Título original: "Maul”
Autora: Tricia Sullivan.
Editorial: La Factoría de Ideas.
Año: 2003 (207, de la edición en español).
Páginas: 343.
Género: Ciencia ficción.
Frase promocional: “Esta es la cara nueva de la ciencia ficción feminista… Una obra que hace pensar. –Cheryl Morgan, Emerald City.
Autora ganadora del premio Arthur C. Clarke.
Novela nominada al British Science Fiction y al Arthur C. Clarke.
Sinopsis: En un centro comercial, una pandilla de chicas adolescentes se ve envuelta en un torbellino de violencia y compras. No solo han de luchar por su vida, sino también por la de un hombre atrapado en otro mundo, que tiene unos enemigos muy diferentes; un hombre al que no conocen, pero que puede cambiar el futuro de la raza humana.
Una historia relatada en un estilo vigoroso, condimentado con toques de postmodernismo y realismo mágico que le confieren el encanto de lo distinto.
Tricia Sullivan nos brinda una visión inteligente de un futuro enloquecido, donde la lucha por la supervivencia se entreteje con la guerra de los sexos y la lucha contra la extinción de la humanidad.
Puntuación: 3,5/5.
Lo primero que llama la atención sobre "El Centro" es la originalidad de su propuesta, pero si hay algo que resalta por encima de todo en esta novela es su estilo, más que vigoroso, puramente agresivo (vaya como ejemplo la forma en la que se inicia la historia: una chica masturbándose con una pistola). Una agresividad que impregna la trama en sus diversas formas: desde la violencia física sin tapujos, especialmente evidente en la parte del 'zentro', hasta la rotundidad del comportamiento y lenguaje de la casi totalidad de personajes, y que suele significarse así mismo en el uso del sexo que la autora hace.
Algo, por lo demás, perfectamente comprensible y tal vez hasta necesario dada la ambientación y base del hilo argumental: un mundo postplaga en el que los hombres son una especie en peligro de extinción, y en el que la reproducción se convierte en privilegio de unos pocos; en el que pertenecer al género masculino es aspirar a convertirse en la marca del momento y en el 'cerdo' dominante, y donde su hábitat natural son las 'almenas', un trasunto de reservas naturales en las que prepararse para la competición y la reproducción.
Y, sin embargo, hay que decir que ese tono vigoroso le va perfectamente a la historia; hasta tal punto que ello permite el disfrute de la novela a más de un nivel. Y es que, si no te sientes especialmente atraido por las posibilidades especulativas de un futuro feminista en el que la biología y sus manipulaciones también tiene mucho que decir, siempre te puedes quedar con la pura acción del argumento y limitarte a disfrutar del tono ágil y desenfadado, que atrapa incluso cuando eres consciente de la rareza de lo que estás leyendo.
Sin ánimo de entrar en lo que alguien pueda considerar como 'spoilers' (al fin y al cabo lo que estoy a punto de decir es algo que se hace evidente apenas en el segundo capítulo del libro), hay que destacar otra vez la imaginación de la autora a la hora de establecer metáforas en las historias paralelas que constituyen el núcelo de "El Centro": entre lo que sucede con uno de los personajes centrales de la novela y su organismo (Meniscus, convertido en conejillo de indias) y las chicas del 'zentro' que, pese a lo que diga en la contraportada, no son reales ni viven exactamente en otro mundo...
En cuanto a lo de realismo mágico, no creo que sea un término que se pueda aplicar en este caso. En realidad, resulta todo tan extraño que es más fácil hablar de surrealismo o directamente paranoia.
De correcciones y traducciones... No creo que esto sea algo que se comente sólo en mi casa; antes creo que cualquier persona que haya leido algún que otro libro de "La Factoría de Ideas" estará de acuerdo con que sus ediciones, por lo general, suelen dejar bastante que desear (la conclusión evidente: no utilizan correctores). Este libro no está libre tampoco de los típicos errores gramaticales o de concordancia, pero son otros aspectos los que a mí menos me han gustado en este caso.
Por una parte, la alternancia de tiempos verbales (pasado y presente) en un mismo párrafo, pueden llegar a resultar un tanto desconcertantes en ocasiones; y, sin embargo, una no puede estar del todo segura de si se trata de un error o es algo hecho a conciencia por la autora con su tendencia a radicalizar incluso en el estilo narrativo. De hecho, la historia entretiene lo suficiente como para que ese aspecto formal sea poco menos que un mal menor.
Más molesta resulta la tendencia de la traductora o, en su caso, del editor, a incluir innumerables notas a pie de página para aclarar expresiones y, sobre todo, referecias a marcas y personajes que forman parte de la cultura popular anglosajona; y es que no siempre son necesarias y a veces dan la impresión de que una u otro consideran al lector estúpido e incapaz de otro modo de seguir la historia; o tal vez es que no confiaban lo suficiente en la capacidad de ésta para funcionar por sí misma, pero... ¿Qué necesidad hay de explicar que Magneto y Lobezno son superhéroes de Marvel, o que Aaliyah era una cantante y actriz? ¿O qué un Pop-Tart es un bollito o una A.P. una asistente personal?
Y, luego, y después de tanta nota aclaratoria, casi al final del libro me encuentro con una frase que me ha dejado desconcertada, pues creo que estamos ante un claro ejemplo de fallo en la traducción; una falta de conocimiento de cultura popular que a mí personalmente me choca después de tanta aclaración para profanos no anglosajones.
"- ¡Uuy! -dijo Suk Hee, animándose-. Modelos masculinos. Vamos a averiguar si son todos tan estúpidos como los de aquella película del zoo."
Y yo me pregunto... ¿soy yo, o realmente estamos hablando de "Zoolander"?
Un par de citas, para completar la idea de conjunto:
" "Sé razonable" es lo que te dicen cuando tienes una reacción normal ante una situación anormal, y lo que subyace bajo su concepto de razón es una mierda. "Sé razonable". Lo que realmente quieren decir es que asumas tu posición en el statu quo. Acepta tu posición." (Página 140).
"Dicen que la agresividad femenina se expresa normalmente a través de cotilleos malintencionados, calumnias, desaires y el ostracismo. (...) Si nadie hubiese tenido armas, la cosa habría acabado con unas chicas arañándose la cara unas a otras, gritando e insultándose. Pero todas tenemos armas y tengo que admitir que me gustó mucho sacar la mía." (Página 155).
Te gustará si te gustan... Las películas de acción futuristas. Y es que, en conjunto, si hay algo que se puede decir de "El Centro" (y se pueden decir muchas cosas, aunque también está claro que no es una lectura recomendable para todo el mundo: abstente si te gustan las cosas fáciles) es que es una historia muy visual; no hay escenas en esta ocasión que destaquen sobre el resto porque, básicamente, y en especial en la parte del 'zentro', todo es una gran escena de acción.
Y, por lo mismo, he aquí un repaso fugaz a algunas películas de ciencia ficción (pues ese es el género que nos ocupa) con cierta afinidad de sensaciones:
* "Mad Max", por ser un clásico del género, más que nada: y es que aquí la situación no es tan caótica o apocalíptica (ya se sabe: mujeres en el poder...), pero también hay transgresores de las convenciones sino directamente de la ley.
* Aunque, para clásicos, "Blade Runner": de lo que sucede cuando algunas invenciones humanas escapan al control, sean plagas o replicantes.
* "Rollerball": por la parte final del libro, especialmente la escena de los 'Hot Wheels'.
* Un par de Schwarzeneger: "Perseguido", siguiendo con los juegos o concursos en los que el premio no consiste en coches o dinero, y "Desafío Total", porque sí (¿hombres confusos?).
Otras obras de la autora: Ganadora de un premio Arthur C. Clarke, lo cual no es moco de pavo en ciencia ficción, lo cierto es, si no estoy equivocada, que "El Centro" es la única novela de Tricia Sullivan disponible en nuestro país. De hecho, la ganadora del citado premio fue "Dreaming in Smoke" que, por argumento, es la que debería inspirar comparaciones con "Blade Runner", aunque esta mujer también ha hecho incursiones en el género fantástico bajo el pseudónimo de Valery Leith.
Ciencia ficción feminista: Otra etiqueta que se le pone a menudo a la señora Sullivan, aunque ello resulte especialmente evidente al hablar de este libro en concreto, es precisamente esa: la de 'ciencia ficción feminista', si tal cosa existe (que sí). Y, desde luego, nadie dice que este subgénero tenga que ser sólo cosa de mujeres, aunque algunos de los ejemplos más típicos sí sean obra de mujeres. Sin ir más lejos, los dos que me vienen primero a la cabeza en estos casos:
* "La Puerta al País de las Mujeres", de Sheri S. Tepper, uno de los favoritos de mi hermana (a la que estoy segura casi al 100% que se lo recomendé yo en su día): Después de un desastre nuclear, las mujeres y los niños viven en ciudades amuralladas junto a hombres seleccionados. Fuera de estas ciudades la mayor parte de los hombres viven en campamentos de guerra, donde los varones son enviados a vivir con sus padres a la edad de 5 años. Más tarde se les permitirá elegir: permanecer con su padre para convertirse en un guerrero de por vida, o volver al País de las Mujeres donde se convertirá en un servidor.
* "El Cuento de la Criada", de Margaret Atwood, todo un clásico, un poco más árido que el anterior pero con gran valor, tanto literario como por las hipótesis que pone sobre la mesa, y que plantea la historia a la inversa del caso que nos ocupa: unos Estados Unidos del cercano futuro han revertido a un sistema religioso y machista en el que las mujeres fértiles se consideran propiedad para la futura perpetuación del orden establecido.
* Y, en el ámbito del cómic, por seguir con los guiños familiares, desde luego que resulta inevitable pensar en "Y, el último hombre", con guión de Brian K. Vaughan y dibujo de Pia Guerra. Ganador del premio Eisner a la mejor serie en 2008, plantea que algo, presumiblemente una plaga de origen desconocido, acaba espontáneamente y de manera fulminante, con la vida de cualquier ser con el cromosoma Y, incluidos embriones, huevos fertilizados y espermatozoides. Las únicas excepciones en todo el planeta son el protagonista, Yorick Brown, un joven neoyorquino aprendiz de escapista, y su mascota, un mono capuchino llamado Ampersand. Acompañado por una agente de una organización secreta de los Estados Unidos, la agente 355, y la Dra. Mann, Yorick intenta encontrar a su novia, Beth, que se encontraba en Australia en el momento que se desató la plaga. En su camino descubrirá cómo ha cambiado el mundo con la desaparición de los hombres y evitará los peligros que le acechan al ser el último de ellos: los servicios secretos israelíes, un grupo de extremistas femenistas autodenominada Las Hijas de las Amazonas... Todas, por un motivo u otro, intentarán dar con él.
De lo poco que me he leído completito en cómic, y desde luego que merece la pena. Seguro que en la 'Librería Noveno Arte' lo encontráis ;)
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Proximamente: "Las Hijas del Frío", de Camilla Lackberg.
Pues el argumento tiene buena pinta.
ResponderEliminarHablando de "utopías femeninas" yo quiero aportar otros dos ejemplos: DELLAS, UN MUNDO FEMENINO de Charlotte Perkins Gilman, porque se publicó nada menos que en 1915 (y si no lo leiste, y te interesa, lo tengo yo en casa) y TIEMPOS DE GLORIA de David Brin, para citar una obra escrita por un hombre.
Y sí, no sé si me la recomendaste tú, pero LA PUERTA AL PAÍS DE LAS MUJERES debería ser de lectura obligatoria. Pero es que SHERI S. TEPPER es una grandísima escritora... Ya verás cuando leas LAS SIETE MARGARETS (vas a flipar).
Y para acabar: Y, EL ÚLTIMO HOMBRE es otra gran obra, pero por desgracia ahora no están comercializados los primeros números que salieron con Norma. A ver si Planeta se anima pronto a reeditarlos.
Gracias por el aporte... muy útil :)
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