miércoles, 9 de marzo de 2011

2011-26. "La Bodega", de Noah Gordon

Sangre, sudor y vino.


Título: "La Bodega"

Título original: "The Bodega".

Autor: Noah Gordon.

Editorial: Roca.

Año: 2007.

Páginas: 383.


Género: Novela histórica (España, 1870-1876. Guerras Carlistas).

Frase promocional: 'La novela más reciente del indiscutible maestro de la narrativa histórica.'

Sinopsis:

Languedoc, Francia, finales del siglo XIX.

Josep Álvarez
descubre de la mano de un viticultor francés el arte de la elaboración del vino. Desde ese momento, su vida estará determinada por esta pasión. A pesar de su juventud, Josep ha conocido el amor, las intrigas políticas y el trabajo duro, experiencia que, junto a su temprana vocación, marcará su destino.

Tras participar contra su voluntad en un complot que convulsionará la ya turbulenta escena política del momento, huye a Francia, donde trabajará para un viticultor. Pese a su temor de caer en manos de la justicia, decide un día volver a su hogar. Luchando contra los elementos, Josep emprende una aventura tan ardua como fascinante: la elaboración de un buen vino.

Puntuación: 3/5

En términos literarios, Noah Gordon es un autor de reconocida solvencia, tanto desde el punto de vista del entretenimiento como desde el de la más cultural faceta de la divulgación histórica. Conocido sore todo entre el gran público por sus incursiones en este género, aunque escritor también de novelas de temática contemporánea o de aventuras en los inicios de su carrera, el estadounidense poseé un estilo ameno y ágil que está presente también en "La Bodega", por más que ésta no alcance las cotas de grandiosidad de sus obras más conocidas, como "El Médico".

Básicamente, la novela que hoy nos ocupa es una historia sencilla, tanto por su ambientación (el medio rural de la Cataluña de finales del S. XIX), como por sus personajes (agricultores y viticultores, pero también pequeños artesanos y algún que otro obrero industrial) e incluso por sus planteamientos, en una trama en la que los grandes acontecimientos históricos se constituyen básicamente en telón de fondo, por más que la participación de Josep en los mismos sea considerablemente significativa (y totalmente ficticia).

La principal virtud de "La Bodega" se encuentra en su fiel retrato de las costumbres y forma de vida de una época, un tipo popular y un país, en una historia que no destaca por su originalidad: la lucha de un hombre por alcanzar sus sueños, siempre a través del trabajo duro, aunque también con alguna que otra intervención de la buena suerte. Una progresión en la vida que se antoja previsible desde el primer momento de la narración, pero que no por ello deja de resultar amena. Capítulos breves que contribuyen a un ritmo ágil de lectura; la cual resulta, sin embargo, más correcta que memorable, tal vez porque sus personajes adolecen de la profundidad psicológica que suele caracterizar a este autor.

El autor y España.

Noah Gordon inicia sus agradecimientos finales diciendo: "Este libro es mi carta de amor a un país." Desde luego, eso se nota. Para la composición de esta novela, el autor y su familia se dedicaron a viajar intensamente por nuestro país, visitando innumerables bodegas en La Rioja y Cataluña, pues no en vano el vino tiene también un papel muy importante en esta historia. La fascinación de Gordon por España se había dejado sentir ya unos años antes en una de sus mejores obras, "El Último Judío", ambientada en su mayor parte en la península (lo cual, por otra parte, era prácticamente inevitable teniendo en cuenta su temática).

Ese amor se percibe también en la narración cuando se habla del tema de los típicos 'castellers' catalanes, hasta el punto de que uno tiene la impresión de que, en esos momentos, el que habla no es Josep, el personaje protagonista, sino el propio novelista; acaso por ese tono de admiración y asombro ante lo ajeno, que muchas veces se pierde en la cercanía del que ha convivido con ciertas costumbres toda la vida.

Declarados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco el 16 de noviembre pasado, el primer castell documentado, allá por 1770, constaba de seis pisos; el primer castillo de ocho, como los que se construyen en "La Bodega", se alzó en 1819, en el período de tranquilidad que tuvo lugar entre la Guerra de Independencia contra los franceses (1808-1814) y la Primera Guerra Carlista (1833-1840). Después de eso, la cosa fue a más... En un castell interviene un numeroso grupo de hombres y mujeres de todas las edades y complexiones físicas (en la época en que se sitúa la novela no había aún mujeres ni niñas) que se entrenan durante todo el año para los concursos y actuaciones. Además, en la pinya de cada castell colaboran amigos, familiares, aficionados y espectadores espontáneos que se unen a la colla de castellers —que pasan así a participar activamente—. En definitiva, el tipo de actividad que daba cohesión a un pueblo, como se retrata en esta novela de Noah Gordon.

La vertiente histórica.

* "Los españoles no tenéis peor enemigo que vosotros mismos cuando os da por pelearos." (Pág. 28).



Una gran verdad, de ésas que tan claramente se ven desde la distancia, cuando no eres uno de los implicados sino un observador extranjero. Perfectamente ejemplificada en la Historia en las Guerras Carlistas, la tercera de las cuales se perfila en esta novela como telón de fondo, si bien para la misma resultan mucho más determinantes los acontecimientos que precedieron al inicio de la misma: concretamente, el asesinato del General Prim en 1870, el 30 de diciembre, pocos días después de la llegada del nuevo rey, Amadeo I (de Saboya).



Juan Prim, militar y político progresista que por aquel entonces era Presidente del Consejo de Ministros, y ministro de la Guerra a su vez, se despidió ese día con cortesía de diputados y ministros, cruzó unas tensas palabras con el líder de los republicanos y se dirigió a su coche, una berlina verde de cuatro ruedas tirada por dos caballos que le aguardaba en la puerta del Congreso, con los cristales cerrados para proteger el interior del frío y la tormenta de nieve, que caía espesa esa tarde-noche, pues eran en torno a las 19.30 horas. El cochero puso en marcha el vehículo en cuanto subieron el general y sus acompañantes: el coronel Moya, que se sentó en la delantera, y su ayudante personal, Nandín, que se acomodó a su lado, en el asiento trasero. La berlina emprendió la ruta habitual hacia el Ministerio de la Guerra (Palacio de Buenavista), donde estaba la residencia presidencial.
Al llegar a la calle del Turco, hoy Marqués de Cubas, el cochero observó que había dos carruajes de caballos atravesados en el angosto camino. Tuvo que detener la berlina en medio de la densa nevada. Un segundo después el coronel Moya se asomó a la portezuela para tratar de arreglar la situación y contempló con alarma cómo tres individuos vestidos con blusas, sin duda alertados de la llegada de Prim, se dirigían hacia el coche armados con lo que le parecieron carabinas, aunque uno de ellos llevaba con seguridad una pistola. No tuvo tiempo nada más que para decir: “Bájese usted, mi general, que nos hacen fuego”.

Sus palabras quedaron interrumpidas por el ruido de las detonaciones, al menos tres por el lado izquierdo y otras dos por el derecho. Los cristales se quebraron y uno de los asesinos consiguió meter en el interior de la berlina el cañón del arma que portaba; tan cerca del general Prim que la cara de éste quedó tatuada por los granos de pólvora. Su ayudante, Nandín, en un movimiento desesperado, trató de protegerlo interponiendo su brazo. Las balas le destrozaron la mano, y quedaron esparcidos esquirlas y pedazos de carne abrasada.

La agresión duró sólo unos segundos, apenas los mismos que el cochero tardó en reaccionar, golpeando con su látigo casi por igual a los agresores y a los caballos hasta romper el cerco y huir hacia la calle Alcalá.

Se dirigieron a toda prisa hacia el Ministerio de la Guerra. Al llegar a palacio los dos heridos descendieron de la berlina, ayudados por Moya y el cochero. El general subió por su propio pie la escalerilla del ministerio, apoyándose en la barandilla con la mano afectada y dejando en el suelo un reguero de sangre. Al encontrarse con su esposa forzó un gesto tranquilizador para decirle que sus heridas no revestían gravedad.

Cuando llegaron los médicos apreciaron rápidamente los destrozos en los dedos de la mano derecha, de tal envergadura que fue preciso amputar de inmediato la primera falange del anular, quedando en peligro de amputación el índice. Aunque lo más preocupante era el “trabucazo” que el general presentaba en el hombro izquierdo. Le había sepultado al menos ocho balas en la carne. Los cuidados médicos se prolongaron hasta la madrugada. A las dos de la mañana se le habían extraído siete balas.

Nandín, el ayudante, fue trasladado a la casa de socorro más cercana, donde se le diagnosticó que perdería el movimiento de la mano, que le quedaría seca e inservible, pero que quizá –le dijeron– no tendrían que amputársela. Entre tanto, las noticias difundidas mentían sobre la gravedad de las lesiones: se quería que fuesen tranquilizadoras, en un momento en que era preciso mantener la calma en el país. Aun cuando las heridas no eran demasiado graves, el hecho que se infectaran le provocó la muerte tres días después.

Algunos indicios señalan al duque de Montpensier y al regente general Serrano como instigadores y al republicano José Paúl y Angulo como ejecutor con otros nueve hombres. El estudio del abogado reusense Antonio Pedrol Rius aclaró en 1960 el misterio de su asesinato en cuanto a autores materiales (Paúl y Angulo y otros republicanos), pero en cuanto a los instigadores nada puede demostrarse sin duda razonable, pues los indicios sobre Montpensier y Serrano se basan en que los asesinos fueron reclutados por sus hombres de confianza, pero no en pruebas directas por lo que finalmente este magnicidio quedaría como un misterio irresoluble del todo.


España: otras guerras, otras sagas literarias recomendables.

* Compuesta por 24 títulos hasta la fecha, los amantes de la novela histórica amena bien documentada, de ambientación bélica y protagonizadas por personajes carismáticos, disfrutarán sin duda de las aventuras del fusilero Richard Sharpe y de su inevitable progreso en el Ejército británico durante las guerras napoleónicas, incluida la famosísima batalla de Waterloo. Brillante pero rebelde, el Sharpe de Bernard Cornwell (grandísimo autor de novela histórica donde los haya) empieza como soldado raso en "Sharpe y El Tigre de Bengala" y es promovido gradualmente a teniente coronel en "Sharpe en Waterloo". Y, como no podía ser menos en un hombre que parece estar en todas partes, en el ínterín luchará también con mayor o menor fortuna en más de una batalla en tierras españolas:

- En "Los Rifles de Sharpe", en la batalla de La Coruña, en enero 1809.

- En "Sharpe y El Águila del Imperio" (que en realidad fue la primera novela publicada con este personaje como protagonista), en la batalla de Talavera, en julio de 1809.

- En "La Furia de Sharpe", en la batalla de Barrosa (Cádiz), en el invierno de 1810-11.

- En 'Sharpe's Battle' (no traducida al castellano), en la batalla de Fuentes de Oñoro (Salamanca), en mayo de 1811.

- En "Sharpe y Sus Fusileros", en la batalla de Badajoz, de enero a abril de 1812.

- En "Sharpe y La Campaña de Salamanca", en dicha batalla, en junio-julio de 1812.

- En 'Sharpe's Skirmish' (también sin traducción), participa en la defensa de Alba de Tormes, también en Salamanca, durante el mes de agosto de 1812.

- En "Sharpe y La Batalla de Vitoria", fechada en febrero a junio de 1813, nuestro fusilero va ya camino de invadir Francia, a lo que se dedicará con su pasión habitual en otros títulos de esta inigualable saga histórico-belica.


* No falta la temática bélica, aunque sus diferentes episodios tratan muchos otros aspectos relevantes de la historia española durante el llamado "Siglo de Oro Español", en 'Las Aventuras del Capitán Alatriste', de Arturo Pérez-Reverte: un fresco siempre interesante de una época turbulenta en lo político, pero rica en lo artístico, en la que no faltan personajes históricos y aventuras al estilo de "Los Tres Mosqueteros" de Dumas. Lógico, por otra parte, si se tiene en cuenta la naturaleza de su protagonista principal: Diego Alatriste y Tenorio, un soldado veterano de los tercios de Flandes y espadachín que malvive en el Madrid del siglo XVII alquilando su espada a todo aquel que la necesite.

Soldado desde los 13 años, fue soldado del Tercio Viejo de Cartagena y luchó en los Países Bajos. Después de pedir su baja como soldado en el tercio de Cartagena se dirige a Nápoles y se enrola en el tercio de allí, luchando contra turcos y venecianos, época en la que conoce a Álvaro de la Marca y le salva la vida. Goza de buena reputación y se establece en el lugar, pero tiene que huir después de tener un problema con la mujer con la que vive. Escapa a Sevilla y a Madrid, donde se inicia en el oficio de espadachín a sueldo. Se vuelve a enrolar en el tercio viejo de Cartagena, y regresa a pelear en los Países Bajos. Por su actuación obtiene el grado de sargento, que pierde luego por batirse a duelo con un oficial. En Flandes muere su amigo Lope Balboa, quien le pide que se encargue de criar a su hijo. Después de la derrota y aniquilación del tercio viejo de Cartagena, Alatriste regresa a España, se instala en Madrid y recibe a Íñigo Balboa como paje.

La serie está compuesta por seis títulos hasta la fecha:

- "El capitán Alatriste": presentación de los personajes y la época.

- "Limpieza de Sangre": la Inquisición.


- "El Sol de Breda": la Guerra (en Flandes).

- "El Oro del Rey": la Compañía de las indias Orientales y el oro de América.

- "El Caballero del Jubón Amarillo": corrales de comedia y amor cortesano.


- "Corsarios de Levante": batallas navales contra los corsarios bereberes y turcos en el Mediterráneo.


Otras obras del autor.
Dejando a un lado el hecho de que yo soy más de libros que de autores, lo cierto es que, aún no estando Noah Gordon en mi lista de favoritos (alguno hay, pese a todo), sí que me he leído todo lo que ha escrito hasta la fecha, con la única excepción de "Sam y Otros Cuentos de Animales", que en realidad es un libro de cuentos para niños, que escribió para tratar de concienciar a estos sobre el efecto de la presión humana sobre los animales.

Dicho lo cual, para mí hay dos obras que destacan por encima del resto en el conjunto de su producción literaria, y que tienen en común el hecho de ser auténticos best-seller que convierten el género histórico en algo apto para el consumo de todo tipo de lectores, protagonizados por dos jóvenes carismáticos; con la peculiaridad de que, donde uno tiene que ocultar su condición de judío, el otro se hace pasar por tal para poder cumplir sus sueños.

De "El Último Judío" ya se ha hablado con anterioridad en este blog, concretamente en la entrada dedicada a "La Hora del Ángel" de Anne Rice, a la cual remito a los interesados. Así pues, nos centraremos en esta ocasión en "El Médico", la primera parte de la trilogía de Gordon dedicada al mundo de la medicina y protagonizada por los Cole, y que se completa con "Chamán" y "La Doctora Cole", obras interesantes y amenas también, pero que van perdiendo la grandiosidad del inicio de la serie a medida que la narración avanza en el tiempo.

La novela trata sobre la vida de Rob J. Cole, joven londinense hijo de una familia del gremio de carpinteros que a los nueve años se ve huérfano. Durante unos días se encarga del cuidado de sus cuatro hermanos, a quienes un miembro del gremio va encontrando nuevos hogares poco a poco. Cuando se queda solo, bajo el peligro de ser vendido como esclavo, fortuitamente pasará a ser el ayudante-aprendiz de Henry Croft (Barber), un hombre campechano que recorre Inglaterra montando espectáculos para atraer al público ante el que ejerce de cirujano-barbero y al que le vende un preparado que "lo cura todo": la Panacea Universal.

Durante años comparten cartel y llegarán a repartirse los beneficios de los espectáculos, hasta que un día Barber muere de un ataque al corazón. A partir de entonces, Rob seguirá en solitario. Benjamin Merlin, un médico judío que Rob conoce durante una de sus actuaciones, le alienta a superarse y hacer realidad su mayor deseo: convertirse en médico. Merlin no lo toma como aprendiz, pero le apunta la esperanza de llegar a prepararse en la escuela del más eminente médico de la época, Avicena, en Isfahán (Persia). Rob es llevado hasta allí por su pasión por sanar, vencer a la enfermedad y a la muerte y aliviar dolores, aunque para ello deba hacerse pasar por judío, adoptando el nombre de Jesse ben Benjamin, ya que no podría hacerlo como cristiano.

El gran viaje físico y espiritual de un joven en persecución de sus sueños, desde la Inglaterra del S.XI hasta la fascinante y enigmática Persia, con grandes descripciones de ambientes y personajes y una cuidada atención a los detalles de la ciencia médica. Pero también una historia sobre religión, política, amor y amistad, sobre la idiosincrasia de los diferentes pueblos y la fidelidad a las convicciones personales. Siempre recomendable.

Te gustará si te gusta... "El Rey de la Ciudad Púrpura", de Rebecca Gablé y "La Granja" de John Grisham.

La primera, por su similitud en el esquema de la historia, salvando las diferencias temporales: un joven, una herencia, una lucha por labrarse futuro en un oficio, innovando y viajando para aprender. No obstante, si de comparaciones se trata, hay que decir que la obra de Gablé es mucho más rica en detalles y profundidad histórica que "La Bodega". Para los interesados, la época y lugar son el Londres del S.XIV, y nuestro protagonista el joven aprendiz de un comerciante de paños: industria textil, frente a la vinícola, en este caso.

En cuanto a la novela de Grisham, su primera obra de ficción no legal, el paralelismo es evidente en su ambientación en la vida rural americana y los problemas y vicisitudes que tal existencia acarrea. En este caso, cambiamos vino por algodón, más propio de la zona y la época: Arkansas, años 50. A través de los ojos de Luke Chandler, un niño de siete años, conocemos el destino de la pequeña comunidad de Black Oak. El inicio de la temporada de la recolección del algodón reúne a gente de orígenes muy dispares. Los Chandler, una de las muchas familias del pueblo que ha contratado jornaleros para la recolección, trabajan codo con codo con mexicanos y temporeros a merced de un tiempo inclemente. Las duras condiciones de trabajo sumadas a las diferencias entre unos y otros, acabarán por hacer la convivencia imposible; la tensión irá in crescendo y las rencillas dejarán paso a los enfrentamientos violentos. Luke, testigo involuntario de los hechos, no podrá evitar verse involucrado en una espiral de intrigas y secretos que amenazan no sólo con arruinar la cosecha, sino también con cambiar irremediablemente la vida de los Chandler...

Dos obras que, al igual que sucede con la que protagoniza esta entrada, se caracterizan por su amenidad y corrección, si bien ninguna de ellas es especialmente memorable.

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Proximamente: "El Cielo Está En Cualquier Lugar", de Jandy Nelson.

1 comentario:

  1. Gran libro, a nosotros nos gusto mucho. Este blog es muy bueno y aunque esta entrada es de 2011 nos ha parecido muy interesante.

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