Credo, el argentino Heriberto Labari, que tras recibir un mensaje divino se dedicó a predicar el Culto Labárico que, según él, era la religión original y primigenia, traída a la Tierra por los extraterrestres en tiempos remotos y luego deformada y fragmentada, por ignorancia y codicia, en las diversas creencias del planeta. El Culto ofrece una mezcla sincrética de las religiones más conocidas, ingredientes de los juegos de rol y de fantasía, con la evocación de un mundo medievalizante, jerárquico, sexista, esclavista y muy ritualizado.
Poco antes de morir, Labari había empezado a hablar de la construcción de un mundo estratosférico en el que crear una sociedad perfecta. Labari tiene la forma de un grueso anillo o un enorme neumático, y según parece fue generado por unas bacterias semiartificiales capaces de autorreproducirse en el espacio a velocidad vertiginosa, formando una materia sermiorgánica porosa, ligera, indeformable y prácticamente indestructible. Los habitantes del Reino viven dentro de las paredes del anillo; en el hueco interior, un inmenso reservorio de agua y algas liberadoras de hidrógeno proporciona la energía necesaria.
En cuanto al Estado Democrático del Cosmos, éste es producto de una ideología. En 2062, Amaia Elescanova era presidenta de Rusia y fundadora y líder del partido Regeneración. Sostenía que todos los males del mundo eran el resultado del abandono de las utopías y de haberse rendido a los abusos del capitalismo, reivindicando la creación de un frente común revolucionario, distinto al marximo o el comunismo, que acabase con las desigualdades. El aristopopulismo (una sociedad gobernada por los más aptos y sabios, pero reforzada por los adelantos científicos) se hizo pronto muy popular, sobre todo a raíz del cobro del aire puro, dando lugar al MIA (Movimiento Internacional Aristopopular).
Todo apunta a que las Tierra no les parecía, sin embargo, un lugar con demasiado futuro, por lo que decidieron crear su propia plataforma extraterrestre, planteándose una especie de feroz competición con los únicos para ver quién finalizaba antes su proyecto. Por cierto: ganó el MIA. Aunque se desconocen los detalles y planos, Cosmos es una construcción técnicamente deslumbrante: una multitud de pirámides hechas con nanofibras de carbono se unen unas a otras hasta conformar una estructura megapiramidal. En cuanto a las fuentes de energía, parece ser que usan una tecnología secreta que permite sacar un alto rendimiento al viento solar.
- En cuestión de política, destacamos por su relevancia para la historia dos partidos: el Movimiento Radical Replicante (MRR) y el Partido Supremacista Humano (PSH)... y no es difícil deducir qué propugna o defiende cada uno de ellos, con semejantes siglas y nombres.
El homenaje: "Blade Runner"
Homenaje evidente desde el primer momento, pues pocas frases hay tan míticas en la historia del cine (bueno, en realidad hay muchas frases míticas en la historia del cine...) como el famoso parlamento que recita el replicante Roy Batty en "Blade Runner" mientras está muriendo: "Yo he visto cosas que no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orion. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhauser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir."
Por supuesto, de ahí viene el título de esta novela, que por sí mismo es suficiente para remitir al clásico del cine y de Philip K. Dick, si bien la lectura del argumento es, para posibles despistados, la prueba indiscutible de que en efecto Montero se inspira en tales referencias a la hora de crear su propio mundo futurista; por más que, como ya hemos dicho, el suyo es un universo rico en detalles y consistente por sí sólo, todo ello sin necesidad de remitir al clásico más allá de algunas referencias obvias. Y es que hasta Bruna ha visto la famosa película:
"Un día Yannis le había puesto a Bruna la vieja y mítica película del siglo XX. Se titulaba Blade runner. Era una obra extraña y bienintencionada hacia los reps, aunque le resultó algo irritante: los androides tenían poco que ver con la realidad y, por lo general, eran más bien estúpidos, esquemáticos, aniñados y violentos. Por no mencionar a una tecno rubia que daba volteretas como una muñeca articulada." (Pág. 240).
'Blade Runner' es una película de ciencia ficción estadounidense, dirigida por Ridley Scott, estrenada en 1982 y basada lejanamente en la novela de Philip K. Dick, de 1968, "¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?" . Todo un clásico de la ciencia ficción, y precursora del género cyberpunk, la acción transcurre en una versión distópica de la ciudad de Los Ángeles, durante el mes de noviembre de 2019 y entre sus grandes protagonistas se encuentran Harrison Ford, Rutger Hauer y Sean Young.
La película describe un futuro en el que seres fabricados a través de la ingeniería genética, a los que se denomina replicantes, son empleados en trabajos peligrosos y como esclavos en las colonias exteriores de la Tierra. Estos replicantes, fabricados por Tyrell Corporation para ser "más humanos que los humanos" (especialmente los modelos «Nexus-6») se asemejan físicamente a los humanos, aunque tienen una mayor agilidad y fuerza física, pero carecen de la misma respuesta emocional y de empatía.
Los replicantes fueron declarados ilegales en el planeta Tierra tras un sangriento motín. Un cuerpo especial de la policía (Blade Runners) se encarga de rastrear y matar (o "retirar", en términos de la propia película) a los replicantes fugitivos que se encuentran en la Tierra. Con un grupo de replicantes particularmente brutal y hábil suelto en Los Ángeles, un dubitativo Deckard es invocado desde su semirretiro para que use algo de "la vieja magia blade runner".
En principio, "Blade Runner" recibió críticas contradictorias de parte de la prensa especializada. Unos se mostraron confundidos y decepcionados de que no tuviese el ritmo narrativo que se esperaba de una película de acción, mientras otros apreciaban su complejidad temática. La película no obtuvo buenos resultados de taquilla en los cines norteamericanos, pero logró un gran éxito en el resto del mundo, y se convirtió en la favorita de los cinéfilos y el mundo académico, ganándose rápidamente el título de película de culto.
"Blade Runner" ha sido ampliamente aclamada como un clásico moderno por la ambientación lograda con sus efectos especiales y por adelantarse en plantear temas y preocupaciones fundamentales para el siglo XXI. Se la ha elogiado como una de las películas más influyentes de todos los tiempos, debido a su ambientación detallada y original, que sirve como un hito visual postmoderno con su descripción realista de un futuro en decadencia. También permitió poner a Philip K. Dick en la mira de Hollywood y desde entonces muchas películas se han inspirado en su obra literaria.
A pesar de tener el aspecto de una película de acción, "Blade Runner" contiene un número inusualmente amplio de niveles dramáticos. Como obra del género cyberpunk le debe mucho al cine negro, pues contiene y explora convenciones tales como la mujer fatal, la narración en primera persona a lo Raymond Chandler (narración que no se encuentra en versiones posteriores) y la cuestionable perspectiva moral del héroe. Es una de las películas de ciencia ficción mejor escritas que combina ambos géneros —pues abarca temas como la filosofía de la religión y las implicaciones éticas que conlleva el dominio de la ingeniería genética, dentro del contexto del drama clásico griego y sus nociones del hibris.
El mundo de "Blade Runner" representa un futuro cuya distancia ficticia de la actual realidad se ha reducido, puesto que la acción tiene lugar en el año 2019. La obra penetra en las implicaciones futuras de la tecnología en el ambiente y la sociedad, acercándose al pasado con el uso de la literatura, el simbolismo religioso, los temas dramáticos clásicos y el cine negro. Esta tensión entre pasado, presente y futuro es evidente en el futuro adaptado de "Blade Runner", donde la alta tecnología resplandece en determinados lugares, mientras que el resto es decadente y viejo.
En el filme se puede percibir un alto nivel de paranoia en: la manifestación visual del poder de las transnacionales, la policía omnipresente, las luces de las sondas; y en el poder sobre el individuo, representando particularmente por la programación genética de los replicantes. El control sobre el ambiente es observado a gran escala, pero también cuando los animales son creados como meros artículos. Este contexto opresivo clarifica porqué muchas personas se van a las colonias exteriores, un paralelismo con la migración al continente americano. Las predicciones populares de los años 80, donde Estados Unidos es sobrepasado económicamente por Japón, se reflejan en el dominio de la cultura y publicidad japonesa en la ciudad de Los Ángeles de 2019. También la película hace un uso intensivo de los ojos y las imágenes manipuladas, como llamadas de atención sobre la realidad y la capacidad de percibirla.
Todo esto proporciona una atmósfera de incertidumbre para el tema central de "Blade Runner": examinar lo humano. Para descubrir a los replicantes, se utiliza una prueba de empatía (Test Voight-Kampff), con preguntas centradas en el tratamiento a los animales; esto funciona como indicador esencial de la "humanidad" de alguien. Los replicantes son retratados como personajes apáticos, y mientras que los humanos muestran pasiones y preocupaciones por otros, la masa de la humanidad en las calles es fría e impersonal. La película va tan lejos como para llegar a poner en duda la naturaleza de Deckard y obligar a la audiencia a reevaluar qué significa ser humano.
Hoy en día, la película es todo un referente popular en otros medios: programas televisivos como "Futurama" se han referido muchísimas veces a "Blade Runner" y otros como "Stargate SG-1" han utilizado citas de la película. En la película de acción "El Sexto Día", un psicólogo virtual repite la frase que se utilizó durante la escena de la prueba Voight-Kampff a Leon. Es también notable que las primeras escenas de "Blade Runner" presenten un primerísimo plano de un ojo humano; unas tomas similares se ven posteriormente en las películas "Días Extraños" y "Minority Report".
El oscuro estilo cyberpunk de la película y el diseño futurista han servido como patrón e inspiración para sucesivas obras cinematográficas y programas televisivos, entre los que podemos mencionar a "Batman", "RoboCop", "Johnny Mnemonic", "El Quinto elemento" y "Matrix". También ha tenido gran influencia en el anime, siendo ejemplo de ello "Ghost in the Shell" o "Cowboy Bebop". Antes de comenzar a rodar "Batman Begins", el director Christopher Nolan realizó una exhibición privada de "Blade Runner" a su equipo de filmación y les dijo: "Así es como vamos a hacer Batman".
La película fue seleccionada para su conservación en el Registro nacional de películas de Estados Unidos en 1993 y es utilizada frecuentemente en conferencias universitarias. Sus frases y banda sonora le han convertido en la película más citada del siglo XX.
El guión original de Hampton Fancher, basado libremente en la novela de Philip K. Dick, se enfocaba más en los problemas del entorno y menos en las cuestiones de humanidad y fe, que era la parte central de la novela. Cuando Ridley Scott se unió a la película, deseaba realizar cambios al guión ya escrito, y finalmente, contrató a David Peoples para realizar los cambios después de que Fancher se negase. El título de la película también cambió varias veces durante el proceso de escritura del guión. Se llamaba "Dangerous Days" (Días peligrosos) en la última prueba de Fancher, pero se renombró "Blade Runner", título prestado (con permiso) de una novela de ciencia ficción de William S. Burroughs.
Como resultado de las diferencias del guión de Fancher con la novela, las numerosas reescrituras antes y durante el rodaje y que Ridley Scott no había leído completamente la obra de Dick, la película se apartaba perceptiblemente de su inspiración original. Los cambios han impulsado a muchos críticos y seguidores a considerar ambos como trabajos independientes; a pesar del hecho que la novela fuera reimpresa con el título de "Blade Runner" para ayudar a aumentar las ganancias.
Algunos de los temas en la novela se han reducido al mínimo o han sido eliminados completamente, incluyendo la fertilidad/esterilidad de la población, la religión, los medios de comunicación, la incertidumbre sobre si Deckard es humano, las mascotas reales y sintéticas, y las emociones.
Los productores de la película acordaron una proyección de algunos fragmentos rodados para Philip K. Dick poco antes de su muerte, a principios de 1982. A pesar del hecho de que la película difería significativamente de su libro y el bien conocido escepticismo de Dick sobre Hollywood, éste se entusiasmó bastante con la película. Dick predijo que: "["Blade Runner"] cambiará la manera de ver las películas".
Dicho lo cual...
Te gustará si te gusta... Lo suyo sería decir que "Blade Runner", aunque tal vez fuese más acertado decir "¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas?", por eso de que en la novela están presentes muchos temas, incluyendo cuestiones de sentimiento, que en la película se pasan por alto.
Sin embargo, elijo a Philip K. Dick como referencia. Lo cual, por otra parte, no deja de ser hasta cierto punto curioso, puesto que estoy lejos de ser gran conocedora de su obra; de hecho, creo que es más que posible que el título anteriormente mencionado (el que inspira tanto la mítica película como esta novela de Rosa Montero) sea lo único del escritor que me he leído. En todo caso, es lo único que recuerdo, así a bote pronto, como se suele decir...
Así pues, precisamos: te gustará si te gusta el imaginario y los mundos futuristas de Dick, tal y como se pueden ver en películas como "Blade Runner" (por supuesto), pero también en otros conocidos títulos como las magníficas "Desafío Total" y "Minority Report" o incluso en "Paycheck" (aunque admito que ésta no la he visto). El manejo de la información, la manipulación de la memoria, la corrupción política, e incluso las omnipresentes dosis de acción en todas ellas remiten, sin la menor sombra de duda, a la historia de Bruna Husky en este "Lágrimas en la Lluvia"; y es que, ya hablemos de las películas o de la novela de Montero, desde luego nos encontramos ante tramas que invitan a la reflexión tanto como divierten y que, en cualquier caso, tienen esa cualidad indefinible que las mantiene en la mente y el subconsciente del lector mucho tiempo después de su visionado o lectura, y ello sin duda por méritos propios más que sobrados.
Mis momentos favoritos
* Amanecer con un bicho. (Pág. 133).
* El tragón. (Pág. 172).
* Lágrimas compartidas. (Pág. 312).
Futuro o presente: verdades inmutables.
* "Yo no soy mi memoria. Que además sé que es falsa. Yo soy mis actos y mis días." (Pág. 91).
* "Comer junto a alguien cuando se tiene hambre predispone a la complicidad y la convivencia." (Pág. 141).
* "El miedo provoca hambre de autoritarismo en las personas." (Pág. 210).
* "Nuestra pena también es lo que somos." (Pág. 356).
* "La belleza es la única eternidad posible." (Pág. 464).
Ciencia ficción en español (y en España)
A pesar de que durante un tiempo fui lectora compulsiva de ciencia ficción (y que conste que no he dejado de serlo: simplemente ahora soy mucho más heterogénea en mis lecturas... a lo mejor porque ya no hay mucho donde elegir dentro del género en la biblioteca), lo cierto es que estoy muy, muy lejos de ser una experta en la materia. Al fin y al cabo, yo soy lectora por diversion, no por erudición (por mucho que algo quede siempre) y no me considero en posición de realizar profundas y sesudas reflexiones sobre la evolución o representatividad de un género o el estado del mismo dentro del contexto de la panorámica literaria actual (pues para realizar análisis oportunos no es suficiente con recurrir a la palabrería, como acabo de hacer).
Así pues, hablo como lectora, con mis puntos de vista personales y subjetivos, y no como ninguna clase de experta cuando digo que, en términos generales y a pesar de lo anteriormente expuesto, no soy especialmente aficionada a la ciencia ficción escrita por autores patrios. Por supuesto, hay grandes nombres que me vienen rápidamente a la mente cuando hablamos de tal tipo de literatura en nuestro país: Juan Miguel Aguilera, Rodolfo Martínez, Rafael Marín, Domingo Santos... y de casi todos he leído algo, aunque en algunos casos no se tratara más que de algún relato o novela corta, de ésas que los volúmenes recopilatorios de los Premios UPC, publicados por la línea editorial Nova de Ediciones B, ofrecen de forma tan atractiva a cualquier lector interesado, convirtiéndose así en el vehículo principal para dar a conocer a nuevos talentos y autores acaso no excesivamente conocidos, pues no por nada el género ha sido durante mucho tiempo, y en cierta forma, algo marginal en términos literarios.
Hay, no obstante, otros nombres a los que sí soy un poquito más aficionada, como puedan ser el caso de Javier Negrete o Elia Barceló, aunque tal vez yo misma me contradigo, puesto que si por algo destacan precisamente estos dos autores, en oposición quizá a algunos de los anteriores, es por su carácter polifacético como creadores, pues lo mismo se atreven con la fantasía que con lo sobrenatural, con lo histórico que con la narrativa contemporánea con tintes negros. Pero, ya puestos, será cosa de destacar algún título de CF de ambos...
* "La Mirada de las Furias" es la primera novela larga de Javier Negrete, publicada en 1997 y ganadora del premio Ignotus (el equivalente al conocido y prestigioso Hugo estadounidense) de ese año; premio que, por cierto, ya había ganado alguna vez el madrileño con sus relatos... del mismo modo que ha ganado el UPC o el Minotauro. "La Mirada de las Furias" es, a primera vista, una curiosa "novela de aventuras con personajes". Trata de las entretenidas peripecias de Éremos, una especie de James Bond espacial dotado del privilegio de la duda. Éremos, cuyo nombre significa en griego algo así como "desierto solitario", es un clon todopoderoso al servicio de una gran corporación, y la novela narra sus múltiples aventuras y desventuras en el desempeño de su misión. Esta trama que parece tan simple, no lo es en absoluto en manos de Javier Negrete, el más dotado estilista de la moderna ciencia ficción española y uno de sus más firmes representantes. La referencia del título a las míticas Furias incorpora, en una novela escrita por un profesor de griego, una implícita reflexión sobre la culpa. Por otra parte, el comentario sobre un texto de Tucídices en el primer capítulo del libro alude a la responsabilidad en el uso del poder. Dos aspectos que tal vez conviertan en atrevida frivolidad la anterior referencia a James Bond. En cualquier caso, esta novela demuestra que es posible proporcionar motivos de reflexión al tiempo que entretenimiento... lo que, a mí modo de ver, es una de las principales características de la buena ciencia ficción.
* También Elia Barceló ganó un premio Ignotus en 1991, por su cuento "La Estrella". Sin embargo, yo elijo hoy mencionar una de sus primeras novelas de ciencia ficción o, en todo caso y si la memoria no me falla, la primera que yo leí de esta gran autora: "Sagrada". En realidad, lo que se nos presenta (de nuevo en Nova) bajo tal título no es sino una recopilación de relatos de la autora, siendo esa "Sagrada" que da nombre al libro una buena muestra de uno de los más interesantes temas en la obra de Elia Barceló: la contraposición entre magia y ciencia, entre leyenda y tecnología. En "Sagrada", Nawami Fang Tai, la implacable y sofisticada asesina profesional al servicio de la Liga Intergaláctica, tiene por misión matar a la Intocable, la Madre Sagrada, el oráculo que responde a las preguntas secretas de los habitantes de un lejano planeta periférico. En su viaje hasta la Piedra de las Ofrendas, Fang Tai conocerá las leyes, costumbres y leyendas de las kenddhai por boca de su guía, el joven arquero Arven; se enfrentará a los poderes telepáticos de las mentes hillai y se encontrará con la joven Faissa que ha sentido en su mente la llamada de la anciana Intocable y acude para sustituirla.
* Afortunadamente, no sólo de viejas glorias y autores consolidados vive el género en nuestro país, y de ello, de dar a conocer nuevos valores, se encarga cumplidamente en más de una ocasión el popular Premio Minotauro de Ciencia Ficción. Premio que este año 2011 ha recaído en la novela "Ciudad sin Estrellas", de Montse de Paz (que, por cierto, aún la tengo en mi lista de lecturas pendientes, aunque reconozco que no es de mis prioritarias).
Ziénaga es un paraíso de cemento y neón, bajo un cielo invariablemente gris durante el día y anaranjado por la noche. Pero en los foros de los cazadores de antigüedades se habla de otro mundo fuera de los muros de la ciudad. Un mundo muy diferente al de las versiones oficiales, según las cuales un desierto inhóspito rodea las escasas zonas habitables del planeta. Sin embargo, las autoridades estatales se apresuran a sofocar estos rumores y los llamados "misticoides" son considerados rebeldes y castigados por el sistema. Un atardecer, a la hora entreluz, mientras se dirige con sus amigos al burdel de lujo más afamado de la metrópoli, Perseo Stone tomará una decisión. Y les confesará un plan insólito que hará tambalear su mundo. Montse de Paz, en la mejor tradición de la novela clásica de ciencia ficción, nos ofrece un relato sobre la pérdida de la inocencia y la búsqueda de la libertad.
* Premio Minotauro de Ciencia Ficción en 2010 fue, precisamente, "Crónicas del Multiverso" de Víctor Santos: una novela que se promociona como un regreso al auténtico espíritu de la ciencia ficción (sí, otra que tengo pendiente), en la que se combinan esos dos elementos que tan grandes resultados han dado en el género, la creación de mundos fantásticos, más allá de la imaginación, y de personajes cercanos, enfrentados a dilemas morales o a sentimientos universales con los que es imposible no identificarse.
La Variedad: una isla de soles rodeada por un inmenso vacío cósmico. Las quince especies inteligentes que habitan en ella están atrapadas, sin posibilidad de escapar aunque siguen tratando de desarrollar sus civilizaciones. Lina Kolbrand es una corsaria estelar, capitana de la nave Eurídice. En un audaz golpe de mano, roba una valiosísima mercancía a los urtianos, misteriosos seres inteligentes que funcionan como un ente colectivo y que son la especie más desarrollada de la Variedad. La desmesurada reacción de los urtianos parece anunciar una guerra total contra las restantes especies inteligentes. Pero los urtianos tienen un objetivo muy distinto. Antes que nadie, han comprendido que el universo que habitan está muriendo. Los soles se apagan y los límites de la Variedad se colapsan. Todo el cosmos parece desintegrarse. ¿Podrán los habitantes de la Variedad escapar a su prisión, al universo burbuja que los alberga? ¿Podrán salvar su cultura y sus logros intelectuales? ¿Y qué hay más allá de los límites de ese universo?
Otras obras de la autora
Hablando de escritoras prolíficas, aquí tenemos a Rosa Montero, tan activa en lo profesional (como periodista, se entiende) como en lo literario (como escritora, también una profesión, al fin y al cabo). Polifacética también, y en grado sumo: literatura juvenil y cuentos infantiles, relatos, ensayos, novela histórica, toques fantásticos o negros, historias de iniciación y hasta ciencia ficción. Y, ¡qué cosas!, todo lo hace bien esta mujer.
Así que daría para mucho eso de hablar de su obra; pero como yo prefiero hablar de aquello que conozco, por leído, antes que de lo que simplemente suena, por oído, lo suyo es hacer mención de esos dos o tres títulos de Rosa que me había llevado a los ojos antes de este "Lágrimas en la Lluvia"... que, todo sea dicho, me ha dejado con ciertas ganas de echarle mano a otras de sus novelas, como "Historia del Rey Transparente".
* "Temblor" es, sin la menor duda, lo primero que leí de esta autora, allá por mis trece años... ¡Cómo pasa el tiempo! Así pues, a nadie sorprendería, imagino, que dijese que, a estas alturas, ya no recuerdo demasiado sobre la historia o el argumento; pero, por extraño que parezca, tal cosa no sería del todo cierta, pues recuerdo muchas cosas de esta extraordinaria novela juvenil, a medio camino entre la ciencia ficción y la fantasía; incluyendo las maravillosas sensaciones asociadas a una historia especialmente impactante a esa edad por su carnalidad y feminismo. Agua Fría tiene doce años cuando es obligada a comenzar su aprendizaje para ser sacerdotisa del culto del Cristal. En un mundo desolado y en plena decadencia, deberá vivir su propia iniciación a la madurez, seguir su frágil intuición y transgredir la ley para iniciar un viaje desesperado en busca de su destino, que no es otro que sanar su mundo. Cada vez que alguien muere, sus recuerdos desaparecen con él y, con ellos, la realidad que alguna vez los sustentó. El mundo se desvanece en jirones de niebla, está cambiando, a pesar de lo que sostienen los poderosos sacerdotes del culto del Cristal. De enigma en enigma y de éste a un nuevo reto mortal, Agua Fría deberá conocer el origen de su civilización, para evitar que se extinga.
* Y, bueno, lo cierto es que la memoria sí que me falla para otras cosas, pues aunque hay tres títulos más de Rosa Montero que tengo el vago recuerdo de haber leído, lo cierto es que no estoy segura al respecto, así que elegiré uno de los tres, probablemente de los más conocidos y alabados por la crítica de la autora: "La Hija del Caníbal", Premio Primavera de Novela de 1997; una novela con aires de misterio, pero en la que también se plantean otros temas más metafísicos, por llamarlos de alguna forma, tales como el sentido de la propia existencia. Ramón y Lucía son una pareja que ya llevan diez años juntos, aunque como suele ocurrir en la mayoría de las relaciones de pareja cuando la monotonía y la costumbre se asienta en el día a día, están unidos más por la costumbre en sí que por el amor. Para tratar de llevar a buen puerto su relación, y que ésta no naufrague en el mar de la desilusión y de la desesperanza, deciden pasar el Fin de Año en Viena, lugar mágico donde los haya. Pero en el aeropuerto, justamente antes de que salga el vuelo, Ramón desaparece sin dejar rastro y de manera, al menos por momentos, totalmente inexplicable. Tras denunciar el caso a la policía, Lucía emprende por su cuenta la búsqueda, acompañada a su vez por Fortuna, un viejo anarquista de ochenta años, pistolero con Durruti y antiguo torero, y con Adrián, un turbador muchacho de apenas veintiún años.
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"Al levantarse, Bruna advirtió que había algo en el suelo, junto al banco. Lo movió con la punta del pie: se trataba de un letrero tridimensional sucio y desgarrado. «¡Arrepiéntete!-3 de febrero-Fin del Mundo», parpadeaban las letras, casi sin energía. Era una pancarta de los apocalípticos.
- Hoy es 3, ¿no?
- Sí.
Bruna miró alrededor. La espléndida mañana, el jardín tranquilo.
- Pues parece que tampoco hoy se acaba el mundo -dijo la rep.
- Se diría que no.
- Bueno. Es un alivio."
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Proximamente: "El Don (Los Libros de Pellinor 1), de Alison Croggon.