viernes, 17 de junio de 2011

2011-57: "Fugitivo" de Christopher Reich

Reich y el Reich


Título: "Fugitivo"

Título original: "The Runner"

Autor: Christopher Reich.

Editorial: La Factoría de Ideas.

Año: 2000 (2011 de la edición en español).

Páginas: 413.

Género: Thriller histórico (Alemania, 1945).


Frase promocional: "En tiempos de guerra, ¿son lícitas las malas acciones si con ellas se evita un daño mayor?"


Sinopsis:

"El misterio y el suspense marcan la pauta literaria del prolífico autor norteamericano Christopher Reich." -Diario de Ferrol.

"Una maravillosa novela de conspiración, traición en intriga política." -Nelson DeMille.

Julio de 1945. El fiscal federal de los Estados Unidos Devlin Judge llega a Alemania para formar parte del tribunal internacional que va a juzgar a los criminales de guerra nazis. Pero Judge tiene su propio objetivo: encontrar a Erich Siegfried Seyss, el hombre responsable de la muerte de su hermano. Seyss, antiguo oficial de las SS y velocista olímpico, acaba de huir de un campo de prisioneros de guerra dejando un rastro de cadáveres a su paso. A medida que avanza la persecución, Judge se da cuenta de que Erich Seyss no actúa por su cuenta. Es un hombre embarcado en una carrera para cumplir un último e inolvidable servicio a la patria. Y sigue las órdenes de la última persona de la que habría sospechado nadie.

Christopher Reich regresa al mundo del thriller internacional con una novela enérgica y muy bien documentada que transcurre ante el agitado telón de fondo de Alemania tras la segunda guerra mundial.


Puntuación: 3/5

Ya lo he dicho alguna vez antes, y seguramente más de una: el estado anímico influye en la percepción e impresión que una historia, tanto visual como literaria, produce en el lector/espectador... por lo menos, en mi caso. Si el humor o el estado de ánimo no acompañan, muy buena ha de ser la historia para que enganche del modo adecuado; o, al menos, para que sea capaz de mantener el interés, y el impulso a la lectura nazca del deseo de saber más antes que del de terminar con la novela en cuestión y pasar a otra cosa, mariposa. Y, todo sea dicho, con "Fugitivo" creo que la segunda opción ha sido la clara vencedora. Claro que tampoco esta teoría se puede aplicar a rajatabla, ni todo es cuestión de momentos personales, pues vaya por delante la constatación de un hecho: apenas cincuenta páginas de mi siguiente lectura han sido suficientes para echar la tesis por tierra, pues si la historia es buena o la narración lo suficientemente amena, el interés sin duda renace.

Tengo otra teoría que acaso sea aplicable en este caso (sí, vale: tengo muchas teorías): ésa que tiene que ver con lo que yo llamo el "síndrome de la lectura previa" y que, en realidad, funciona en dos sentidos, aunque cuando más deja sentir sus efectos es en esas ocasiones en las que el libro que has leído anteriormente te ha dejado muy buen sabor de boca y ha satisfecho tus expectativas y necesidades como lector... que, por cierto, no todos tenemos tampoco las mismas. Y es que, cuando colocas el listón muy alto, lo lógico es que cualquier cosa que no alcance tal altura te decepcione; del mismo modo que, a la inversa, cuando una historia te ha parecido mediocre o previsible, cualquier atisbo de originalidad o estilo es suficiente para mejorar tu humor como lector. Aunque también es posible que la cosa sea más sencilla que todo eso, y que lo que sucede es que el cuerpo me pide fantasía; o aventuras... por más que a "Fugitivo" la acción no le falte, eso está más que claro.

Ya que estamos en plan reflexivo y teórico, hay va aún otra posible hipótesis, en forma de pregunta lanzada al aire: ¿influye la edición en el mayor (o menor) disfrute de una historia? Sí, vale, se me ve venir, pues también es cosa sabida a estas alturas: "La Factoría de Ideas" no es, precisamente, mi editorial favorita. Aunque, lejos de lo que pueda pensarse, no estoy pensando en este momento en los habituales errores de corrección (o falta de la misma), tales como uso inadecuado de preposiciones e inconcordancias varias, o mal uso de la puntuación (que no, que no es lo mismo "como ya ha mencionado, el general Patton fue atleta olímpico", aunque es verdad que lo fue, que "como ya ha mencionado el general Patton, fue atleta olímpico", pues en realidad no hablan del general, sino de Seyss); más bien pienso en estos momentos en las tendencias acondroplásicas de la editorial en lo que a tipos (de letra) se refiere, que, si acaso, contribuyen a que la lectura se haga un poquito cuesta arriba cuando la historia no termina de acompañar... o el ánimo... ¡o lo que sea!

¡En fin! Muchas vueltas para decir que, aunque es posible que "Fugitivo" sea merecedora de una puntuación un poquito más elevada (de hecho, pensé en calificarla con un 3,5), existen motivos personales para que considere que un 3 es más que suficiente, pues tengo claro que no es ésta una historia que vaya a permanecer demasiado tiempo en mi memoria, problemas de alzheimer por saturación aparte. Pero ello no quiere decir, ni mucho menos, que la novela de Reich sea mala; al contrario, creo que está por encima de la media dentro de su género, pues combina a la perfección la acción del thriller con la cuidada ambientación de lo histórico, ofreciendo un fresco tan vívido como ilustrativo de una época, un país y una forma de vida.

Una vez más, viajamos a Alemania; la fecha es julio de 1945, momento en que el país se encuentra completamente sumido en el caos posterior a la Segunda Guerra Mundial, y su territorio se divide en sectores o áreas de influencia en función de la nacionalidad de los vencedores que ocupan su suelo y gestionan y administran sus recursos tras la derrota: los heróicos americanos, los flemáticos británicos, los reivindicados franceses (a los que los británicos cedieron parte de su territorio, por darles la satisfacción) y los ávidos soviéticos, siempre proclives a despertar todo tipo de suspicacias entre sus supuestos aliados. ¿Y qué hay de los alemanes? Colaboradores o colaboracionistas, criminales de guerra o sospechosos de serlo, simples soldados arrastrados por los acontecimientos o meros supervivientes... de todo hay en esta novela, en la que, efectivamente, la ambientación es uno de sus mayores logros.

Sin embargo, desde mi punto de vista la dicotomía de personajes es excesivamente tópica, y acaso por eso la historia suena hasta cierto punto a cosa ya vista o leida, como suelo decir en estos casos; incluso a pesar de que es evidente el esfuerzo de Reich por esbozar un perfil psicológico de sus protagonistas y darles, en consecuencia, mayor profundidad (sólo lo consigue a medias, a mi entender) y de la evidente complejidad y solidez de la trama, que combina a la perfección las referencias históricas con el ficticio elemento conspiratorio y político.

Una trama que, como creo haber mencionado ya, está repleta de acción, servida ésta por la interminable persecucion del 'León Blanco', Erich Seyss, por parte de nuestro héroe americano, el ex-policía convertido en abogado de la fiscalía, reconvertido a su vez en mayor del ejército americano, Judge. El típico juego del gato y el ratón, en el que no siempre está claro quién es quién y en el que, acaso para dar un toque romántico a la historia, no se duda en introducir la típica figura femenina que lo mismo puede complicar que facilitar las cosas; por más que todos sepamos que tal recurso no siempre es necesario para dotar de interés a una historia de este tipo, pues lo cierto es que mi opinión hacia Ingrid Bach no acaba de estar del todo definida, especialmente en lo que se refiere a su relevancia en el argumento. Por una parte, constituye un buen recurso para mostrar las formas de vida y la penuria propia de la Alemania de los vencidos, así como nueva fuente de antagonismo entre los dos grandes protagonistas de la historia, aunque en ese aspecto tal vez el personaje está un tanto desaprovechado; por otro, el final de la historia resulta totalmente previsible y resta algún punto al conjunto... Aunque al menos el epílogo adopta un tono inesperado que, ciertamente, se agradece.

¿Alguien se ha dado cuenta de lo mucho que repito las palabras tópico y típico? Supongo que, en última instancia, ese es mi problema fundamental con esta historia: el mismo perro, distinto collar... y una narración que en ocasiones se me ha antojado un poquito demasiado densa en lo narrativo, sino ya en lo argumental, aunque tampoco es que el hilo de la trama sea demasido difícil de seguir y desenmarañar.

Recapitulando: una buena propuesta para los amantes del thriller histórico y las teorías de la conspiración, especialmente para los que sientan cierta inclinación por los aspectos bélicos de la Historia y los efectos de una contienda tan destacada como la Segunda Guerra Mundial; una buena dosis de acción con personajes bastante previsibles... o, simplemente, un título más para la estantería, que ciertamente hubiera merecido más atención por mi parte si se hubiese centrado un poquito más en los aspectos sociales y en los personajes pequeños.


Figuras históricas: las menos conocidas.

Si bien no se le puede negar a Reich el esfuerzo investigador en lo que a referencias históricas se refiere, estando su "Fugitivo" trufado de menciones a personalidades históricas quizá no demasiado conocidas, pero ciertamente relevantes, así como a organizaciones y operaciones bélicas de toda índole, lo cierto es que uno no se puede fiar nunca del todo de estos escritores de ficción, demasiado proclives a dar forma a la Historia (con mayúscula) según su propia conveniencia.

Por lo mismo, no siempre resulta fácil distinguir entre lo que es realidad y lo que no lo es. ¿El Regimiento Brandemburgo, Canaris o la 'Operación Valkiria'? Verdad. ¿El propio Seyss y su leyenda como olímpico? Mentira, aunque sí que existió un atleta alemán de cierto renombre en aquellos míticos Juegos Olímpicos de 1936 que, en contra de lo que dice la leyenda popular, no fueron un momento de humillación para el régimen nazi porque algunos atletas negros consiguieron un gran número de medallas; y no fue así, en realidad, porque el país anfitrión logró recoger más medallas que los demás países y Hitler se mostró complacido con el resultado. Es más, el atleta alemán en cuestión, Luz Long, ganó una plata en salto de longitud, aunque es más recordado por haber aconsejado a su rival Jesse Owens, que acabaría logrando la medalla de oro gracias a su ayuda. En recompensa por su espíritu deportivo, se le concedió la medalla Pierre de Coubertin a título póstumo, pues murió en 1943, días después de luchar en la invasión aliada de Sicilia para el ejército nazi, en un hospital militar controlado por las fuerzas británicas.

- ¿Klaus Barbie, 'el Carnicero de Lyon'? Real como la vida misma. ¿El general Von Luck? Una auténcia mezcolanza, pues aunque existió un Coronel de gran renombre con tal patronímico, si bien el nombre de pila era Hans, y no Oliver, lo cierto es que la figura histórica ni fue el creador del Regimiento Brandemburgo, ni entrenador olímpico, ni me consta que en sus últimos tiempos fuese un claro opositor a Hitler, aunque no por ello deja de ser un elemento de lo más curioso e interesante, especialmente conocido por sus acciones en África al servicio de Rommell, 'el Zorro del Desierto'.

Allí, sus labores eran de reconocimiento y esto le confería cierta capacidad de maniobra e independencia. Von Luck llegó a un acuerdo con su homólogo británico, de tal forma que todos los días a las cinco de la tarde los combates cesaban. Un cuarto de hora después de esta hora, el comandante británico y el alemán hablaban por radio y hacían comentarios como: “Hoy hemos capturado al soldado XXX y está bien”. En una ocasión, von Luck se enteró que los británicos habían recibido un suministro de cigarrillos importante, que les daría para todo un mes de vicio. El alemán ofreció cambiar a un oficial capturado por un millón de cigarros. Los británicos dijeron que esa cifra era muy alta y que el cambio se haría por seiscientos mil cigarros. Von Luck aceptó esta oferta y el “preso intercambiado” protestó enérgicamente, porque consideraba que el rescate era “poca cosa”. De hecho, protestó y se negó en principio a ser cambiado. Por cierto, y para añadir más detalles curiosos a todo esto, resultó que el preso era el heredero del imperio Players, una compañía tabaquera inglesa que actualmente forma parte de Imperial Tobacco Group. Una noche comunicaron a von Luck que se había capturado un camión británico con comida. Esta acción había tenido lugar más allá de las cinco de la tarde. Von Luck se las apañó para hacer llegar a los británicos, de forma más o menos disimulada, dos camiones con provisiones. ¿Quién dijo que entre los nazis no había hombres de honor?

- Robert 'Justicia' Jackson, Fiscal General y Juez Asociado de la Corte Suprema de los Estados Unidos fue, en efecto, Fiscal Jefe durante el juicio principal dentro de los Procesos de Núremberg. Fue enviado por Roosevelt como representante de los Estados Unidos a la reunión entre las potencias aliadas que dio nacimiento a la Carta de Londres de 1945, hecha pública el 9 de agosto de aquel año, por la cual se instituía un Tribunal Penal Militar Internacional con el fin de castigar los crímenes del nazismo; tribunal del que forma parte nuestro gran protagonista en busca de venganza, Judge, al inicio de "Fugitivo", antes de renunciar a Göring y su papel en la Historia por Seyss y la satisfacción de esa venganza fraterna.

En efecto, Robert Jackson trabajó con gran vigor con el fin de demostrar y hacer castigar a la maquinaria de destrucción y muerte creada bajo el gobierno de Hitler, destacando entre sus acusados Hermann Göring, quien contendió intelectualmente contra sus argumentos en la fase inicial del proceso debilitando notablemente los razonamientos en su contra e hizo que Jackson (quien estuvo a punto de declararse incompetente) se replanteara en la forma de exponer las evidencias consolidando su posición. Su nueva forma de exponer argumentos y su inciativa de presentar testigos supervivientes de los campos de concentración, lo hizo famoso. Favoreció en cierto modo a Albert Speer (arquitecto predilecto y ministro de armamentos y guerra de Hitler, que no delató a los conspiradores de 'Valkiria' a pesar de conocer sus planes, puesto que se dice que éstos contactaron con él para ofrecerle un puesto en el nuevo gobierno), pese a que las pruebas acumuladas en su contra lo hacía candidato a la pena de muerte. Las innegables pruebas de los inconmensurables crímenes del fascismo quedaron de manifiesto en las sentencias dictada por el Tribunal.

Pese a su gran trabajo, no prosiguió su labor con posterioridad al gran jucio en las causas menos públicas, puesto que el presidente Roosevelt le había prometido off the record nominarlo como presidente de la Corte Suprema. Ante la muerte del presidente, su sucesor Harry S. Truman no lo favoreció en su decisión y nominó en su lugar a Fred M. Vison. Con posterioridad a esto, se embarcó en una muy publicitada y amarga polémica con su contrincante a la corte Hugo Black. Murió a los 62 años en Washington.


Figuras históricas más conocidas: Patton.

Sin duda una de las figuras más destacadas en toda la historia bélica de los Estados Unidos, protagonista incluso de míticas películas, resulta chocante pensar que la imagen que Christopher Reich ofrece del gran hombre pueda tener más de real de lo que uno se imagina, pues a menudo las referencias a la figura histórica se centran más en los grandes logros que en la controversia, en la fuerte personalidad del general antes que en las curiosas formas que ésta podía llegar a adoptar. Y es que, pese a que muchos han visto a Patton como a un guerrero puro y feroz, lo que le ganó el sobrenombre de general "Sangre y Agallas", la Historia nos ha dejado la imagen de un brillante pero solitario líder militar salpicado por insubordinaciones, transgresiones y periodos de cierta inestabilidad emocional.

Patton descendía de una larga tradición de militares que lucharon y a menudo murieron en muchos conflictos, incluyendo la Guerra de la Independencia y, en particular, el bando confederado de la Guerra Civil de los Estados Unidos. Era un niño inteligente, que estudiaba con gran intensidad literatura clásica e historia militar, pero al parecer sufría de un caso no diagnosticado de dislexia, cuyas consecuencias le persiguieron durante toda su escolarización. Tardó mucho en aprender a leer, y nunca aprendió a deletrear correctamente. A causa de estas dificultades, tardó cinco años en licenciarse en West Point, aunque consiguió convertirse en adjunto del Cuerpo de Cadetes. Durante su estancia allí, Patton renovó su trato con su amiga de la infancia Beatrice Ayer, hija de un próspero industrial textil, con la que se casaría poco después de graduarse.

Tras la graduación, Patton participó, en efecto, en las Olimpiadas de Estocolmo de 1912, representando a los Estados Unidos en el primer pentatlón moderno. Finalizó el evento en quinto puesto; iba líder hasta la competición de tiro, en la que pareció fallar su segundo disparo. Patton afirmó que la segunda bala había pasado por el agujero hecho por la primera.

En su dilatada carrera, que duró 36 años, y por lo mismo mejor no entrar en detalles, fue de los primeros en abogar por los carros blindados, comandando importantes unidades de ellos en el norte de África, en la invasión de Sicilia y en el escenario de operaciones europeas. Fue uno de los generales más temidos por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial.

Siempre controvertido por sus declaraciones (el hombre no tenía pelos en la lengua), tras la victoria en Europa, Patton se sintió decepcionado ante la negativa del ejército de darle otro mando de combate en el Pacífico. Descontento con su papel como gobernador militar de Baviera y deprimido por su convicción de que nunca volvería a participar en una guerra, su comportamiento se volvió cada vez más errático. De hecho, Carlo D'Este, en "Patton: Un Genio para la Guerra", afirma que “parece prácticamente inevitable… que Patton experimentara algún tipo de daño cerebral tras tantas heridas en la cabeza” por una vida llena de accidentes relacionados con caballos o vehículos, especialmente uno sufrido jugando al polo en 1936.

Sea cual fuera la causa, Patton volvió a encontrarse con problemas frente a sus superiores y a la población estadounidense cuando, hablando a un grupo de reporteros, comparó a los nazis con los perdedores de las elecciones estadounidenses. Fue relevado pronto del mando del III Ejército y transferido al XV Ejército, una unidad de oficina que preparaba una historia de la guerra.

Triste y planteándose abandonar el ejército, el general Patton asumió el mando del XV Ejército en octubre de 1945. Pero, poco después, el 9 de diciembre de 1945, y tal y como se recoge en "Fugitivo" (bueno, más o menos), sufrió gravísimas lesiones en un accidente de coche. Falleció el 21 de diciembre, siendo enterrado con honores en el cementerio de guerra estadounidense de Hamm, en Luxemburgo.

De fuerte personalidad, endurecida ésta sin duda por el rigor castrense, Patton era carismático, arriesgado, voluntarioso y valiente; su mayor enemigo fue su volatilidad y falta de tacto en las relaciones interpersonales. Igual que muchos otros miembros de su familia, a menudo afirmaba haber tenido visiones vívidas de sus ancestros. Creía firmemente en la reencarnación, y muchas pruebas anecdóticas indican que creía ser la reencarnación del general cartaginés Aníbal, de un legionario romano, de un comandante de campo de Napoleón y otras figuras militares históricas.

Durante la guerra Patton trataba de infundir en sus soldados el respeto de su figura por el temor y buscaba que le idolatraran de forma permanente. Odiaba al soldado cobarde y se mostraba muy complaciente con aquellos que se destacaban en acción. Además, odiaba las bromas y carecía del sentido del humor que destacaba a Eisenhower, por lo que cuando se arriesgaba a decir algo en tono jocoso o irónico, el efecto que conseguía era de antipatía. Patton exhibió en ciertas ocasiones rasgos racistas al desestimar la capacidad de combate de los soldados afroamericanos que tuvo bajo su mando, aunque estos demostraron en varias ocasiones su valía en combate.

Mientras visitaba hospitales en Italia y alababa a los soldados heridos, abofeteó y humilló verbalmente a los soldados Paul G. Bennet y Charles H. Kuhl, convencido de que estaban exhibiendo un comportamiento cobarde. Los soldados padecían diferentes formas de fatiga de combate, y no tenían heridas visibles (aunque posteriormente se descubrió que uno de ellos sufría de disentería). A causa de esta acción, Patton fue alejado de la opinión pública durante algún tiempo y se le ordenó secretamente que se disculpara ante los soldados. Irónicamente, muchos psiquiatras modernos que han examinado estos incidentes aseguran que el mismo Patton podría haber sufrido de fatiga de combate. No obstante, los soldados, a pesar de que lo detestaban por la estricta aplicación de la disciplina en la pulcritud personal, preferían estar bajo su mando que bajo otro, pues lo consideraban su mejor opción de salir vivos del escenario bélico.

Algunas de sus frases más conocidas, dan una buena idea de la verdadera personalidad y dimensión de este, a pesar de todo, gran hombre:

* "El valor es aguantar el miedo un minuto más."

* "El objetivo de la guerra no es morir por tu país, sino hacer que otro bastardo muera por el suyo."

* "El miedo mata a más personas que las guerras."

* "No mido el éxito de un hombre por lo alto que llega, sino por lo alto que rebota cuando toca fondo."


Principio y fin de la historia: Malmedy y Potsdam

Más lecciones de Historia, sí; pero es que resultan inevitables teniendo en cuenta que uno de los mayores logros de esta novela es, precisamente, la ambientación histórica. Y, por más que uno crea saberlo casi todo sobre determinados momentos o episodios de la misma (aunque sea simplemente de forma nominal), siempre hay nuevos capítulos a tener en cuenta: como la Masacre de Malmedy, por supuesto, aunque quizá no tanto en el caso de la Conferencia de Potsdam, mucho más conocida por su significancia a nivel universal, más que simplemente europeo. Dos acontecimientos históricos especialmente relevantes en este "Fugitivo" de Christopher Reich, pues mientras uno es el verdadero leit motiv de Judge, el otro es, en última instancia, el auténtico hilo conductor del argumento conspirativo de esta novela.

* La masacre de Malmedy describe el crimen de guerra llevado a cabo contra prisioneros norteamericanos desarmados, que fueron ejecutados por sus captores alemanes, la Kampfgruppe Peiper (parte de la 1ª División SS Panzer), una unidad de combate alemana participante en la 'Operación Watch on the Rhine' de la Ofensiva de las Ardenas de 1944, el 17 de diciembre de ese año. Esta atrocidad, así como otras cometidas por esta unidad en el mismo día y en los que siguieron, fue juzgada durante los Procesos de Dachau de 1946.

Dentro del marco de proyectos desarrollados por Hitler para la que sería conocida como la Batalla de las Ardenas, estaba el objetivo de abrir una brecha en las líneas aliadas. Esta misión le fue encomendada al 6º Ejército SS Panzer bajo las órdenes del General Josef Dietrich, dueño de una reputación que le definía como brutal y sin escrúpulos. Se esperaba que Dietrich penetraría por el frente aliado entre Monschau y Losheimergraben, cruzaría el río Mosa y posteriormente capturaría Amberes. La Kampfgruppe Peiper, formada por blindados y unidades motorizadas, era la punta de lanza del flanco izquierdo de este ejército. Una vez que la infantería rompió las líneas americanas, los mejores caminos fueron reservados para el grupo principal de la 1ra División Panzer SS Leibstandarte SS Adolf Hitler, mientras que a Joachim Peiper se le ordenó usar caminos secundarios, que resultaron ser inadecuados para vehículos blindados pesados como los tanques Tiger II King Tiger, unidos al Kampfgruppe.

El éxito de la operación dependía de la rápida captura de los puentes sobre el Mosa, lo que requería, a su vez, de un rápido avance por posiciones estadounidenses que habría que evitar siempre que fuese posible. Otro factor que Peiper tuvo que considerar fue la escasez de combustible, así como las órdenes dadas por Hitler sobre el modo de llevar a cabo la operación: la batalla debía realizarse con una fuerza implacable y con una brutalidad que sobrecogiese al enemigo, por lo que no habría tregua, no se harían prisioneros y no se mostraría compasión hacia los civiles belgas.

Desde el primer momento las operaciones alemanas en el frente del norte se vieron dificultadas por la tenaz resistencia de las tropas estadounidenses. Peiper había esperado ser capaz de abrir una brecha en la mañana del primer día de la ofensiva (16 de diciembre). Al amanecer del 17 de diciembre, después de movilizar al Kampfgruppen en la primera línea, sus ataques en dirección de Honsfeld tuvieron éxito y logró capturar la posición, donde luego sus tropas asesinarían a sangre fría a numerosos prisioneros de guerra estadounidenses. Después, Peiper se desvió de su ruta para tomar un pequeño almacén de gasolina en Büllingen, donde otra masacre de presos americanos sería ejecutada más tarde.

En este punto, Peiper estaba detrás de las líneas aliadas. Si hubiese avanzado de Büllingen hacia Elsenborn en el Norte podría haber atrapado dos divisiones estadounidenses completas (concretamente la y la 99ª divisiones de Infantería). Sin embargo decidió retomar su ruta asignada y capturar Ligneuville. Este movimiento era difícil debido a la naturaleza del terreno y al mal estado de los caminos. Finalmente, en la salida del pequeño pueblo de Thirimont la punta de lanza de la Wehrmacht no pudo tomar el camino directo en dirección de Ligneuville. Por esta razón Peiper se vio obligado a dar un rodeo que lo alejaba nuevamente de su ruta prevista, avanzando hacia la encrucijada de Baugnez que es equidistante entre Malmedy, Ligneuville y Waimes.

Entre el mediodía y las 13:00 pm la punta de lanza alemana se acercó a la bifurcación. Entretanto, un convoy estadounidense de alrededor de treinta vehículos, principalmente elementos del 285º Batallón de Observación de Artillería de Campaña (FAOB), cruzaba la encrucijada y se dirigia a Ligneuville con el fin de alcanzar Sankt Vith, donde se le había ordenado sumarse a la 7ª División Blindada, para reforzar la defensa de la ciudad.

La división de Peiper vio el convoy estadounidense y abrió fuego, obligando a detenerse a la columna al inmovilizar sus vehículos. Tras un corto combate, los estadounidenses, que para defenderse sólo contaban con rifles y otras armas cortas, se vieron obligados a rendirse. Tras esta escaramuza la columna alemana siguió su camino hacia Ligneuville y los presos estadounidenses fueron enviados a un campo de concentración a lo largo del camino, donde fueron sumados a otros prisioneros capturados previamente por las SS el mismo día. La mayoría de los testimonios más tarde recogidos de los supervivientes coinciden en que aproximadamente 120 hombres fueron juntados en el campo. Por motivos que todavía permanecen poco claros, los alemanes repentinamente abrieron fuego sobre sus prisioneros con ametralladoras. Algunos alemanes afirmaron más tarde que algunos presos habían intentado escaparse, otros alegaron que durante un descuido los presos se las habían ingeniado para recuperar las armas que previamente habían tenido que abandonar, y habían provocado a las tropas alemanas que seguían su camino en dirección de Ligneuville. Según ciertas fuentes, éste debería ser simplemente considerado como un incidente desafortunado debido a una secuencia de circunstancias que condujeron a los alemanes a abrir el fuego sin la intención deliberada de matar a sus presos. De los 88 cuerpos recuperados un mes más tarde, la mayoría presentaba heridas de bala en la cabeza, hecho más indicativo de una ejecución en masa que de una respuesta en defensa propia o de un intento de evitar una fuga. Al parecer no hay ningún registro de una orden dada por un oficial SS para ejecutar con un disparo a los presos. Sin embargo, algunos sobrevivientes declararon que ellos habían oído una orden dada para matar a todos los presos: ¡Macht alle kaputt!

Tan pronto como los alemanes abrieron fuego el pánico se apoderó de los estadounidenses. Aunque algunos trataron de huir, la gran mayoría murió a tiros en el mismo lugar. Algunos de los soldados escaparon e intentaron refugiarse en una cafetería localizada en el cruce de caminos. La respuesta de los soldados alemanes fue incendiar el edificio, y disparar a quienes intentaban huir de las llamas. Algunos de los prisioneros que estaban tendidos en el lugar de los ametrallamientos simplemente fingieron caer muertos cuando los disparos comenzaron. Sin embargo, las tropas de SS anduvieron entre los cuerpos para comprobar posibles señales de vida. A quienes fueron encontrados con vida les dispararon en la cabeza.

Mucho más tarde, unos supervivientes, aunque heridos o en estado de shock, salieron de sus escondrijos y retrocedieron a través de las líneas a Malmedy, ciudad defendida por tropas norteamericanas. Finalmente, 43 supervivientes lograron encontrar refugio en las líneas aliadas, algunos con la ayuda de civiles belgas. Los testimonios de los supervivientes fueron recopilados durante las horas siguientes a la masacre. Los relatos de todos los supervivientes eran similares y confirmaron cada uno el otro, aunque ellos no habían tenido la oportunidad de hablar de los acontecimientos y ponerse de acuerdo en una versión común.

Los primeros supervivientes fueron recogidos por una patrulla del 291 Batallón de Combate de Ingenieros alrededor de las 14.30 de la tarde el mismo día. El general inspector del Primer Ejército supo de los disparos tres o cuatro horas más tarde. Antes de última hora de la tarde del 17, los rumores de que el enemigo mataba a presos habían alcanzado las divisiones estadounidenses avanzada y en respuesta a la masacre, una unidad estadounidense publicó órdenes de que "Ninguna tropa SS o paracaidistas serán tomada prisionera, se les disparará directamente." Por esta orden emitida hay rumores de que las fuerzas americanas mataron a prisioneros alemanes en venganza, por ejemplo en "la masacre de Chenogne" el 1 de enero de 1945.

Debido a que la bifurcación de Baugnez fue tierra de nadie hasta la contraofensiva aliada, sólo el 14 de enero de 1945 las fuerzas estadounidenses fueron capaces de alcanzar el lugar de la masacre y realizar una investigación más minuciosa. Los cuerpos congelados, cubiertos de nieve de varias víctimas fueron fotografiados in situ y posteriormente retirados de la escena para su identificación formal y la realización de exámenes post mortem. Las autopsias fueron detalladas y rigurosas, con el objeto de emplear las pruebas reunidas como parte del procesamiento contra los culpables y revelaron que al menos veinte de los soldados asesinados habían sufrido heridas de bala mortales en la cabeza procedentes de disparos hechos desde muy corta distancia. Se trataba además de heridas hechas por armas automáticas. Otros veinte cuerpos presentaban heridas de bala de pequeño calibre en la cabeza sin rastro de quemaduras de pólvora. Otros diez tenían heridas traumáticas de aplastamiento o golpes mortales causadas por culatas de rifle. Otro hecho de importancia es que algunos cuerpos sólo presentaban una herida dentro del tímpano o detrás del oído.

En total, 72 cuerpos fueron encontrados en el campo el 14 y 15 de enero de 1945. Doce cuerpos más serían encontrados más lejos, entre el 7 de febrero y el 15 de abril de 1945. Además, la mayoría de los cuerpos fueron encontrados en una pequeña área, lo cual apunta a que las víctimas fueron reunidas antes de ser disparadas.

El tamaño de la masacre, que por lo visto es la única perpetrada a tal escala contra tropas americanas en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, causó un gran efecto psicológico sobre los combatientes americanos, así como un considerable impacto en Estados Unidos, a pesar de que el número de víctimas era literalmente bajo comparado a otras atrocidades perpetradas por los alemanes. Esto explica por qué los supuestos culpables fueron condenados en los Procesos de Dachau.

Es lo que sería conocido a partir de entonces por el nombre "del proceso de masacre de Malmedy", y que concernió de hecho todos los crímenes de guerra atribuidos a Kampfgruppe Peiper. El más implicado en dichos crímenes era el General Sepp Dietrich, comandante de 6º Ejército Panzer SS al cual pertenecía la unidad de Peiper. Más de 70 personas fueron juzgadas por el Tribunal y éste pronunció 43 penas de muerte, ninguna de las cuales fue realizada y 22 condenas de prisión de por vida. Ocho acusados fueron condenados a penas de prisión más cortas.

Sin embargo, después del veredicto, el modo en que el tribunal había funcionado fue cuestionado, primero en Alemania (por antiguos funcionarios nazis que habían recobrado un poco de poder debido a posiciones anticomunistas conjuntas con las fuerzas de ocupación), y más tarde en los Estados Unidos (por miembros del Congreso de áreas marcadamente germanas del medio oeste). El caso fue apelado a la Corte Suprema que era incapaz de tomar una decisión. Entonces el escrutinio provino de un subcomité del Senado de los Estados Unidos. Un senador joven de Wisconsin, Joseph McCarthy (quién se haría más tarde famoso como el fundador del mccarthismo), lo usó como una oportunidad de levantar su perfil político. Por lo tanto, declaró en defensa de los condenados que el Tribunal no les había dado un proceso justo, lo que llamó la atención sobre algunas irregularidades judiciales que habían ocurrido durante los interrogatorios que preceden al proceso mismo. Sin embargo, antes de que el Senado se interesara en este caso, la mayor parte de las penas de muerte habían sido conmutadas debido a una revisión del proceso realizado por el propio Ejército estadounidense. Las otras cadenas perpetuas fueron conmutadas a los pocos años. Todos los criminales de guerra condenados fueron liberados durante los años 50, siendo Peiper el último en abandonar la prisión, en diciembre de 1956.

La liberación de estos criminales de guerra ha sido citada por críticos de los procesos de la posguerra del personal militar japonés como un ejemplo del racismo que caracterizó la diferencia en el tratamiento. Los militares japoneses que eran acusados de asesinar presos, fueron condenados y ejecutados según la ley internacional y la costumbre, mientras que pocos de los alemanes culpables lo fueron.

Como veis, hay mucha tela que cortar en este asunto, y eso que ésta es la versión abreviada, llena de más lagunas de lo que pueda parecer a simple vista, y que sin duda varía mucho en función de quién cuente la historia: americanos, británicos o los propios alemanes.

* En cuanto a la famosa Conferencia de Potsdam, fue una reunión llevada a cabo en Potsdam, Alemania (cerca de Berlín) entre el 17 de julio y el 2 de agosto de 1945. Los participantes, la Unión Soviética, Reino Unido y Estados Unidos, los más poderosos de los aliados que derrotaron a las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial, se reunieron en el Palacio Cecilienhof. Los jefes de gobierno de estas tres naciones eran el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, Iósif Stalin, el primer ministro británico, Winston Churchill (posteriormente Clement Attlee, que le sucedió tras ganar las elecciones de 1945) y el presidente americano, Harry S. Truman.

Estos tres grandes hombres habían acordado decidir cómo administrarían Alemania, que se había rendido incondicionalmente nueve semanas antes, el 8 de mayo. Los objetivos de la conferencia también incluían el establecimiento de un orden de posguerra, asuntos relacionados con tratados de paz y el estudio de los efectos de la guerra. De hecho, los importantes acuerdos alcanzados en Postdam incluían, entre otros, los siguientes:

- Devolución de todos los territorios europeos anexionados por la Alemania nazi desde 1937 y separación de Austria.

- Objetivos durante la ocupación aliada de Alemania: desmilitarización, desnazificación, democratización y descuartelización.

- El acuerdo de Potsdam, que establecía la división de Alemania y Austria en cuatro zonas de ocupación (ya acordada en la conferencia de Yalta), y una división similar de Berlín y Viena.

- Persecución de los criminales de guerra nazis.

- El reasentamiento de «forma humana y ordenada» de las minorías alemanas de «Polonia, Hungría y Checoslovaquia» dentro de las nuevas fronteras establecidas para Alemania y Austria.

- Acuerdo para la reconstrucción. Los aliados estimaron sus pérdidas en 200 mil millones de dólares. Alemania fue obligada a pagar únicamente 20 mil millones en productos industriales y mano de obra. Sin embargo, la Guerra Fría evitó que se pagara esta deuda.

- Stalin inicialmente quería la ruptura de toda relación con el gobierno de Franco. Eventualmente se llegó al acuerdo que Estados Unidos, la URSS e Inglaterra se opusieron a la entrada de España en la Organización de Naciones Unidas. Esto llevaría más tarde a un mundo bipolar en la Guerra Fría, donde por primera vez el comunismo y el capitalismo se separaran de una forma física.

- Ultimátum a Japón que debía rendirse sin condiciones.


Escenas de acción

* FUBAR (fucked up beyond all recognition). (Pág. 235).

* "Sleepy Hollow". (Págs. 274-75).

* "Una bala". (Págs. 292 y ss.).


Una reflexión entre la acción

* "La historia no era más que una sucesión de agravios personales llevados a gran escala." (Pág. 28).


Te gustará si te gusta... "Valkiria" (o Valkyrie") de Bryan Singer, y con Tom Cruise en el papel protagonista del coronel Claus von Stauffenberg, un aristocrático oficial alemán que lideró el heroico intento de derrocar al régimen nazi y acabar con la guerra colocando una bomba en el bunker de Hitler en 1944. Gravemente herido en combate, el Coronel Claus von Stauffenberg vuelve de África para unirse a la resistencia alemana y ayuda a organizar la 'Operación Valkiria', el complejo plan para que un gobierno en la sombra reemplazara al de Hitler una vez que éste hubiera muerto. Pero el destino y las circunstancias conspiran para proyectar a Stauffenberg de uno de los muchos implicados en el complot a un papel central de doble filo. No sólo debe liderar el golpe y tomar el control del gobierno de su país... también debe matar al propio Hitler.

Así nos lo contaban en la película de 2008 (existen otras versiones en cine y televisión de esta historia), y así parecen apuntar todas las fuentes históricas a que ocurrió realmente, por más que algunos puntos aún no resulten del todo claros. Aunque para mí el paralelismo con "Fugitivo" no se encuentra únicamente en las similitudes generales de la temática, que tienen que ver más con antecedentes históricos y ambientación que con los hechos concretos (después de todo, la operación tuvo lugar en el 44, antes de terminar la guerra), sino con el tipo de historia que ambos ejemplos presentan e incluso con la forma de narrarla. Y es que con la película me pasó prácticamente lo mismo que con la novela: creo que el mérito está ahí en ambos casos, pero en conjunto ambas me han resultado un tanto decepcionantes, pues les falta algo que las convierta en grandes historias dignas de ser recordadas. Cuestión de impresiones, cuestión de sensaciones...

* Por otra parte, decía el San Francisco Examiner respecto a "Fugitivo": "Higgins y Ludlum, superadlo, Reich ha tomado vuestro género y lo ha convertido en arte. 'Fugitivo' es el juego del ratón y el gato escrito con una destreza fascinante."

Confieso que no sabía quien era Higgins (una no puede saberlo todo, evidentemente, que por más que sea lectora empedernida hay demasiados peces en el río literario), aunque mis consultas al amigo Google me hacen pensar que se trate de Jack Higgins, prolífico autor americano de thrillers y novelas de espionaje ambientadas normalmente en la Segunda Guerra Mundial, con grandes dosis de intriga y acción... de ahí el paralelismo, supongo, pero lo cierto es que no puedo utilizarlo realmente como referencia, puesto que nada he leido de este autor.

En cuanto a Ludlum (Robert, sin duda), lo único que conozco de su obra, y ello influida por la versión cinematográfica con Matt Damon, a qué negarlo, es "El Mito de Bourne"; pero tengo que decir que la comparación me parece más que valida, pues la sensación, en conjunto, es muy similar en ambos casos, en los que la lectura, bien cargadita de acción, entretiene... pero sin pasarse. Algo querrá decir el hecho de que no haya visto la necesidad de reincidir ni con el autor ni con el personaje; más o menos, lo que a día de hoy me planteo que pasará con Reich.

* En principio por una simple cuestión de homofonía, aunque los paralelismos van más allá del mero título, me viene a la cabeza también el famoso "El Fugitivo" de J.M. Dillard, que en realidad no es sino el pseudónimo de Jeanne Kalogridis; la novela que se inspiró en la mítica serie de televisión (más tarde película, con Harrison Ford) y que en realidad no pasa de ser una lectura amena, entretenida, pero sin mayor trascendencia. Después de todo, la serie es todo un clásico en sí misma y poco más se puede añadir...


Después de la guerra...

El poder de atracción de la guerra y sus consecuencias en términos de creación literaria (aunque no solamente de este tipo) es más que evidente, y se ha podido constatar a lo largo de la historia del cine y la literatura en repetidas ocasiones, tanto como en cualquiera de sus múltiples posibles formas. Del mismo modo, por otra parte, que pocas contiendas bélicas encierran tal capacidad de inspiración o son fuente de tanto interés como la Segunda Guerra Mundial, especialmente cuando se atiende a los aspectos que tienen más que ver con lo social, lo político o lo humano que con lo puramente bélico: después de todo, armas son armas, ya sean espadas, mosquetes, fusiles o metralletas... ¡o la bomba atómica!

Hay varios títulos relacionados con el tema que se me han venido a la cabeza, por asociación, a raíz de la lectura de este "Fugitivo" de Christopher Reich: ya sea porque en ellos tamién se introduce el elemento judicial o el de los campos de concentración (o ambos), ya sea porque por género o estilo narrativo no es difícil establecer el paralelismo.

* "La Guerra de Hart", de John Katzenbach (sí, también hay película, con Bruce Willis y Colin Farrell, aunque probablemente la novela es mejor, como suele suceder en estos casos), aúna precisamente esos dos elementos, pues en el fondo no se trata sino de una novela "de juicios" ambientada en un campo de concentración... aunque introduciendo un giro a lo "La Gran Evasión". La novela cuenta cómo William McNamara, un laureado coronel, es apresado por los alemanes y recluido en un campo de prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial. McNamara consigue mantener viva la moral de su tropa, pese a ser permanentemente vigilado, y espera, además, una oportunidad para atacar al enemigo. Precisamente, un asesinato le dará la ocasión de poner en marcha su arriesgado plan, con la ayuda de Tommy Hart.

Hart es un joven teniente veterano con miedo a los espacios cerrados, al que le faltan unas pocas asignaturas para acabar la carrera de derecho en Harvard y ha solicitado a la YMCA y a la Cruz Roja que le envíen unos manuales para ir estudiando. Mata el tiempo debatiendo con sus amigos Hugh Renaday y Phillip Pryce, abogados canadiense y británico respectivamente. Pero la vida del campo se verá alterada cuando dé con sus huesos en el campo Lyndford Scott, un aviador negro, el único de su raza en todo el campo, lo que da lugar a una violenta xenofobia y a un enfrentamiento con Vic Trader, el hombre que consigue cosas del campo, un sureño que odia a los negros. Éste un día aparece muerto, asesinado y todas las pruebas apuntan a que ha sido Scott. Tendrá lugar un juicio militar y a Hart le encomiendan, pese a su inexperiencia, que le defienda... Una buena novela de Katzenbach, amena como suelen serlo las suyas, y de fácil lectura a pesar de su dimensión (cerca de las 700 páginas), a la par que un buen retrato de los campos de prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial, que no tenían mucho que ver con los de concentración, todo sea dicho.

* Elementos parecidos podemos encontrar en la también recomendable, especialmente para amantes del género, "Heroes Corrientes", de Scott Turow. Una historia sobre el valor, la traición, la pasión y el misterio de una guerra silenciada por un padre. Stewart Dubinsky sabe que su padre luchó en la Segunda Guerra Mundial. Alguien le ha contado que su padre, David Dubin (un apellido americanizado que más tarde Stewart rechazó, recuperando el original), rescató a su mujer —y madre de Stewart— del horror de un campo de concentración. Tras la muerte de su padre, Stewart descubre un paquete de cartas del período bélico destinadas a su novia en las que se narra su paso por un juzgado y posterior ingreso en la prisión. A partir de ese momento, Stewart se adentra en el misterio que rodea a su padre, un hombre que siempre se negó a hablar de la guerra en la que combatió.

A medida que va reconstruyendo la vida de su padre, a través de cartas, archivos militares, y notas de un diario que su padre escribió en la cárcel y que habían permanecido ocultas por el oficial que lo defendió, Stewart descubre una cadena de sucesos dramáticos. David Dubin trabajó como abogado en el Departamento Militar, y se le encomendó detener a un carismático oficial que estaba bajo sospecha de ser un espía. Sin embargo, David no lo arresta y poco después es encarcelado por insubordinación. Con esta reconstrucción Stewart consigue entender el pasado de su padre, las decisiones difíciles que tuvo que tomar, a la vez que toma conciencia de la brutal naturaleza de las guerras. Una historia que, centrándose acaso en los héroes corrientes que dan título a la novela más que en las grandes figuras históricas, y en pequeños dramas antes que en grandes conspiraciones, transmite mucho más que el "Fugitivo" de Reich, sin que le falte la necesaria dosis de acción.

* Habiendo visto hace poco la película, no me resisto a incluir aquí la novela, aunque reconozco que, a diferencia de las anteriores, ésta no me la he leido: hablo de "El Lector" ('Der Vorleser' en alemán, literalmente "el que lee en voz alta") del profesor de leyes y juez alemán Bernhard Schlink. El tema central de la misma es, como no, pues tarde o temprano tenía que aparecer, el Holocausto, y la forma en la que han de ser juzgados los culpables, planteando por ello un dilema moral. Al mismo tiempo, trata del conflicto generacional de posguerra, sobre todo en la descripción de la relación del personaje principal, un adolescente, con su padre.

Michael Berg, nuestro protagonista y narrador, tiene quince años. Un día, regresando a casa del colegio, empieza a encontrarse mal y una mujer acude en su ayuda. La mujer se llama Hanna y tiene treinta y seis años. Unas semanas después, el muchacho, agradecido, le lleva a su casa un ramo de flores. Éste será el principio de una relación erótica en la que, antes de amarse, ella siempre le pide a Michael que le lea en voz alta fragmentos de Schiller, Goethe, Tolstói, Dickens... El ritual se repite durante varios meses, hasta que un día Hanna desaparece sin dejar rastro. Siete años después, Michael, estudiante de Derecho, acude al juicio contra cinco mujeres acusadas de ser criminales de guerra nazis y responsables de la muerte de varias personas en el campo de concentración del que eran guardianas. Una de las acusadas es Hanna. Y Michael se debate entre los gratos recuerdos y la sed de justicia, trata de comprender qué llevó a Hanna a cometer esas atrocidades, trata de descubrir quién es en realidad la mujer a la que amó... Una novela sobre el amor, el horror y la piedad; sobre las heridas abiertas de la historia; sobre una generación de alemanes perseguida por un pasado que no vivieron directamente, pero cuyas sombras se ciernen sobre ellos. Una novela que no deja indiferente y que remueve conciencias, del mismo modo que invita a reflexionar sobre la clase de cosas por las que uno se avergüenza.


Otras obras del autor

No es por ser quisquillosa (que todos sabemos que lo soy), pero no estoy segura de que siete novelas sean suficientes como para hacer merecedor a un escritor del calificativo de prolífico; claro que si se tiene en cuenta que Reich no se dedicó por entero a la escritura hasta 1995, tal vez la cosa cambia (yo sigo teniendo mis reservas).

Antes de eso, nuestro autor se licenció en la Escuela de Servicios Exteriores de la Universidad de Georgetown y posteriormente en la escuela de Negocios de la Universidad de Texas, y trabajó en el departamento de banca privada de un importante banco suizo en Ginebra, antes de pasar al departamento de fusiones y adquisiciones en la misma institución en Zurich (no perderemos la esperanza, pues, aunque las inclinaciones artísticas de moi y mis circunstancias no lleguen a tales cotas). Motivo por el cual, según dicen, sus novelas de suspense y acción se desarrollan a menudo en el mundo financiero que tanbien llegó a conocer por su profesión.

En nuestro país son cuatro las novelas del autor disponibles, incluyendo este "Fugitivo":

* "La Cuenta Numerada", publicada por Ediciones B, y considerada como un clásico de la literatura financiera, que sumerge al lector en un mundo de banqueros suizos, tramas secretas y códigos bancarios que buscan proteger la identidad y la fortuna de una cuenta numerada. En esta novela se plantea la duda de hasta que punto es ética la política de neutralidad de la banca, por medio de la investigación de un ejecutivo de la banca contra un poderoso cliente de la entidad para la que trabaja (que es misteriosamente anónimo) y quién hace llegar todos los días instrucciones meticulosas de cómo debe ser movido su capital durante la jornada. Una vez más, la novela de Reich destaca por lo certero de su ambientación, así como por su fiel reflejo de la mentalidad de los banqueros suizos, además de brindar conocimientos valiosos a la hora de tratar con brokers y bancos.

* En "El Club de los Patriotas", Reich mezcla la trama financiera con la típica historia de una sociedad secreta (sí, así a bote pronto no es una combinación que me resulte especialmente apasionante): El Club de los Patriotas existe desde hace doscientos años. Una organización secreta, controlada por los ciudadanos más influyentes de América, que ha dirigido el país con puño de hierro. La historia de Thomas Bolden es la de un triunfador. Abandonado en su infancia, ha dejado atrás su pasado y se ha labrado un brillante porvenir en Wall Street. Entonces, en un abrir y cerrar de ojos, todo su mundo se vuelve del revés. Pierde su empleo, se le busca por asesinato y se ve obligado a huir para salvar la vida. Mientras sobrevive angustiosamente una hora tras otra, realiza una serie de descubrimientos asombrosos. Aunque nada es más sorprendente que la verdad que Bolden descubre acerca de su pasado, que le obligará a enfrentarse con el Club de los Patriotas...

Todo muy críptico pero, en cualquier caso, insuficiente para llamar mi atención; aunque tal vez sí que suficiente para llevarme a pensar que, probablemente y atendiendo a mis propios estándares como lectora, "Fugitivo" es, a pesar de todo, la mejor novela de Reich con la que me podía topar.

______________________________________________

Proximamente: "Lágrimas en la Lluvia", de Rosa Montero.

2 comentarios:

  1. Acabo de adquirir este titulo, apenas acabo de terminar los dos primeros capítulos debido a que no soy un lector experimentado, pero me pareció excelente y su trama es envolvente. Por supuesto, como acaba de mencionar, los gustos varían de lector a lector y dado que los títulos ambientados en la segunda guerra mundial son mis favoritos este libro me parece fantástico.

    ResponderEliminar
  2. Mi nombre es Jenny. quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a mi gran médico que hizo que mi vida una placentera uno hoy. Este gran hombre el Dr. Dave trajo mi marido de nuevo a mí, tuve 2 niños encantadores para mi marido, hace unos 3 años yo y mi marido ha estado en una pelea o la otra hasta que finalmente me dejó por una señora. Sentí que mi vida había terminado y mis hijos pensé que nunca vería a su padre de nuevo. Traté de ser fuerte sólo para los niños, pero yo no podía controlar los dolores que atormenta mi corazón, mi corazón estaba lleno de dolores y molestias, porque yo estaba realmente enamorada de mi marido. Cada día y noche pienso en él y siempre desean que vendría de nuevo a mí, hasta que un día me encontré con un buen amigo mío que también se encontraba en una situación como yo, pero su problema era su ex-novio, que tuvo un embarazo no deseado para y se negó a asumir la responsabilidad y la dejó. ella me dijo que el mío era un caso pequeño y que no debía preocuparse en absoluto, así que le pregunté cuál era la solución a mis problemas y me dio este gran hombre número de teléfono y su dirección de correo electrónico. i estaba dudando si este hombre era la solución, así que me puse en contacto a este gran hombre y me dijo qué hacer y yo les hice de todo, él me dijo que esperar a sólo dos días y que mi marido vendrá arrastrándose sobre sus arrodilla sólo para perdón, así que hice lo que fielmente este gran hombre me pidió que hiciera y por supuesto después de dos días escuché un golpe en la puerta, en una gran sorpresa que lo vi en sus arrodilla y me quedé sin palabras, cuando me vio, todo lo que hizo estaba llorando y pidiéndome perdón, desde ese día, todos los dolores y tristezas en mi corazón se fue volando, desde entonces, yo y mi marido y nuestros niños encantadores son happy.that por eso quiero decir un gran gracias al Dr. Dave Este gran hombre me hizo entender que no hay ningún problema en la tierra que no tiene solución así que por favor si usted sabe que usted tiene este mismo problema o cualquier problema que es similar, yo le aconsejo que venir directamente a este gran hombre. También puede contactar PARA CUALQUIER TIPO DE PROBLEMA Como CONTACTO CON ÉL AHORA EN: daveangela08@gmail.com

    (1) Si usted quiere que su ex atrás.
    (2) si usted siempre tiene pesadillas.
    (3) ¿Quieres ser promovido en su oficina.
    (4) ¿Quieres mujeres / hombres que corren detrás de usted.
    (5) Si usted quiere un hijo.
    (6) ¿Quieres ser rico
    (7) ¿Quieres atar su marido / esposa para ser tuyo para siempre.
    (8) Si usted necesita la ayuda financiera.
    (9) La atención a base de plantas
    (10) Ayuda a sacar a la gente de la cárcel
    (11) Los hechizos Matrimonio
    (12) Los hechizos Miracle
    (13) Los hechizos de belleza
    (14) PROFECÍA DEL ENCANTO
    (15) El Hechizo de la Atracción
    (16) Los hechizos mal de ojo
    (17) Cartas Mágicas Kissing
    (18) Retire la enfermedad Hechizos
    (19) ¿Te quieres ganar tienes caso judicial

    CONTACTO CON ÉL AHORA EN: daveangela08@gmail.com

    ResponderEliminar