jueves, 19 de mayo de 2011

2011-47. "Sombras y Luces" de Jonathan Rabb

Una novela de cine... negro


Título: "Sombras y Luces"

Título original: "Shadow and Light"

Autor: Jonathan Raab.

Editorial: Ediciones B.

Año: 2009.

Páginas: 395.

Género: Novela negra de ambientación histórica (Berlín, 1927).

Frase promocional: "Un apasionante y cinematográfico misterio en el Berlín de entreguerras."


Sinopsis:

A finales de los años veinte, el cine alemán supera en calidad a cualquier otro. Los actores y los directores reciben el apoyo incondicional del Estado, que financia los mejores estudios del mundo: los de la UFA. Berlín vive una época dominada por el esplendor del expresionismo y una agitada vida nocturna, mientras el nazismo asciende al amparo de una durísima crisis económica.

En este apasionante contexto, un importante productor de cine perteneciente a la familia Thyssen aparece muerto. Con la ayuda del mítico director de cine Fritz Lang (que se recupera del fracaso de Metrópolis) y de Alby Primm, el líder del mayor sindicato del crimen berlinés, el detective Nikolai Hoffner se sumergirá en las cloacas de la decadente República de Weimar. En la investigación hallará misteriosas actrices que aspiran a convertirse en las nuevas Greta Garbo, productores con oscuros intereses y un desenlace inesperado, que influirá decisivamente en el futuro de Europa.

En Sombras y Luces, Jonathan Raab demuestra una vez más su maestría a la hora de conjugar la Historia documentada al detalle con una fascinante capacidad narrativa.


Puntuación: 3,5/5


De oca a oca... y a comentar, que es lo que toca. O, dicho de otro modo, del Japón Feudal de 1600 a la Alemania de Weimar de 1927, y de la novela histórica de aventuras a la negra de ambientación histórica. Aunque, y por eso de que el orden de los factores no altera el producto, bien podríamos hablar de novela histórica de género negro, pues, efectivamente, "Sombras y Luces" es de esa clase de novelas de solida estructura, amenas y bien escritas en las que la base real es mucho mayor de lo que uno puede pensar en un primer momento, si bien reconozco que he necesitado de la nota final del autor para caer en la cuenta de lo obvio.

Y es que, a qué negarlo, y dejando a un lado el hecho de que no soy ninguna experta en Historia, lo cierto es que la época en la que se ambienta esta apasionante intriga, la Alemania de entreguerras, no es precisamente un período con el que esté en exceso familiarizada, más allá de ciertos aspectos generales y, como no podía ser de otra forma, principalmente como escenario o ambientación de la acción de otras novelas o películas. Acaso también porque, cuando se habla de Alemania en el siglo XX dentro del contexto histórico, lo más común es ir a parar siempre al mismo punto: el Tercer Reich, el nazismo, la Segunda Guerra Mundial, Hitler, los campos de concentración... aunque también, si bien quizá en menor medida, la Gran Guerra e incluso la época de la Guerra Fría y el Berlín dividido en dos por el Muro. Todos ellos grandes escenarios para toda clase de historias, especialmente si lo que se busca es un componente de acción bélica y espionaje, pero también cuando de lo que se trata es de remover conciencias y de recordar eso de que olvidar la Historia es estar condenado a repetirla.

No faltan en la novela de Rabb ninguno de esos ingredientes, por más que la acción sea post y pre-bélica, viéndose enriquecido además el guiso final por los elementos propios de un Berlín que se debate entre el renacer y la decadencia, donde los efectos de la crisis originada por el Tratado de Versalles y las obligadas indemnizaciones de guerra se contraponen a una desenfrenada vida nocturna y donde, por encima de todo, y de forma ominosa pero implacable, se abre camino el monstruo futuro del nazismo y su persecución a los judíos.

En este escenario es donde se desarrolla la investigación de lo que en principio podría haber sido un caso de suicidio, acaso un asesinato, en una trama de progresiva complejidad que encierra mucho más de lo que a simple vista parece; un misterio muy cinematográfico, tanto por la presencia de algunas figuras relevantes del séptimo arte como Fritz Lang (por cierto que su importancia para la historia, si bien clave, se exagera un poquito en la sinopsis) o Peter Lorre y el papel vital de la UFA en el caso, como por la naturaleza del verdadero objeto de deseo de los implicados en el mismo, que gira en gran medida en torno a la histórica batalla, más que carrera, por conseguir los primeros el logro del cine sonoro, cuyas implicaciones propagandísticas son también parte importante de tal lucha.

Y para descubrir el misterio dentro del misterio, y las motivaciones ocultas detrás de lo aparente, ningún maestro de ceremonias mejor que el kripo Nikolai Hoffner, el perfecto héroe anti-héroe. De lengua casi tan afilada como su ingenio, nuestro protagonista es uno de esos personajes que destacan por su carisma y personalidad tanto como por su humanidad. Hijo de madre rusa (de ahí el nombre) y judía, para más señas; viudo a consecuencia de su trabajo; padre de un hijo que hace algo más que flirtear con el nazismo y al que hace ocho años que no ve, y de otro más que a sus dieciseis años se nos revela como digno sucesor de su padre en lo que a agudeza y encanto se refiere (de mis personajes favoritos) y que se ve involucrado en el caso por su trabajo en la UFA, Hoffner está lejos de ser a pesar de sus cualidades el policía perfecto, y lo veremos equivocarse más de una vez a lo largo de las páginas de esta novela, en las que también conoceremos de su amistad con oscuros criminales y sus problemas con las mujeres.

Porque, por supuesto, no podía faltar en esta historia una mujer fatal, en la mejor tradición de las historias de género negro ambientadas en los años veinte... y así nuestro Marlowe o Spade particular se ve acompañado en su periplo por la enigmática Leni, una americana que trabaja para la Metro Goldwin Mayer, si bien la auténtica naturaleza de su trabajo es un tanto confusa, sino ya oscura, pues en esta novela, y haciendo honor a su título, ciertamente hay tantas sombras como luces.

Otro buen personaje en un buen libro en el que estos se caracterizan por su solidez, si bien quizá su rasgo más destacable es la viveza y agilidad de sus diálogos, al servicio de una historia tan amena como profunda y que, ciertamente, rinde honor al género negro en todas sus vertientes. En definitiva, la perfecta combinación de Historia y misterio en una trama que respeta en todo momento la inteligencia de sus lectores no poniéndoles las cosas excesivamente fáciles, y que mantiene el interés con sus giros argumentales, hasta llegar a un desenlace tan inesperado como impactante... que, por una vez, no le llevaremos la contraria a quien haya escrito la sinopsis.


Fritz Lang: vida y obra

Claro homenaje al cine como es en gran medida este "Sombras y Luces", si bien es posible que tal cosa sea algo circunstancial, tan importante era la industria cinematográfica en la Alemania de la época, a tal punto que la UFA era la verdadera y única competidora de Hollywood en Europa, no faltan las referencias al género en esta novela: "El Cantor de Jazz" de Al Jolson, la aventura americana de Ernest Lubitsch, un joven Peter Lorre que da sus primeros pasos en el teatro... Pero, sin la menor duda, no hay mayor homenaje que el que en ella se rinde a Fritz Lang y sus películas de la época alemana, especialmente a "Metrópolis", a la que se etiqueta incluso como causante en gran medida de los problemas económicos de los grandes estudios alemanes.

Así, el director se convierte aquí en algo más que un mero personaje secundario, y algunos de los sucesos de su vida, con especial referencia a sus dos primeros matrimonios, forman parte de la urdimbre que Rabb utiliza para tejer su compacta trama. Empezando por un asesinato, el de Thyssen, cuya escenificación guarda un notable paralelismo con la muerte de su primera esposa, al menos según la visión que de tal suceso nos ofrece el autor en su novela. En efecto, Lisa Rosenthal muere por un disparo de su propio revólver el 25 de septiembre de 1920; se supone (y que se trate de una suposición es clave tanto en la ficción como en la realidad) que se quitó la vida espontáneamente después de haber sido testigo de la aventura de su marido con la que se convertiría dos años más tarde en su segunda esposa, Thea von Harbou, quien colaboraría a partir de ahí con él como guionista, en grandes películas como las dos partes del Doctor Mabuse (1922, 1932).

Una frau von Harbou que también se convierte a su modo, y quizá en mayor medida que su marido, en personaje fundamental de esta novela, especialmente por su marcada inclinación política en favor del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán; una de las causas, por cierto, que terminarían precipitando su separación de un Lang de ascendencia judía e ideología claramente opuesta. Curiosamente (aunque para entender del todo el uso de ese adjetivo, precisamente, hay que leerse esta novela) Thea terminaría sus días en el mundo del cine en el área de sincronización del sonido de películas extranjeras.

Fue precisamente junto a ésta, su segunda mujer, que Lang visitó Nueva York y los principales estudios cinematográficos de Hollywood. La experiencia probablemente inspiró la estética de rascacielos de su película más famosa, que se estrenó en 1927, el ya mencionado clásico de ciencia ficción "Metrópolis", cuyo guión también es fruto de la colaboración del matrimonio y que de hecho está basado en una novela de la propia von Harbou de 1926. Considerada como uno de los máximos exponentes del expresionismo alemán en las artes cinematográficas, esta distopía urbana futurista cuenta con la distinción de ser uno de los dos únicos filmes considerados "Memoria del Mundo" por la Unesco (el segundo filme es "Los Olvidados" de Luis Buñuel). Fue el primero en poseer esta categoría, amparado en la vívida encarnación de la sociedad toda, y la profundidad de su contenido humano y social. Una cinta que, al mismo tiempo que se apoya en el marxismo, critica el ideal de revolución socialista, pero que más allá de connotaciones ideológicas o políticas ha tenido una innegable influencia en el mundo artístico, sirviendo de inspiración, por ejemplo, en videoclips de grupos tan dispares como Mecano, Nine Inch Nails, Queen o la propia Madonna.

Otras sonadas colaboraciones del matrimonio que también aparecen mencionadas en esta novela son "Sigfried", una de sus dos películas inspiradas en el histórico "Cantar de los Nibelungos", y "M", que en España se conoce como "M, el vampiro de Düsseldorf", protagonizada precisamente por Peter Lorre, en ese cambio de tercio que el Lang de "Sombras y Luces" tan propicio le auguraba: de la risa al miedo. "M", una película policiaca, está inspirada en el caso real de Peter Kürten, que asesinó a varios niños en la ciudad de Düsseldorf, y es ampliamente considerada como un clásico de la cinematografía mundial y una obra maestra de su director. Fue la penúltima película de la etapa alemana de Lang y su primera película sonora, justo un año después de que por fin se lograse el tan codiciado cine sonoro; el propio realizador siempre la consideró como su mejor trabajo. Su ambientación oscura comúnmente se interpreta dentro del pesimismo producto de la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial. Y, como curiosidad final, el fragmento que silba con gran frecuencia el personaje del asesino, no era silbado por el actor Peter Lorre, sino por el propio Fritz Lang; a Lorre le resultaba muy difícil silbar la melodía durante largo rato sin perder aire, así que Lang lo hizo por él, ya que tenía gran habilidad para ello.

En 1933 con la toma de poder de los nazis, el ministro de cultura Goebbels (aunque quizá sería mejor decir ministro de propaganda e ilustracion popular, que tal era el nombre del cargo), ofreció a Lang en una reunión privada y tras confesarse admirador suyo, hacerse cargo de los estudios UFA. Esto hace que el realizador abandone Alemania esa misma noche en un tren a París, marchándose sin dinero y dejando atrás a su mujer.

Y lo cierto es que, hablando de cine, acaso lo suyo habría sido dedicar también un apartado al tema de los primeros pasos del cine sonoro, que tan crucial resulta como tema en esta novela. Sin embargo, y merced al buen trabajo realizado por Rabb, he descubierto que este es un tema realmente rico y complejo, plagado de detalles y tecnicismos que a mí se me escapan, que más daría para una tesis que para un breve comentario. Así que baste con decir que ciertamente fue una lucha tan tenaz como apasionante, y que no todo en cine tiene porque venir necesariamente de la así llamada "Meca" del ídem, pues incluso con los remakes hoy día se sigue demostrando que, si bien tampoco es que sea regla general, en Hollywood se les da más que bien lo de copiar, adaptar o aprovechar buenas ideas ajenas.


Un par de curiosidades muy curiosas

A veces me pregunto si, además de lectora, soy buscadora de curiosidades... A lo mejor la explicación es tan sencilla como que en la variedad está el gusto; aunque bien pudiera ser que ese ojo avizor para lo extraño nazca precisamente de la necesidad de encontrar algo de lo que hablar, cuando aún el proceso de lectura no te ha desvelado cuán interesante va a resultar la obra de cara a explayarse en momentos como este. Traducido: ¡de algo hay que hablar, algo hay que contar, aparte de lo obvio!

¡En fin! Que dos son las curiosidades que despiertan mi curiosidad, valga la redundancia, en este caso; especialmente porque 'san Google' no ha sabido darme una respuesta satisfactoria que confirme la verdadera naturaleza, sino ya la existencia, de esos dos elementos en cuestión, si bien viniendo la información de quien viene, y dado el ya mencionado rigor histórico de este "Sombras y Luces", de mas está decir que me lo creo.

* Así, el primer fenómeno que me ha llamado la atención tiene que ver con la metereología, y es utilizado por Rabb precisamente al inicio de su novela, como una forma de explicar el vacío de la ciudad, si bien este también puede ser el simple reflejo de la situación de crisis y penuria económica de la que hablábamos anteriormente, como consecuencia del efecto de las indemnizaciones de guerra impuestas por el Tratado de Versalles.

El fenómeno en cuestión no es otro que el llamado "cielo blanco" o weisserhimmel: un curioso fenómeno atmosférico que se traducía en "días enteros de un sol demasiado brillante que no daba la sensación de producir el menor atisbo de calor. Se presentaba más o menos cada cuarenta años, como una vaga reminiscencia del pasado nórdico de la ciudad; pero los berlineses no quisieron saber nada de esa historia. Estaban desconcertados porque su mundo había adquirido demasiada claridad, y se marcharon: los comercios cerraron por vacaciones sin previo aviso y las escuelas interrumpieron sus clases por tiempo indefinido. Aunque aquel fenómeno desaparecería al cabo de unos días, mientras tanto sólo los incondicionales mantenían viva la ciudad."

La verdad es que siento curiosidad por saber qué implica exactamente este fenómeno que provoca desbandadas, así que si alguien tiene una idea más clara del mismo, que no dude en dejar su comentario.

* La otra curiosidad del día tiene un carácter mucho más lúdico, y acaso podría considerarse como un antecedente histórico del sudoku, que aunque en principio pudiera pensarse que es un juego ancestral japonés, lo cierto es que no se popularizó en el país hasta 1986, mientras que en el ámbito internacional se dio a conocer sobre todo a partir de 2005. Sin embargo, ya a principios del siglo XX los periódicos dedicaban una sección a pasatiempos numéricos, como el taparan, que en la novela de Rabb sale a colación a raíz de las distinciones de nacionalidad que nuestro simpar Hoffner realiza en función de la forma de trazar un siete o un cuatro.

"Hoffner había pasado bastante tiempo estudiando los diferentes estilos de números en la época en que hacía furor el taparan, un juego que se había hecho popular en todas partes poco antes de la guerra. Los periódicos afirmaban que era originario de Japón o de China, pero todos sabían que habían sido los editores del BZ los que habían inventado el juego de ingenio para vender más ejemplares. Se basaba en un principio bastante simple: colocar una serie de veinte números al azar en una cuadrícula de cinco por cinco y eliminarlos, uno por uno, haciendo saltar a los menores por encima de los mayores hacia los espacios vacíos. El objetivo era quedarse con un sólo número al final, aunque rara vez se lograba. Como cabía esperar, surgió toda una cultura de taparan que generó entusiastas en todos los rincones de Europa. Incluso se organizaron torneos en que la velocidad y la menor cantidad de números en la tabla final determinaban quiénes eran los ganadores. Hubo un italiano que logró llegar al "semifallo perfecto". Fue impresionante. Ganó tres veces en seis semanas."

Ciertamente, suena de lo más complejo. Lástima que no haya sido capaz de encontrar ni el menor rastro de información sobre el juego en cuestión y, lo que es más importante, algún ejemplo un poquito más gráfico que aclare las ideas. ¿Será que se lo conoce con algún otro nombre? Con la duda me quedo...


Escenas... nunca mejor dicho.

* Las bragas pisapapeles (pág.40).

* Amanecer (pág. 183).

* Lo que había en el almacén (pág.313).

* La bañera, toma dos (pág.317).


Diálogos chispeantes y profundos

* "Claro que tengo enemigos, inspector jefe. Lo difícil es hacer amigos." (Pág. 49).

* "Sin sonido, todo lo que queda son luces y sombras. Monótonas, frías, insulsas. El sonido es la tercera dimensión. Es lo que les da textura. Lo que lo hace real." (Pág. 132).

* "Muy inteligentes, estos americanos. Algún día van a salvar el mundo. Aunque el mundo no lo necesite." (Pág. 135).

* "Odiar a los judíos es algo de lo que nosotros, los alemanes, nunca acabamos de librarnos. Somos adictos, como los americanos a la arrogancia. La única diferencia es que nunca nadie fue tan estúpido para convertir la arrogancia en una ideología política." (Pág. 168).


Otras obras del autor

Increible pero cierto, a estas alturas de siglo en que ya estamos, Jonathan Rabb no tiene ni página web ni entrada en la Wikipedia que se precie; lo cual es doblemente curioso si se tiene en cuenta que "Sombras y Luces" es ya su cuarta novela, que recientemente ha publicado en su país la quinta, y que, en mi opinión, es un escritor de lo más competente.

Personalmente, ésta es la tercera obra del escritor americano que leo, precedida por las dos anteriores que, desde mi humilde punto de vista, se parecen lo que un huevo a una castaña. Así, mientras su segunda novela, "La Conspiración de los Herejes", llegó a mi casa de rebote y no me pareció nada del otro mundo, la tercera, "Rosa", me pareció de lo mejor del género negro, tanmbién histórico, que leí en aquella temporada, hará como unos cinco años.

* "La Conspiración de los Herejes", en clara línea con el estilo literario de su primera novela, "El Señor del Caos", es una de esas historias prescindibles que juegan con la idea de arcaicas conspiraciones de toque religioso, para componer un thriller místico destinado al consumo fácil y al gran público. Ian Pearse, joven sacerdote católico, se ve envuelto en una conspiración ideada para erradicar el catolicismo e implantar en su lugar una antigua creencia dada por desaparecida: el maniqueísmo. En el centro de todo se encuentra un antiguo manuscrito del siglo VI, cuyo contenido conduce a Pearse hacia Grecia y, posteriormente, Bosnia, donde en el pasado tuvo un antiguo affaire amoroso de ignoradas consecuencias. No es que sea una mala novela, pues después de todo el rigor de Rabb está presente en la historia tanto como su habilidad narrativa, pero, repito, no me pareció nada del otro mundo.

* Por el contrario "Rosa" es una de esas novelas que una puede recomendar a cualquiera sin el menor sonrojo, muy en la línea de la que hoy nos ocupa, lo cual no es de extrañar si se tiene en cuenta que no deja de ser la primera parte de la 'Trilogía de Berlín' de Raab, de la que "Sombras y Luces" constituye la segunda entrega. De hecho, se trata de la primera aventura literaria de Nikolai Hoffner, que tiene lugar en el mismo escenario, Berlín, si bien la acción se desarrolla ocho años antes. Durante los últimos días de la Primera Guerra Mundial, la revolución socialista alcanza Alemania, enviando al Káiser Guillermo al exilio y convirtiendo Berlín en un campo de batalla. Sin embargo, para el detective Nikolai Hoffner y su joven asistente Hans Fichte, la revolución es un mero inconveniente para una investigación que se prolonga hace semanas. Las cosas toman un giro aún más preocupante cuando la policía política comienza a inmiscuirse en la investigación de Hoffner, que no entiende el interés que aquélla pueda tener por la muerte de unas mujeres a manos de un mismo asesino en serie. La aparición del cadáver de Rosa Luxemburg le da la respuesta. Curiosamente, el cuerpo de la líder socialista desaparecida meses atrás está marcando de igual modo que los de las otras mujeres, creando un hipotético vínculo con las mismas y desmintiendo los rumores de que Luxemburg ha muerto a manos de una enfurecida muchedumbre.

Y es que, efectivamente, la Rosa del título no es otra que la Luxemburgo, que en la versión histórica fue capturada en Berlín el 15 de enero de 1919, siendo asesinada ese mismo día; fue golpeada a culatazos hasta morir, y su cuerpo fue arrojado a un río cercano. La novela de Rabb es ciertamente tan rigurosa como adictiva, y puede que incluso superior a este "Sombras y Luces"; desde luego, yo guardo muy buen recuerdo de ella, por más que hayan pasado cinco años, que no es decir poco teniendo en cuenta mis problemas de memoria en estos casos, con mezcla de argumentos y demás. Aunque la lectura de ambos títulos de la trilogía puede hacerse de forma independiente, realmente merece la pena leerse ambas novelas e incluso respetar el orden, pues después de todo, y utilizando aún otro dicho popular de esos a los que también soy bastante aficionada, de aquellos polvos, estos lodos... especialmente en lo que a las vivencias de Hoffner se refiere.

Por cierto que la última entrega de la trilogía, 'The Second Son', cambia de escenario, y Hoffner deja Berlín para venirse ni más ni menos que a Barcelona en pleno inicio de nuestra Guerra Civil: así pues, otro salto temporal de nueve años y con el encantador Georg danto título a la historia. Anarquistas, soviéticos, agentes secretos británicos o una doctora de nombre Mila Pera serán algunos de los personajes que el ex-policía se encontrará en su camino, mientras sigue las pistas que su hijo le ha ido dejando en sus intentos por dar con su paradero en el caos que es la España de la época.


Te gustará si te gusta... pues esta vez la cosa es tan fácil que casi tengo la impresión de estar diciendo obviedades, pero ahí van igualmente:

1- "Rosa", la primera parte de la trilogía, tanto por su protagonista común como por el estilo narrativo de la historia, la trama compleja y la soberbia ambientación.

2- El mundo del cine, en general, pues no faltan las referencias al mismo, incluyendo la parte técnica con especial mención a la llegada del sonido al cine; el cine negro, en particular, pues ese es sin duda el género protagonista, y "Sombras y Luces" no carece de ese elemento visual que hace la comparación aún más acertada si cabe.


Negro y alemán

A lo mejor me repito, o a lo mejor es que soy de gustos tan amplios que al final lo encuentro todo interesante. La verdad es que yo creo que no llega a tanto la cosa pero, si así fuera, esa suerte que tengo, que así es más fácil encontrar lecturas amenas. En cualquier caso, vuelvo a decir que las novelas ambientadas en cualquiera de las dos Guerras Mundiales, tanto como en el período intermedio, me suelen resultar especialmente apasionantes; que Alemania sea el escenario elegido no es condición necesaria, aunque siempre lo será suficiente, probablemente por esa fascinación que ejercen determinados acontecimientos históricos como los allí acontecidos en ese período, tal es el poder de atracción de las cosas que hasta cierto punto parecen incomprensibles por más que no lo sean tanto, sino pura naturaleza humana llevada acaso por el camino erróneo.

Una época, escenarios y acontecimientos especialmente proclives a la interpretación en tonos negros, tan propicios resultan unos y otros para intrigas políticas y tramas de espionaje, si bien no lo son menos para historias de emoción y sentimiento. Aunque hoy nos quedaremos con el negro...

* Quizá uno de los autores más conocidos dentro de este subgénero, si como tal puede considerarse, es Alan Furst, escritor especializado en novelas históricas de espionaje ambientadas en Europa en los años 30 y principios de los 40. Sus señas de identidad: una ambientación asombrosa, una elegante estética cinematográfica estilo "Casablanca" y tramas colectivas sustentadas en héroes anónimos. Sus libros, que arrasan en Estados Unidos y en Europa y tienen un espectacular consenso de prestigio entre la crítica, incluyen títulos como "El Corresponsal", "Reino de Sombras" o la más reciente "Soldados de la Noche". Si bien Furst no se circunscribe únicamente al escenario germano, siendo frecuentes las incursiones en la Guerra Civil española, el submundo de la Resistencia Francesa o en el denominado sector soviético, no se puede negar la importancia que el país tiene en su obra así como su clara representatividad de este tipo de literatura. Personalmente, no es de mis favoritos y, de hecho, creo que sólo me he leído una de sus novelas, aunque en este momento no podría decir que es lo que echaba de menos... o de más.

* Por el contrario, sí que guardo un muy buen recuerdo de "Berlín, 1945" de Pierre Frei, novelista alemán nacido en 1930, que además ha escrito para cine y televisión y ha sido corresponsal en tres continentes, del que de tanto en tanto busco algún nuevo título en la biblioteca, por desgracia siempre sin éxito. Articulada en torno a una serie de asesinatos producidos en un barrio de Berlín, siendo todas las víctimas mujeres de apariencia aria, rubias, guapas, delgadas y llamativas, lo que hace suponer la existencia de un asesino en serie, la novela es mucho más que la enésima historia de un psicópata en escenario histórico, desde el momento en que el hilo argumental central se va ramificando para presentarnos las interesantes historias personales de cada una de las víctimas: una actriz, una enfermera madre de un niño deficiente, una aristócrata prusiana y una prostituta que acabará casada con un dirigente de un campo de concentración. Una novela realmente original, de grandes personajes e impecable ambientación.

* Sin cambiar de escenario ni de año, "El Buen Alemán", de Joseph Kannon, es probablemente más conocida por su adaptación cinematográfica, dirigida por Steven Soderbergh y protagonizada por el galán por excelencia, George Clooney, y la no menos aristocrática Cate Blanchett. En medio de los escombros del Tercer Reich, Churchill, Stalin y Truman se reúnen para dar forma al mundo de la posguerra. El cadáver de un oficial estadounidense es hallado con los bolsillos repletos de dinero. El periodista Jake Geismar regresa a la ciudad en busca de un gran artículo que ponga fín a su guerra, pero en lugar de eso descubre que está a punto de estallar otra. Un típico exponente del género, sin más.

* Por su parte, "Kapput Mundi", de Ben Pastor (que en realidad no se llama Ben, sino Maria y es italiana) es la primera entrega de los casos de Martin Bora. Aristocrático y cosmopolita, melancólico y contradictorio, Martin Bora es mucho más que un simple oficial de la Wehrmacht. Desde su rango de militar privilegiado en la Roma invadida por las tropas alemanas, donde las atrocidades de la guerra conviven de modo asombroso con un mundo de lujo y exuberancia, Bora ejerce de investigador de casos criminales, dispuesto a jugarse la vida en una lucha contrarreloj por salvar a inocentes. En este primer caso publicado en castellano, Bora debe aclarar los puntos oscuros del supuesto suicidio de una joven y algo casquivana secretaria de la embajada del Reich. Con la ayuda del inspector de policía Sandro Guidi, Bora se adentrará en una intrincada maraña de odios, traiciones y alianzas secretas donde la curia vaticana desempeña un ambiguo y a veces peligroso papel. Una novela amena y bastante correcta, en la que lo secular se entremezcla con lo religioso y que también ofrece un buen retrato de la Europa ocupada.

Y así podríamos seguir, quizá no ad infinitum, pero casi... así que, por contra, aquí lo dejaremos. Después de todo, es más que probable que en un futuro se nos presente una nueva ocasión para continuar con la lista. Y ustedes que lo lean...

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Proximamente: "Chico de Ojos Azules", de Joanne Harris.

5 comentarios:

  1. Es repetitivo, lo sé, pero me quito el sombrero con el post. Sólo lamento no poder ayudarte en tus dos curiosidades, :P

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  2. Pues es curioso: no recuerdo haberte visto con sombrero :P
    ¡Gracias!

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  3. Oye, a mi esto del taparan me suena a ficción, aparte de no encontrar ni el mas mínimo rastro de información en webs especializadas. Pero imaginatelo, no es muy apropiado para un puzzle en papel ya que habría que hacerlo todo mentalmente, mucho mas complicado que los típicos problemas de ajedrez que suelen ser no mas de una docena de movimientos. O eso me parece.

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  4. La verdad es que a mí también me parece muy complicado, aunque inventarse algo así, también tiene tela... claro que cosas más raras se han visto.

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  5. Just so you know, both White Sky and the number game were pure inventions of my own. But thank you for reading with such focus, and thank you for writing so well on my behalf.

    Jonathan

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