Título original: "Angels Of Destruction".
Editorial: Grijalbo.
Año: 2009(2010, de la edición en español).
Género: Narrativa contemporánea (Estados Unidos, 1975-1985).
Puntuación: 3,5/5
"Con personajes carismáticos, Donohue incursiona en las consecuencias inesperadas del amor. Una experiencia extraordinaria." -Booklist.
¿Empezamos por la fe de erratas? Corrección breve, clara y concisa: Erica, la hija de la protagonista principal de esta historia, si acaso ese papel no le corresponde directamente a ella (para mi Norah es poco más que un desencadenante), no huye porque esté embarazada; lo que es más, ni siquiera está embarazada en el momento de su huída. No: son otros motivos los que la llevan a abandonar su hogar y a su familia, por más que la adolescencia haya traido consigo ciertas tensiones en la relación con su padre. Claro que, en última instancia, tanto uno como otro tienen un mismo origen: rebeldía adolescente que nace del amor.
En efecto, "Y Si Fuera Un Ángel" es una historia sobre el amor (materno, filial, fraternal, sensual, platónico...) y sus consecuencias, tanto las positivas como las negativas. Una novela muy humana, a pesar de la omnipresencia del elemento sobrenatural que sin duda constituye la aparición en la vida de los diferentes personajes de Norah, una niña de nueve años cuya naturaleza en ningún momento llega a estar del todo clara. Y, desde mi punto de vista, ese es uno de los grandes aciertos del libro: esa ambigüedad que permite que, a pesar de que el autor ofrece pistas y escenas que tienden a confirmar el carácter angelical de la chiquilla, con la aparición recurrente de personajes que parecen estar más allá de la realidad de este mundo transmutados en alguna suerte de guía espiritual inadvertida en momentos difíciles, siempre queda abierto un resquicio a las interpretaciones más mundanas.
Puede que a algunos, los más románticos o los más poéticos, sino los más místicos, se les antoje que tal posibilidad resta lirismo a la historia o le hace perder originalidad o fuerza creativa; sin embargo, desde mi punto de vista, sucede justamente lo contrario, puesto que dicha ambigüedad dota de mayor fuerza a las ideas centrales de la novela. Y, por supuesto, también permite extraer una moraleja sencilla para aquellos que sean dados a buscar enseñanzas más o menos moralizantes y consejos en toda historia: básicamente, algo así como el tradicional 'haz el bien, y no mires a quién.' Porque si los ángeles están entre nosotros, uno no sabe cuándo va a tropezarse con uno...
Pero dejando a un lado la vertiente mística y celestial, "Y Si Fuera Un Ángel" es una lectura interesante a varios niveles. Por un lado, es una historia intimista, que habla de amor, soledad y esperanza, a pesar de los errores cometidos: los errores de Erica, la soledad de Margaret y su esperanza; la soledad de Sean Fallon, el niño que se encierra en su burbujita tras el divorcio de sus padres y, a mi entender, uno de los personajes más entrañables de la novela, acaso por lo sincero e inocente de sus dilemas morales, creer o no hacerlo.
La narración ofrece, así mismo, una visión muy oportuna sobre una época histórica convulsa como lo fueron los años 70 en Estados Unidos. Concretamente, buena parte de los acontecimientos se sitúan en el año 1975, momento en el que se produce la fuga de Erica con su querido y salvaje Wiley: un chico apenas salido de la adolescencia, atractivo en su rebeldía y sensualidad, pero que se revela como un personaje básicamente despreciable. La clase de radical más que dispuesto a mancharse las manos de sangre, teóricamente en aras de un futuro mejor; a dejarse seducir por el poder que desprende una pistola en la mano y a cambiar de vida y arrastrar con él en el proceso a su amada, para forjarse un nuevo futuro.
Señalar aquí, aprovechando la ocasión, que ni la cédula radical y terrorista a cuyo encuentro se dirigen los dos jóvenes, 'Los Ángeles de la Destrucción' (los ADLD del tatuaje con un par de alas que ambos lucen, y el título original de esta novela), ni su líder John Wesley Cromartie, alias "Cuervo" existieron realmente. Aunque sin duda no faltaron grupos de este tipo en la época, cuando los recientes asesinatos de grandes líderes y pacifistas como JFK, Martin Luther King, Malcolm X o Robert Kennedy, imprieron un giro a las ideas eminentemente antimilitaristas y antiviolentas de un movimiento hippie que empezaba a perder fuerza.
Una cita, una reflexión.
* "Los solitarios, al igual que los locos, se reconocen de inmediato." (Pág. 53).
Y digo yo que eso tiene que ser, por fuerza, una buena cosa. Pues si la soledad es voluntaria, ello garantiza que al menos los solitarios sean capaces de evitarse mutuamente entre sí; y, caso de que no lo fuera, supongo que pueden poner remedio a su condición en mutua compañía. Porque a veces el solitario no es el que está siempre sólo, y de ahí que no sea tan fácil reconocerlos...
* "Las personas recreamos toda clase de ángeles, que son algo que falta en nuestras almas, cuando estamos despiertos y necesitados." (Pág. 457).
Para los que somos dados al agnosticismo, sino al puro ateísmo, tal afirmación puede resultar a primera lectura un tanto controvertida. Y, sin embargo, si la interpretamos como una metáfora, probablemente nada más cierto; pues todos admiramos en los demás lo que no tenemos o creemos que nos falta...
San Valentín.
Nada que ver con lo acontecido en tal fecha en el año 1929, cuando Al Capone ordenó su famosa matanza contra siete miembros de una banda rival (la familia Moran) en Chicago; claro que la cosa no salió del todo bien, puesto que el líder al que él quería eliminar, Bugs Moran, llegó tarde a la cita por haber ido a cortarse el pelo. Pero también en "Y Si Fuera Un Ángel" este día se convierte en punto clave de la historia, por ser el momento en el que Norah revela su supuesta naturaleza antes sus compañeros de clase, profesora incluida. Un punto de inflexión que sirve para retratar a la perfección las distintas formas de enfrentarse a este tipo de temas metafísicos, especialmente las existentes entre la inocencia de los niños y el escepticismo de los adultos.
Y, puesto que mentamos San Valentín, y teniendo en cuenta que no estamos tan lejanos en el tiempo de esta celebración que en gran medida no es sino puramente comercial y cuestión de marketing (pues ya se sabe, que el que quiere lo hace todos los días... aunque lo mismo podría aplicarse a otras fechas conmemorativas como el día de la madre o el del padre), lo suyo sería incluir un breve comentario sobre el origen de tal festividad y su significado.
Pero, esta vez, dejaremos que sea Norah, el ángel presunto, la que nos dé su propia versión con su redacción escolar para la ocasión (pág. 157).
"¿Quién fue San Valentín? ¿Cómo hemos llegado a convertir este día en una celebración del amor? ¿A qué vienen todos estos corazones y cupidos?
El pasado no es más seguro que el futuro. Poco sabemos del verdadero Valentín salvo eso. Puede que hubiera dos. Los dos fueron mártires que murieron por sus creencias. Los dos vivieron y murieron hace mucho tiempo. El primer Valentín fue sacerdote en la época del Imperio romano, cuando el emperador declaró ilegal el matrimonio de los soldados jóvenes. Eso se hizo para que se entregaran más al combate que a sus amadas. Pero Valentín sentía lástima por esos hombres y los casaba en secreto. ¡Y cuando el emperador se enteró, mando matar a Valentín! Le cortaron la cabeza. A veces el amor significa sacrificio.
El segundo Valentín era un hombre que había sido encarcelado equivocadamente. Se enamoró de la hija de su carcelero y tuvo que pasar cartas de amor en secreto. Las firmaba como 'Tu Valentín'. Las dos historias son leyendas, y poco se sabe de san Valentín.
El día catorce de febrero está relacionado con los ritos del amor y la fertilidad paganos. Los paganos eran personas que creían en más de un dios o a veces en ninguno. El rito del amor y la fertilidad es el momento del matrimonio de Zeus y Hera. Los romanos creían que eran dioses, pero estaban equivocados. También es la fiesta de las lupercales, cuando los chicos de Roma corrían desnudos (¿puedo decir la palabra?) por las calles, golpeando a las mujeres con una correa de cuero. Los cristianos mantuvieron la costumbre, y en la Edad Media, durante la época más fría de los largos inviernos, se convirtió en el día en que los hombres y las mujeres se mandaban mensajes de amor. Esas fueron las primeras tarjetas del día de San Valentín. Pero los chicos ya no corrían desnudos por las calles pegando a las mujeres con correas.
Es un día para desear el final del invierno y de la muerte y celebrar un nuevo comienzo. El poeta medieval Chaucer escribió: 'Se envió el día de San Valentín, cuando todas las aves buscan su pareja.'"
En este caso, todo comienza en un verano de 1949, cuando el pequeño Henry es secuestrado y suplantado por un trasgo impostor que toma su lugar en el mundo. Con el paso del tiempo, Henry, ahora llamado Aniday, aprende a convivir con otros trasgos que esperan su turno para apropiarse de la vida de algún humano, mientras su doble se convierte en músico y se conforma con una vida mediocre. Ni el Henry humano ni el duende impostor se sienten cómodos con su existencia y, cuando se encuentran de nuevo, treinta años después, los dos personajes apenas recuerdan nada, pero tienen la sensación de vivir atrapados entre dos mundos.
Un argumento que, particularmente, no me acaba de seducir. Probablemente por haber leído un par de libros en los que los duendes o afines también tienen su papel y que no me han gustado demasiado. El más reciente es "Amigos Nocturnos" de Graham Joyce, quien no escatima en detalles truculentos ni en vocabulario sexual explícito para narrarnos esta extraña historia de un niño y un duende de los dientes (el equivalente británico de nuestro Ratoncito Pérez) andrógino y muy peligroso.
El otro era el más clásico "Cuento de Hadas" de Raymond E. Feist, la historia de una familia corriente que descubre la casa de sus sueños en una idílica localidad rural al norte del estado de Nueva York. Muy pronto, sin embargo, los pequeños gemelos de los Hastings hacen un sorprendente descubrimiento: la campiña está dominada por duendes aparentemente benignos, unos seres que los atraen al inquietante mundo de la antigua magia celta, a los que los niños se someten voluntariamente ignorando que serán sus víctimas. La casa del viejo Kessler no es lo que parecía y, de pronto, lo que era un simple sueño se convierte en una aterradora pesadilla. Antes de trasladarse a vivir allí, los Hastings jamás creyeron en duendes ni en cuentos de hadas. Ahora sí creen en ellos, pero ya es demasiado tarde.
En definitiva, dos historias terroríficas e inquietantes, que no dejan de ser una buena lectura para los amantes del género, aunque yo tenga mis reservas al respecto.
Bueno, me está pareciendo tan bueno tu blog, que paso a añadirlo en mi sección de links. Sé que voy a enfadar a unos cuantos que me piden que ponga el suyo, jeje, pero solo pongo los que sigo habitualmente y este se ha vuelto uno de ellos. ¡A seguir así! :)
ResponderEliminar¡Vaya, vaya! Preguntaría si hay antepasados andaluces en tu árbol genealógico... por lo de las exageraciones. :)
ResponderEliminarEn cualquier caso, muchas gracias, especialmente por el honor que se me hace. Ahora, todo sea que no me cree enemigos entre esos que te acosan para que incluyas el link de su blog...