viernes, 25 de marzo de 2011

2011-31. "Cualquier Otro Día", de Dennis Lehane

"Proteger y Servir"


Título: "Cualquier Otro Día"

Título original: "The Given Day".

Autor: Dennis Lehane.

Editorial: RBA.

Año: 2008 (2010 de la edición en español).

Páginas: 728.

Género: Novela negra/histórica (Boston, 1918-1919).

Frase promocional: "Una novela majestuosa, una intensa y apasionada reconstrucción histórica" -The New York Times.


Sinopsis:

En 1918 Babe Ruth, el mítico bateador de los Red Sox de Boston, se encuentra con su pelota más difícil: la huelga. Luther Laurence huye del beisbol, de Tulsa y de un rastro de sangre para cumplir lo que se espera de un negro en el Este: ser un criado. El policía Danny Coughlin es enviado a inspeccionar un buque de guerra con unos cuantos soldados enfermos de vuelta de la Gran Guerra y aquejados de una rara enfermedad: una gripe de consecuencias insospechadas que dejará miles de cadáveres en el North End, el barrio italiano en que Danny, hijo del capitán de la Policía de Boston, espera su nombramiento como el inspector más joven de la comisaría. Pero después de 1919 el North End ya no será el mismo, Boston y Danny tampoco. Una era está a punto de desaparecer: el fin de la hegemonía irlandesa, la explosión del terrorismo anarquista y el auge del movimiento sindical.


Puntuación: 4,5/5

Sinceramente, pensaba titular esta entrada "Érase una vez en Boston", pero he visto que ya existe un comentario dedicado a este libro en un blog con ese mismo título y no quiero que me acusen de plagio :) Claro que, cuando uno se encuentra ante una novela tan épica como este "Cualquier Otro Día", un auténtico fresco de la sociedad americana en una ciudad y una época tan apasionantes como el Boston de 1919, la ocurrencia es bastante obvia y la coincidencia excusable.

Conocido autor de novela negra donde los haya, e insigne habitante de un Boston en el que sitúa la acción de todas sus obras, Dennis Lehane ha ido un paso más allá en la novela que hoy nos ocupa, hasta tal punto que su historia trasciende la propia Historia, en un argumento apasionante en el que lo real se entrelaza con lo ficticio, para dar como resultado una de las mejores reconstrucciones históricas y sociológicas de los últimos años; hasta tal punto, que no resulta exagerado hablar de 'gran novela americana' como han hecho algunos, por más que sea este un título que hace bastante tiempo que perdió su elitista significado.

Más allá de los grandes crimenes de incierta o difícil resolución propios de la obra de Lehane, "Cualquier Otro Día" trata sobre la injusticia, la violencia, el terrorismo anarquista tan en boga a principios del siglo pasado; la política, la corrupción y las desigualdades sociales, tanto las impuestas por el dinero y el clasismo, como las derivadas de la procedencia de unos antepasados que, a fin de cuentas, fueron todos inmigrantes (irlandeses vs. italianos, europeos del este identificados irremediablemente como bolcheviques...) o de las diferencias raciales, tan evidentes en una sociedad en la que los negros fueron ciudadanos de segunda clase durante mucho tiempo, y aún menos que eso, meros animales, como los monos de feria a los que se refiere el teniente Eddie McKenna, personaje estremecedor como pocos en sus estallidos de violencia.

Y es que, en efecto, en esta historia llena de personajes carismáticos e inolvidables hay muchos leones temibles vestidos con piel de cordero, y el mal es una paradoja que se esconde en los lugares en principio menos probables. Hombres y mujeres de carácter pueblan las páginas de esta novela, trazados con tal maestría por el autor que se puede decir que, por breve que sea su aparición, no hay en ella personajes pequeños. Aunque, por supuesto, dos destacan por encima del resto: Danny Coughlin, el joven policía en persecución de su dorada placa de inspector, primogénito de esa figura insigne del Cuerpo de Policía de Boston, el capitán de las mil caras Thomas Coughlin, que pasa de convertirse en agente infiltrado en las células comunistas a carismático líder sindical; y Luther Laurence, un hombre de buen corazón al que la vida lleva por el mal camino, y que lucha por superar las adversidades que, en muchos casos, le persiguen por el mero color de su piel (negro, por supuesto).

Y luego, por supuesto, está el mítico Babe Ruth, que de la mano de Lehane se convierte en algo más que un mero espectador e hilo conductor de los acontecimientos narrados en esta novela. Una auténtica leyenda del béisbol retratada aquí en los inicios de su carrera, cuando ya era una estrella pero no aún el mito que llegaría a ser a raíz de su traspaso de los Red Sox de Boston a los Yankees de Nueva York, en la que se conoce para muchos como la peor negociación de la historia del deporte profesional de los Estados Unidos, por parte del dueño de los de Boston, Harry Frazee. Un hombre sencillo en la visión del escritor, amante de la vida nocturna, de las mujeres, la comida y la bebida; un tanto inocente en su concepción de la vida pero siempre dispuesto a ponerse del lado de los explotados.

En mi opinión, pues, "Cualquier Otro Día" es lo mejor de Dennis Lehane hasta la fecha; y que conste que, si bien no me he leído todas sus novelas, pocas me faltan. 728 páginas que se leen con auténtico placer, en las que se entrecruzan vidas más o menos corrientes y grandes hechos históricos, escritas con una sencillez y agilidad narrativa capaces de atrapar a cualquier lector. Como suelo decir en estos casos, altamente recomendable.

La huelga de la Policía de Boston en 1919.

Uno de los temas centrales de esta novela es lo que podría calificarse como "lucha obrera": en "Cualquier Otro Día" abundan los movimientos sindicales y resulta claramente palpable el temor norteamericano a los 'rojos' (the First Red Scare), que les llevaba a identificar toda tendencia asociacionista con ideas comunistas. Las huelgas también eran habituales en una época en la que hasta los jugadores de béisbol se negaban a jugar en reivindicación de sus derechos o, más habitual, de una subida de sueldo.

Pero ninguna huelga tan memorable como la protagonizada por el Cuerpo de Policía de Boston en septiembre de 1919: el resultado de un auténtico tira y afloja entre políticos y trabajadores perfectamente retratado en esta novela, el punto crítico al que parecen conducir todos los caminos, el símbolo perfecto tanto de una época como de la naturaleza humana. Y es que, inevitablemente, cosas muy malas estaban destinadas a suceder cuando la autoridad abandonó sus puestos; pero, en última instancia, los culpables eran otros a los que la Historia, lejos de hacer justicia, encumbró inmerecidamente... otra demostración de que, a menudo, la astucia o el carisma son más importantes que la verdad.

En unos tiempos en los que los sindicatos son a veces más el problema que la solución (y lo siento si alguien se siente ofendido, pero en realidad hablo desde un punto de vista totalmente subjetivo y personal, aún siendo perfectamente consciente de que no se puede generalizar y de que los sindicatos son también muy necesarios; después de todo, hasta la Constitución en su artículo 7 reconoce su importancia y garantiza su existencia y funcionamiento), siempre resulta interesante volver a sus orígenes y leer sobre una época en la que su lucha en defensa de los derechos de los trabajadores era tan justa como necesaria, y bastante más difícil que en nuestros días.

Los policías de Boston eran, sin lugar a dudas, un claro ejemplo de injusticia social en el trato recibido. Apelando a su papel como funcionarios, obligados a 'proteger y servir', las autoridades se negaban a aumentarles el sueldo, que se mantenía desde 1913 a pesar de que la inflación había subido casi un 80% en seis años. Cumplían maratonianas jornadas de trabajo de entre 60 y 70 horas semanales y dormían la mayoría de las noches en las propias Comisarias, la mayoría de las cuales no cumplían las mínimas condiciones de salubridad e higiene. Cada vez que un juzgado les convocaba para declarar, se les descontaban las horas del salario y además tenían que pagar de su bolsillo los uniformes y las balas.

El periodista Enric González retrataba certeramente los acontecimientos desencadenados a raíz de tal situación en un artículo publicado en "El País" en septiembre de 2009:

"El alza del precio del carbón alarmó definitivamente a los policías: ellos y sus familias estaban condenados a morirse de frío en invierno. Los agentes eligieron a un grupo de representantes para negociar un aumento de sueldo con el jefe de Policía, Edwin Upton Curtis. El Ayuntamiento, que era quien pagaba, se mostró receptivo. Pero Curtis, que antes había sido alcalde y aspiraba a hundir a su sucesor, se cerró en banda. No sólo eso: suspendió de empleo y sueldo a los representantes policiales. Ante esta situación, los agentes solicitaron su inclusión en la Federación Americana del Trabajo.

El alcalde estaba a favor de la subida de sueldos. También lo estaban los magnates de Boston, la prensa y la mayor parte de los ciudadanos. Un comité municipal respaldó las reivindicaciones policiales. El acuerdo parecía hecho: se mejorarían los sueldos y las condiciones de trabajo, a cambio de que los policías renunciaran a sindicarse. El jefe Curtis, sin embargo, volvió a decir "no". Contaba con el apoyo encubierto del gobernador del Estado de Massachusetts, Calvin Coolidge, que esperaba sacar partido del conflicto.

Sin otra opción, los agentes aprobaron ir a la huelga el 9 de septiembre.

Miles de marineros, rufianes y personas presuntamente de bien aprovecharon la ausencia de la policía para violar, saquear e incendiar. Fue una noche terrible. Gran parte de la ciudad quedó destrozada.

El gobernador Coolidge despidió al alcalde, tomó el mando y, en efecto, hizo carrera: llegó a ser presidente. Todos los policías huelguistas fueron despedidos y sustituidos por veteranos de la guerra.

Pero la nueva policía contó, desde el principio, con lo que pedían los despedidos. Las huelgas, a veces, sirven para algo."

Pues sí, pero... ¡a qué precio! Y, si no, que se lo pregunten a los Coughlin.


Escenas para el recuerdo...

* Babe Ruth: el piano en el estanque. (Págs. 234 y ss.)

* Los espartanos de McKenna. (Pág. 479)

* "Me dáis asco los dos." (Pág. 539)


Píldoras de sabiduría.

* "¿Qué era un autógrafo, si no un garabato de alguien en un pedazo de papel?" (Pág. 25).

* "Uno no echa de menos lo que ya ha olvidado que amó." (Pág. 84).

* "(...) no siempre hay "una manera". Para la mayoría de la gente, cuando tropieza, no hay red. Nada. Simplemente nos caemos." (Pág. 144).

* "Uno no elige a los amigos. Los encuentra." (Pág. 218).

* "El oficio, le había dicho una vez su tío Cornelius, no era más que una palabra elegante para describir lo que ocurría cuando coincidían el trabajo y el amor." (Pág. 307).

* "¿Sabe cuál es la principal diferencia entre los hombres y los dioses? (...) Los dioses no creen que pueden convertirse en hombres." (Pág. 622).


Otras obras del autor: Autor de una docena de novelas y reconocido como maestro del género negro, hacer aquí un repaso de las obras de Dennis Lehane, incluso aunque éste no fuese demasiado exhaustivo, resultaría tan arduo como innecesario a estas alturas; así que me limitaré a mencionar las tres novelas que a mí me resultan más destacables en su trayectoria ("Cualquier Otro Día" aparte, por supuesto, que además ya he dicho que me parece la mejor de todas) y que, curiosamente, son las mismas tres que han sido objeto de adaptación en la gran pantalla hasta la fecha:

* Dentro de su serie protagonizada por los carismáticos detectives Patrick Kenzie y Angela Gennaro, bostonianos de origen irlandés e italiano respectivamente, y muchos de cuyos compañeros de infancia son peligrosos delincuentes, incluyendo al letal y protector Bubba Rogowski, destaca "Desapareció Una Noche" ("Adiós, Pequeña, Adiós" en la más literal versión cinematográfica, puesto que el título original es 'Gone, Baby, Gone'): la historia de la desaparición de una niña de cuatro años, con tantos puntos en común con el tristemente célebre caso de la pequeña Madeleine McCann, que la película se encontró con ciertos problemas a la hora de su distribución y proyección en el Reino Unido. Kenzie y Gennaro, contratados para localizar a la pequeña, deberán enfrentarse a la total ausencia de pistas y a la indiferencia de la policia local durante su investigación, a lo cual se añadirá el asfixiante interés de la prensa sensacionalista, la extraña actitud de la madre de la desaparecida y la sospecha de que una mano negra intenta impedir la resolución del caso... Una amena novela sobre la doble moral y las perjudiciales políticas de desinformación.

* Quizá la novela más conocida de Lehane, así como la más premiada, "Mystic River" será siempre recordada por la adaptación que de la misma hizo el gran Clint Eastwood en 2003 y que, si bien no llegó a suponerle un nuevo Oscar como director, cuenta en su haber con dos estatuillas por los papeles de los actores Sean Penn, como protagonista, y Tim Robbins, como secundario. Y, sin embargo, para mí, que además leí el libro antes de ver la película, la novela siempre será lo realmente memorable. "Mystic River" narra la historia de tres hombres que crecieron juntos en Boston (¿dónde si no?): Dave Boyle, Sean Devine y Jimmy Marcus. Dave es secuestrado de niño por dos delincuentes sexuales mientras estaba jugando con Sean y Jimmy, pero consigue escapar y regresa a su casa varios días después, traumatizado por la experiencia. 25 años después, Sean es un detective de homicidios, Jimmy es un ex convicto y Dave continúa traumatizado. La hija de Jimmy desaparece y es asesinada de forma brutal en un parque de la ciudad. En esa misma noche, Dave regresa a su casa cubierto de sangre. Sean es asignado al caso y las vidas de los tres amigos se vuelven a encontrar... Una novela de suspense muy humana, llena de grandes personajes, en la que las cosas no son lo que parecen a simple vista.

* "Shutter Island" es pura paranoia y, por lo mismo, difícil de describir; uno no llega a estar nunca seguro de lo que es real y lo que no lo es. El opresivo entorno, casi claustrofóbico, de la isla que da nombre a la novela, se convierte en el escenario ideal para la intriga y el asesinato. Una ambientación de época perfecta para esta historia, situada en el verano de 1954, en la que el agente federal Teddy Daniels (Leo DiCaprio en la versión de Martin Scorsese) llega al centro penitenciario para enfermos mentales Ashecliffe, en Shutter Island, junto con su compañero, Chuck Aule, para encontrar a una paciente desaparecida, una asesina llamada Rachel Solando, todo ello mientras un huracán azota la isla. No obstante, nada es lo que parece en el hospital Ashecliffe. Y Teddy Daniels tampoco... Una novela que hay que leer para entender, y aún así, la verdad es que no lo tengo tan claro.

Te gustará si te gusta... Tan visual es este "Cualquier Otro Día" que durante su lectura no he podido dejar de pensar en películas como "Los Intocables de Elliot Ness" o "Gangs Of New York"; tan cinematográfica que hace un par de años se hablaba de una adaptación de la misma por parte de Sam Raimi, aunque nada de eso está del todo claro a día de hoy, por más que en la solapa interior se hablase de su estreno para 2010.

También "El Padrino" se me vino a la mente en más de una ocasión, acaso por esa esencia de gran familia que tienen también los Coughlin, salvando las distancias que suponen encontrarse a uno u otro lado de la ley; si bien las cosas tampoco aquí son siempre lo que parecen, y corrupción es una palabra habitual en el vocabulario de más de un agente de la ley. Otro caso de esos en los que la imagen supera a la palabra en el recuerdo popular (después de todo, hablamos de Marlon Brando, Al Pacino, Coppola... palabras mayores), si bien no está de más decir aquí que la obra de Mario Puzzo es una auténtica maravilla en sí misma, por más que sea, como el propio escritor decía, una visión romántica del mundo criminal real, o tal vez por lo mismo.

Pero si hay una historia que sin duda tengo que resaltar en este pequeño juego de referencias tan visuales es, sin la menor duda, "Camino a la Perdición", de Sam Mendes. Que no haya la mirada de un niño en "Cualquier Otro Día" (o, en todo caso, sólo de forma tangencial) no quiere decir que no exista el paralelismo, pues incluso en su edad adulta, a menudo los hijos no llegan a ver lo que esconden sus padres... o, por más que se sospechen algunas cosas, el descubrimiento de la realidad, aunque hasta cierto punto esté sólo permitido al lector, produce un contraste ciertamente tan impactante como escalofriante. Historias de cuidada ambientación, tiempos duros, lealtades más o menos inquebrantables y grandes personajes...

Otra gran trama que nació también sobre el papel antes que sobre la pantalla; bueno, evidentemente, todas las películas nacen antes sobre el papel, que para eso están los guiones, pero a lo que me refiero (evidentemente) es a que esta historia ya había sido contada de forma también muy gráfica en sus orígenes, pues para eso vio la luz como novela gráfica (cómic para los menos elitistas). 'Road To Perdition', con guión de Max Allan Collins y dibujo de Richard Pyers Rayner, se publicó originalmente en Estados Unidos en 1998 y contó con el aplauso tanto de la crítica como de reconocidos autores de género negro, tales como Mickey Spillane, el creador de Mike Hammer. Según dicen, la película adapta con bastante fidelidad el primer tercio del cómic, pero después toma sus propios derroteros a partir de la premisa inicial, por lo que éste resulta una lectura recomendable para los que hayan disfrutado con la adaptación cinematográfica; quizá menos espectacular visualmente, pero en la que se profundiza mucho más en la naturaleza de los personajes y que destaca por la meticulos atención al detalle característica de su dibujante.

Historia de dos ciudades, dos ciudades en la Historia (y una propina).

En un país de las dimensiones de Estados Unidos ha de haber por fuerza un gran número de acontecimientos históricos dignos de figurar en los anales correspondientes, por más que estos sean dispares en cuanto a su naturaleza, del mismo modo que los estados que componen el país difieren entre sí en cultura, forma de vida y hasta en pasado histórico, precisamente. En "Cualquier Otro Día", Boston es pieza clave y fundamental, y el marco perfecto con su famosa huelga de policías para contar la historia de los Coughlin y de Luther Laurence. Pero, evidenemente, este no es el único caso en el que una gran ciudad y su pasado se constituyen en elemento inspirador de novelas de misterio.

* Uno de los casos más destacables es el de Chicago en "El Diablo En La Ciudad Blanca", de Erik Larson, una historia que mezcla acertadamente el thriller con el trabajo de investigación de cuya lectura disfruté hace unos cuantos años, y que sin duda volverá a ponerse de actualidad dentro de un tiempo si, como se rumoreó hace unos meses, finalmente es llevada al cine con Leo DiCaprio (otra vez) como uno de los protagonistas.

En ella, el escritor cuenta la historia real del arquitecto que creó la gran exposición universal de Chicago en 1893, Daniel Burnham, y de Henry H. Holmes, el hombre que quiso destruirla sembrando el terror, un asesino en serie que utilizó la feria para atraer a sus víctimas, y que sería el personaje interpretado por DiCaprio. Una interesante biografía del primer asesino en serie de Estados Unidos, un doctor Holmes cuyos crímenes fueron comparados con los de Jack el Destripador, a través de una rigurosa recreación histórica de la investigación policial y sus antecedentes, a la par que un fiel retrato del Chicago negro y convulso de finales del siglo XIX, sumido en plena Revolución Industrial.

* Otro thriller histórico, apasionante y de lectura compulsiva, es "La Banda de la Misericordia", de Michael Blaine, de la que es posible que ya haya hablado con anterioridad en este blog, aunque sea de pasada, puesto que es una de las obras del género que más me gustó del último año. Un viaje en el tiempo al Nueva York de 1893 de manos de un joven periodista independiente en busca de una oportunidad, que se pasa el día en la calle intentando encontrar historias que puedan interesar a su redactor jefe. Una noche descubre algo inquietante: alguien ha dejado una hilera de gatos muertos enfrente de un edificio, y no es la primera vez que algo así sucede; se trata de un grupo de señoras que se hace llamar La Banda de la Misericordia y se dedica a matar gatos callejeros. Max, nuestro protagonista, investiga el caso y descubre una extraña conspiración que engloba a unas puritanas damas de la alta sociedad preocupadas por los animales, unos famosos abogados que se lucran a través del chantaje y un grupo inmobiliario que pertenece a la Iglesia entre otros personajes oscuros que conforman una trama que el periodista ni siquiera puede imaginar. Una historia que viene a demostrar el curso cíclico de la Historia tanto como de la economía, y a la burbuja inmobiliaria me remito... claro que para comprender exactamente a qué me refiero, tendréis que leer esta genial novela.

Y quedaría la propina, ¿no? En realidad he decidido llamarla así porque no es una obra de la que tenga muchas referencias al no haberla leído y tratarse de una publicación bastante reciente: hablamos de "Némesis", lo último de Phillip Roth, y que según algunos tiene visos de ser una más de las llamadas 'grandes novelas americanas'. En este caso viajamos al Newark (Nueva Jersey) de 1944 y el hecho histórico no es otro que la temible epidemia de polio que se produjo en la ciudad en el verano de tan bélico año. Moviéndose entre las calles malolientes de la sitiada Newark e Indian Hill, Roth retrata a sus personajes librando su propia batalla personal contra la epidemia, al tiempo que nos dirige a través de las diferentes emociones que una epidemia así puede alimentar, como el miedo, el pánico, la ira, el desconcierto y el dolor.
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Proximamente: "El Embaucador", de Peter Carey.

6 comentarios:

  1. Esta aun no la he leído, me gusta Lehane, me atrapa su narrativa, sus personajes, la importancia capital que la ciudad de Boston tiene en sus obras, pero le tengo entre interrogantes desde el momento que vi Shutter Island en la gran pantalla.

    Hasta que no lea la novela y confirme o desmienta la casualidad o causalidad en las numerosas afinidades con "Los renglones torcidos de Dios" le concederé el beneficio de la duda, que no es poco. De momento mi favorita es Mystic River, aunque mi debilidad por Eastwood puede tener algo que ver.

    Excelente rincón, felicidades.

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  2. ¡Gracias!

    La verdad es que yo no me he leído "Los Renglones Torcidos de Dios" (todavía), pero tienes razón en que las coincidencias en argumento parecen algo más que casualidad... aunque quizá tal comentario podría ser considerado "spoiler" :)

    Por mi parte, esta misma tarde me he visto la película de Scorsese, por fin... la verdad es que es una adaptación muy buena y fiel de la novela; es posible que incluso la prefiera a ésta, acaso porque lo visual facilita la digestión de la historia.

    En cualquier paso, sigo prefiriendo "Mystic Ryver" y, por encima de ésta aunque son muy diferentes, esta "Cualquier Otro Día".

    Lo dicho: gracias por la felicitación y por seguirnos (a mí y mis circunstancias).

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  3. Disculpa tienes toda la razón, mi comentario es una pasada de frenada un rato desafortunada, con el agravante de que no dispongo de suficiente base de conocimiento ya que aun tengo Shutter Island en la lista de espera, quien ha leído las dos novelas suele afirmar que la de Lehane es superior en matices, resultando más enrevesada y profunda, aunque también es lógico ya que les separan mas de 20 años y la pionera es de por si magnifica.

    A día de hoy no he leído ningún análisis concienzudo por parte de algún profesional al respecto, son meras hipotesis de locos conspiranoicos como un servidor, a fin de cuentas se pueden seguir buscando reminiscencias en un buen puñado de cintas y textos de la misma temática. Por cierto, los renglones también tiene su adaptación a la gran pantalla de un tal Demicheli, mejicana y modestita, pero contó con la colaboración del marques en el guión.

    A mi la cinta de Scorsese me gustó pese a que no comparto su enamoramiento de Leo y que ya venía un poco mosca por el affaire Infiltrados, pero el hecho de poder gozarla en toda una sala Verdi ya le daba muchos puntos de antemano, y no me defraudó en absoluto :)

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  4. Se dice, se comenta, se rumorea, se confirma.

    No sé que llevarle para que me firme, si Mystic River o Los Renglones, pensaré en ello...


    ^.^

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  5. Me suena a mí que esto yo ya lo sabía. Si es que... soy tan poco mitómana, que no presto demasiada atención a estas cosas. Ni siquiera cuando se trata de George R. R. Martin (que vuelve el año que viene, si no hay cambio de planes), y eso ya son palabras mayores.

    Por cierto, que siempre se puede hacer un 2x1 y llevarle los dos :D

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  6. Gran novela, con algunas concesiones al gran publico, pero una estupenda lectura.

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