Editorial: Suma de letras.
Año: 2010.
Páginas: 456.
Género: Thriller sobrenatural.
Sinopsis. ¿QUÉ PASARÍA SI UNA MAÑANA, DESPUÉS DE UNA BORRACHERA HORRIBLE, TE DESPERTARAS CON UNOS INCIPIENTES CUERNOS EN LA CABEZA?
"Ignatius Martin Perrish pasó la noche borracho y haciendo cosas terribles. A la mañana siguiente se despertó con dolor de cabeza, se llevó las manos a las sienes y palpó algo extraño: dos protuberancias huesudas y de punta afilada."
La vida de Ig Perrish es un verdadero infierno desde que su novia Merrin fuera asesinada un año atrás, en un episodio que, si bien le fue ajeno, tendió sobre él un manto de sospechas que nunca pudo quitarsde de encima.
Joe Hill, príncipe del terror y autor prodigio de la exitosa novela "El Traje del Muerto", vuelve a ponernos los pelos de punta con esta extravagante, original e imaginativa historia, en la que todo es, aparentemente, extraño e inexplicable.
"Cuernos" es, probablemente, la propuesta más original e imaginativa con la que me he tropezado en los últimos tiempos; y no ya tanto por su argumento, pues por más que no le falte originalidad las librerías están llenas de novelas que basan sus tramas en las ideas más disparatas que imaginarse pueda, sino por la forma en que el autor narra la historia y la maestría con la que teje los hilos que conforman la misma hasta componer un tapiz que se aleja completamente de cualquier cosa esperada.
Con semejante argumento, resulta lógico pensar que nos encontramos ante una novela negra, oscura, pues tal combinación de elementos nos lleva a anticipar inevitablemente, o al menos en mi caso, una mezcla de terror y humor bastante estrambótica y, en principio, tal vez hasta incluso difícil de tomar en serio. Como no me canso de repetir (y es que de verdad que los argumentos de las contraportadas mueven a muchos engaños), nada más lejos de la realidad. Por supuesto que hay elementos de terror y toques de verdadero humor más o menos oscuro, pero también mucho más que eso.
Al final, uno tiene la sensación de que lo que acaba de leer es una gran historia de amor (tanto romántico como fraterno), de ira y venganza (imaginaria o real) protagonizada por personajes de lo más humanos, incluso a pesar de ese toque sobrenatural que, gracias al genio de Hill, uno acaba asimilando casi como algo perfectamente nomal a pesar de la verdadera extrañeza de los acontecimientos.
Ig Perrish, el hombre (chico, que veintiseis años no son nada) transformado en nuestro diablo particular, se convierte para el lector en el superhéroe de esta historia de forma inevitable, por más que al principio resulte muy difícil imaginar que tal cosa sea posible. ¿Cómo puede el chico que todos piensan que ha matado a su novia, al que todo el mundo odia, un auténtico tarambana que se dedica a correrse juergas e incapaz de hacer nada de provecho en su vida, convertirse en el héroe de la historia? Tal vez porque, a medida que vayamos pasando las páginas con fruición, nos daremos cuenta de que, a pesar de ser bendecido con unos cuernos diabólicos, Ig es y siempre ha sido, por encima de todas las cosas y en esencia, una buena persona.
En su compañía, y al mismo tiempo que él, iremos descubriendo los secretos que se ocultan detrás del crimen que acabó con el gran amor de su vida, así como otros muchos pecados y deseos ocultos en el interior de todas aquellas personas que le rodean; para descubrir que hay muchas cosas que él no sabe y que explican todo lo sucedido un año antes, desde el brutal crimen y la identidad de su autor, más próximo de lo esperado, hasta el porqué de los acontecimientos que condujeron a tan fatídico desenlace.
Una auténtica novela de suspense también, pues. Con un villano digno de tal nombre, capaz de provocar verdaderos escalofríos por su naturaleza completamente fría y despiadada desde su más tierna infancia, y cuya identidad no queda sino omitir en esta reseña, aunque es algo que se descubre bastante pronto en la historia. La muestra de que, como dice el propio Ig, el diablo es superhéroe y no supervillano, pues el auténtico malvado de esta historia es ciertamente de lo más humano que pueda imaginarse, mientras que nuestro diablo sólo quiere venganza y respuestas y volver a reunirse con su amada.
La magia de la infancia.
Para mí, algunos de los momentos más memorables de esta historia se encuentran en el pasado, en la infancia de los protagonistas. Es precisamente la habilidad de Joe Hill para reconstruir la magia y la inocencia de esa etapa vital, y su capacidad para intercalar esos flashbacks en la trama, lo que dota al conjunto de verdadera luz a pesar de los elementos oscuros, y la que consigue infundir una personalidad compacta y muy lograda a todos los personajes.
La relación entre los hermanos, entre el protagonista y su amigo, entre ambos y Merrin, la chica misteriosa que un día aparece en la iglesia con su crucifijo y sus destellos dorados; las travesuras con los petardos, la alocada carrera con el carrito de la compra y sus importantes e inesperadas consecuencias; las mentiras y pecados del niño capaz de engañar a todos con sus fríos cálculos y la ceguera del inocente que se engaña a sí mismo en su culpabilidad pero, a pesar de todo, lucha por lo que desea... La imagen que ofrece el autor de la infancia resulta tan creible como conmovedora, y retrotrae en su sencillez a ciertas obras del género de terror protagonizadas por otros niños (aunque en las de Ig y sus coetáneos no hay ningún monstruo sobrenatural), como lo son "Un Verano Tenebroso", de Dan Simmons o el "It" de Stephen King, o su más realista "Cuenta Conmigo".
Autor este último, por cierto, con el que Hill comparte también su ya mencionada habilidad para la introducción de elementos sobrenaturales en la vida cotidiana de los personajes, pero no sólo eso como veremos un poquito más adelante.
Toques de humor.
* No al poliéster: algo en lo que coinciden Dios y Satán (pág.276).
* La falda entra en escena (pág. 371).
Unas cuantas verdades por boca de nuestro héroe:
* "A Ig le desconcertaba la idea de que hubiera alguien a quien no le interesaba la música. Era lo mismo que no estar interesado en ser feliz". (Pág. 117)
* "Los chicos pobres a menudo van muy arreglados. Eran los ricos los que vestían de forma desaliñada, combinando cuidadosamente un atuendo desarrapado: vaqueros de diseño de ochenta dólares convenientemente desgastados por profesionales y camisetas de aspecto raído directamente salidas de Abercrombie & Fitch." (Pág. 117)
* "Tal vez todos los planes del demonio no eran nada comparados con lo que eran capaces de tramar los hombres". (Pág. 420).
Así que, por una vez, lo haremos al revés: porque ciertamente lo pasarás mal si no te gustan las serpientes, elemento inevitable en una historia que tanto tiene que ver con el diablo, y cuyo papel relevante en el desenlace de la trama tal vez produzca alguna arcada a las almas verdaderamente sensibles.
Claro que, después de todo, a menudo es precisamente leer o ver aquellas cosas que nos desagradan lo que nos gusta, por más contradictorio que eso parezca, y de ahí el éxito de las películas de terror al estilo 'Saw'. ¡De todo hay en la viña del Señor! Y si no, miradme a mí, que abomino de las escenas con ojos de por medio (evidentemente, de aquellas en las que hay alguna agresión o similar, no de los ojos porque sí) y no por ellos disfrute menos viendo "28 Días Después"...
Un juego para terminar: Morse.
En "Cuernos" el alfabeto Morse se convierte en un elemento al servicio del romance y en una de las piezas clave del principio y el final de la historia de Ig y Merrin. Hasta tal punto es significativo su papel en la historia, que en la contraportada interior del libro el lector encontrará un mensaje secreto escrito utilizando el famoso código; en el que, por cierto, la señal universal de socorro (S.O.S.) no se retransmite con punto-raya-punto, como se dice en algunos sitios, sino con tres puntos, tres rayas y tres puntos.
Desarrollado por Alfred Vail mientras colaboraba en 1835 con Samuel Morse en la invención del telégrafo eléctrico, éste creo un método según el cual cada letra o número era transmitido de forma individual con un código consistente en los famosos rayas y puntos, es decir, señales telegráficas que se diferencian en el tiempo de duración de la señal activa. La duración del punto es la mínima posible. Una raya tiene una duración de aproximadamente tres veces la del punto. Entre cada par de símbolos de una misma letra existe una ausencia de señal con duración aproximada a la de un punto. Entre las letras de una misma palabra, la ausencia es de aproximadamente tres puntos. Para la separación de palabras transmitidas el tiempo es de aproximadamente tres veces el de la raya.
Para el que no quiera hacer el esfuerzo, ahí va una pista de lo que se encierra entre tantos puntos y rayas: un par de versos de una famosa canción de los 'Rolling Stones', que viene muy al caso... porque también Keith y Mick tienen algo que decir en esta historia, inspirando con su filosofía y su peculiar evangelio a los personajes.
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Proximamente: "Tres Deseos", de Jackson Pearce.
Ahhhhhhhh... y yo con las ganas que tengo de leerla... pero bueno, si RUSSELL CROWE la va a interpretar en pantalla tenía que ser muy buena. :)
ResponderEliminar¿Russel Crowe? ¡Vaya! Con lo que a mí me gusta, y eso se me pasó por alto... ¡Gracias por el añadido! :)
ResponderEliminarTenía buenas referencias de esta novela aunque afortunadamente desconocía por completo según que lazos familiares.
ResponderEliminarY ha superado las expectativas, sin duda una de las mejores que he leído en lo que va de año. Los personajes están perfectamente descritos y caracterizados, especialmente el villano. Es imposible no sentir empatía para con el protagonista, no odiar al malo malísimo o no tener ganas de hincar el diente al torneado a la par que turgente muslamen de la victima. Quizás baje un poco el ritmo en torno a la mitad de la historia y un poquito más hacia los tres cuartos, pero el conjunto es tan oscuro como brillante y te invita a seguir y seguir leyendo.
Hay momentos memorables como el del carrito, el sermón o la charla de adolescentes en la habitación, y sublimes pinceladas negras como radio serpiente, el perdón para el poliester o la ruina de la falda. Impagables
Vamos, que me ha gustado, a ver como resulta la adaptación cinematográfica aunque no albergo muchas esperanzas, si bien no me consta ningún avance al respecto y mucho menos sobre los intérpretes, quizás el primer comentarista se refiera a la adaptación de su primera obra, o será que no veo a Russell en ninguno de los papeles protagonistas? uno, que es más de Pitt...
PD: ya termino, muy buena igualmente la web del autor, ahi va una perla.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCorrección: Los estudios Warner Bros ya compraron los derechos de la primera novela de Hill, "El Traje del Muerto", para llevarla al cine, protagonizada por Russell Crowe y Christina Ricci. "Cuernos" será llevada al cine también y es protagonizada por Shia LaBeouf.
ResponderEliminar¡Muhcas gracias por la aclaración, C.! Tienes toda la razón... de lo cual tengo que decir que me alegro, pues por mucho que me guste Russell, no acababa de verlo en el papel de Ig: tal vez demasiado talludito ya para eso. Sin embargo, me parece que Shia (que también me encanta) encaja a la perfección. :)
ResponderEliminarDaniel Radcliffe protagonista de Cuernos, en fin...
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