miércoles, 12 de enero de 2011

2011-5. "El Diario Secreto de Adrian Mole", de Sue Townsend

"¡Qué suerte la mía!"

Título: “El Diario Secreto de Adrian Mole”.

Título original: "The Secret Diary of Adrian Mole Aged 13 3/4”.

Autor: Sue Townsend.

Editorial: Destino.

Año
: 1982 (1993, de la edición en español).

Páginas
: 186.

Género: Juvenil (humor).

Sinopsis: A lo largo de su diario, Adrian Mole nos introduce en el mundo de la adolescencia y en su peculiar forma de ver y entender el mundo. Sus confesiones nos asoman a un entorno familiar inestable, a la constancia de perseguir un sueño y a la importancia que adquieren la amistad y el amor.

Siempre bajo la fórmula del humor, cada página nos revela también la realidad política y social de la década de 1980 en Gran Bretaña.

Puntuación
: 2,5/5.

Una lectura ligera, especialmente recomendable para chicos en los primeros años de su adolescencia, "El Diario Secreto de Adrian Mole" destaca por encima de todo por su sentido del humor, conseguido en muchas ocasiones a costa de la ingenuidad de un niño que se toma demasiado en serio a sí mismo, y quizá no tanto a la vida y al resto de personas que le rodean.

A través de la mirada intelectual del pesimista Adrian (pues así, como un intelectual, se define nuestro protagonista), la autora retrata en tono ligero temas sociales tan cotidianos como el desempleo, la política o el adulterio, de especial relevancia algunos de ellos en el contexto de la Inglaterra de la era Thatcher.

Concretamente, esta parte de los diarios de Adrian recoge lo que en su vida acontece entre el 1 de enero de 1981 y el 3 de abril de 1982, iniciándose por tanto cuando el chico tiene 13 años y 3/4 y terminando un día después de cumplir los 15; y si bien las referencias temporales no son frecuentes, lo cierto es que las entradas diarias retratan a la perfección la época a través de momentos históricos como la boda de Carlos y Diana y la influencia en la sociedad de corrientes de pensamiento y tendencias como el punk.

El retrato de los años de adolescencia resulta también certero y siempre divertido, de forma que, aunque uno no pueda evitar reírse del pobre Adrian y sus peripecias, al mismo tiempo resulta muy fácil recordar las sensaciones de esa época, en la que lo más pequeño (como un simple granito) se magnifica hasta convertirse en la mayor catástrofe del mundo.

La evolución de un intelectual adolescente:

Domingo, 11 de enero.
"Ahora sé que soy un intelectual (...) Todo tiene sentido: el hogar inestable, la dieta pobre, mi antipatía hacia lo punk. Creo que voy a hacerme socio de la biblioteca, a ver qué pasa."

Jueves, 15 de enero.
"Leí unas páginas de 'Orgullo y Prejuicio', pero es muy anticuado. Creo que Jane Austen debiera escribir algo más moderno."

Lunes, 2 de marzo.
"¡El matrimonio no es como estar en la cárcel! A las mujeres las dejan salir todos los días para hacer la compra y cosas por el estilo y muchas hasta trabajan. Creo que mi madre se pasa por el lado melodramático."

Domingo, 7 de junio.
"Es muy simpático, me dio un libro para leer: se llama 'Los filántropos de los pantalones raídos'. Aún no le he echado un vistazo, pero como me interesan mucho las colecciones de sellos pienso leerlo esta noche."

Jueves, 10 de septiembre.
"El señor Dock enseña también literatura inglesa, de modo que tenemos que llevarnos bien, puesto que a estas alturas seguramente soy el chaval que más ha leído del colegio. Podré ayudarlo si se encuentra en algún apuro."

Lunes, 16 de noviembre.
"He vuelto del colegio con dolor de cabeza. ¡Todo ese ruido, griterío y matonería me está deprimiendo! ¡Sin duda, los profesores deberían comportarse mejor!"

Lecturas de un intelectual adolescente: Serio y de palabra como es nuestro pequeño intelectual, en las primera páginas de la historia se hace, en efecto, socio de la biblioteca. Lo que pasa después es que selecciona lecturas que estén a la altura de su nuevo estado superior al rebaño, con resultados desiguales, aunque no se le puede negar la constancia y el mérito.
Asegura Adrian haber disfrutado con muchos de ellos y no haber entendido otros tantos, y la verdad es que no se le puede culpar. Y aunque personalmente siento la tentación de calificarlo de pedante por muchas de sus elecciones, seguramente lo que la autora pretende en su retrato del protagonista, lo cierto es que yo soy la niña que a los doce años se leyó 'El Quijote' porque se aburría en las vacaciones de verano, así que... De todos modos, diré en mi descargo que en su momento pensé que tenía buenos momentos, pero en general era bastante aburrido; y que con el tiempo me he dado cuenta de que, para mí, la lectura es más una forma de ocio que un vehículo para la cultura, aunque tampoco nos vamos a poner a discutir ahora sobre los beneficios de todo tipo de literatura, incluyendo las vulgarmente llamadas historietas. Básicamente: 'lee, que algo queda...'

He aquí un ejemplo de las lecturas de Adrian:
*"Rebelíon en la Granja", de George Orwell.
*"Guerra y Paz", de Leon Tolstoi.
*"El Hombre de la Máscara de Hierro", de Alejandro Dumas.
*"Madame Bovary", de Gustave Flaubert.
*"La Cabaña del Tío Tom", de Harriet Beecher Stowe.
*"Cumbres Borrascosas", de Emily Brontë.
*"Crimen y Castigo", de Fiódor Dostoievski.

Te gustará si te gustan...
Las historias que te hacen rememorar tus tiempos mozos, y el humor británico a lo Sharpe.

Otras obras de la autora: Esta novelista y dramaturga es conocida, fundamentalmente, por su serie sobre Adrian Mole. Sí, en efecto: se trata de una serie compuesta por ocho títulos, en la que Townsend nos da la oportunidad de seguir conociendo y disfrutando de los avatares de la vida del pobre Adrian, y el último de los cuales lleva el descriptivo título de "Adrian Mole: The Prostrate Years". Si bien no estoy segura de que todos ellos hayan sido traducidos al castellano, según parece sí hay unos cuantos disponibles; así que el que disfrute con las aventuras de este chico y quiera saber cómo sigue su vida, avisado queda de que puede hacerlo.

Lecturas de infancia y adolescencia:
Si bien mis incursiones en el género juvenil siguen siendo frecuentes, en lo cual la nueva sección de la biblioteca "Bances Candamo" resulta de gran ayuda, y reconociendo que este es un género que en la actualidad parece cuidarse especialmente y estar en auge (aunque gran parte de las novedades parecen destinadas al público femenino, dada la prosperidad del 'JR'), lo cierto es que hay grandes clásicos que deberían formar parte de la infancia de todos los niños. Ahí van solamente un par de ejemplos:

* Cualquiera de los libros de Roald Dahl, desde "Las Brujas" hasta "Matilda", pasando por "Charlie y la Fábrica de Chocolate" o "Danny, Campéon del Mundo" y su biográfica, desternillante y conmovedora "Boy".

* Michael Ende no falla, con su conocida "La Historia Interminable", pero tal vez aún más (al menos, para mí), con "Jim Botón y Lucas el Maquinista".
* Si hablamos de clásicos al estilo de las lecturas de Adrian, algo de Julio Verne resulta casi imprescindible: "Miguel Strogoff" o "Los Hijos del Capitán Grant", entre muchas otras.

* Y también clásicos recuperados que pueden preparar el terreno para Tolkien, como la serie de "Las Crónicas de Narnia" de su amigo C.S. Lewis.
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Proximamente: "La Luna de las Tortugas", de Alice Hoffman.

2 comentarios:

  1. Pues la lista de lecturas que señalas no me parecen "pedantes". Es variada y todas son grandes obras a las que merece la pena echar un vistazo (luego, te pueden gustar más o menos).

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  2. ¡Hombre! A mí 'Madame Bovary' o 'Crimen y Castigo' me parecen un tanto excesivas para un chavalín de 14 años, pero bueno... Que conste que en ningún momento he dicho que no sean grandes obras.

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