sábado, 5 de febrero de 2011

2011-10. "La Declaración", de Gemma Malley

Con la sensación del deber cumplido, es hora de recuperar el tiempo pasado, que en ningún caso perdido; y la sensación de urgencia por hacerlo puede afectar a este post y, sin duda, al siguiente. El que avisa...


"Conoce Tu Lugar".

Título: “La Declaración”

Título original: "The Declaration"

Autora: Gemma Malley.

Editorial: Salamandra.

Año: 2007 (2008, de la edición en español).

Páginas: 253.

Género: Juvenil (distopía).

Frase promocional: “Malley invita a los adolescentes a reflexionar sobre la afirmación de la personalidad y la defensa de las libertades individuales y colectivas. Un libro magnífico.” –Lire.

Sinopsis: “Me llamo Anna y no debería estar aquí. No debería existir. Pero existo.”

Año 2140, Inglaterra. La creación de un fármaco contra el envejecimiento ha permitido vencer la enfermedad y la muerte. Con el fin de evitar la superpoblación del planeta, se promulga la Declaración, ley fundamental que prohíbe a las parejas tener hijos. Las personas que nacen a pesar de esta ley se denominan Excedentes y no tienen derecho a vivir en el mundo de los Legales, pero, adiestrados correctamente, pueden ser muy valiosos como mano de obra esclavizada y desechable.

Anna tiene quince años y es una Excedente. Despojada de su apellido, de su pasado y recluida en un centro de internamiento, su vida se reduce a trabajar duro para convertirse en Empleada Valiosa. Sin embargo, la llegada de un misterioso joven llamado Peter dará un giro radical a su vida, hasta el punto de hacer tambalear el siniestro orden social que la arrogancia y la codicia del hombre han creado.

Puntuación: 3/5.

Una vez más, "La Declaración" resulta para mí una historia más interesante por las ideas en las que se fundamenta y los interrogantes que plantea que por el desarrollo en sí de la trama, acertadamente calificada como juvenil, si bien yo me veo tentada de ponerle el 'infantil' delante.

Aunque, al menos, todo tiene una explicación: y es que la autora, Gemma Malley, ha desempeñado un cargo de responsabilidad en 'Ofsted', el organismo gubernamental británico de control de la educación y el cuidado de los niños y además su marido es director de una escuela de primaria; y eso, se nota. En efecto, queda claro al leer este libro la finalidad pedagógica y didáctica que la escritora persigue con la historia; y, además, lo consigue, pues uno no puede dejar de darle vueltas a la situación histórica-política planteada como punto de partida y a las ideas y condiciones en la que la misma se fudamenta, todo ello muy proclive a dar que pensar sino directamente a plantear auténticos debates éticos y filosóficos.

Pero antes de entrar en tales profundidades, un par de consideraciones sobre el porqué considero esta novela más apta para jovenes de 12-14 años que para los llamados 'jóvenes adultos', si bien ello no impide que personas de cualquier edad puedan disfrutar de la misma...

En primer lugar, para mí los personajes son demasiado esquemáticos, especialmente en el caso de Peter, claramente falto de profundidad psicológica y concebido de forma demasiado arquetípica en su papel de 'rebelde'. Sin embargo, es fácil reconocer el potencial del personaje, y creo que la autora estaría desaprovechando grandes posibilidades si no le diera más personalidad en la continucación de la historia. Aunque tal vez ello tenga que ver también con el hecho de que los hechos (valga la redundancia) estén narrados desde el punto de vista de la que sin duda es la protagonista principal, Anna, que resulta un personaje mucho más conseguido y creíble, incluso si su cambio de actitud es quizá un poquito demasiado repentino, cuando no puede ser tan fácil resistirse al condicionamiento de toda una vida. ¡Es lo que tiene el amor!

Porque, en efecto, en muchos ámbitos se etiqueta a este libro como uno de esos omnipresentes (hasta aquí) JR's... Y tal vez lo sea, aunque esta sea una historia romántica que a mí tampoco me convence ni apasiona, más que nada porque adolece de todos defectos ya señalados: demasiado fácil, demasiado repentina y poco fundamentada, esquemática... ¡Será que los adolescentes son así!

En general, supongo que ésa es mi mayor 'pega' en este caso: lo esquemático y prototípico, sino ya estereotipado de muchos aspectos del hilo argumental de la historia (la mala, malísima con su gran secreto; el rebelde irresistible que no se rinde; la huída...) que suena a cosa leída, incluso a pesar de contar con un punto de partida tan bueno como el de la Declaración.



Grandes ideas, debates éticos.

¿No tiene lógica la Declaración, dadas las circunstancias? ¿Hasta que punto supone una restricción a la libertad del individuo y hasta que punto resulta inevitable? ¿Dónde está realmente el problema si la gente puede 'Excluirse'? Todas estas preguntas y muchas más se plantearán en la mente del lector de forma inevitable, provocando sensaciones contradictorias que quizá sean la causa de que uno no acabe de entender el papel de los rebeldes o la verdadera naturaleza del conflicto planteado. Y es que, en aras de un impactante giro argumental preparatorio del gran final, Malley hurta información clave sobre la filosofía y realidad de su concepción de este mundo futuro a sus lectores o, en todo caso, mantiene ciertos aspectos del mismo en la ambigüedad de las sombras.

En un mundo en el que la gente no muere, el principal problema acaba siendo, como no podía ser de otra forma (más aún si tenemos en cuenta las pautas actuales de una realidad en el que la idea de la vida eterna ni se nos pasa por la cabeza), la superpoblación: si nadie muere y la Humanidad sigue procreando, no resulta difícil ver el final de la especie, inevitable cuando los recursos se agoten, ni los efectos colaterales de semejante perspectiva en forma de lucha violenta por el control de dichos recursos. Así pues, ¿no resulta, como decíamos, lógico que se impida a las parejas tener hijos? A no ser, claro está, que se declaren dispuestos a 'excluirse' y no beneficiarse de los efectos del fármaco que detiene el proceso de envejecimiento: y que, así, cambien "vida por vida" y acepten su muerte, puesto que tal posibilidad se les ofrece.

Con semejante panorama uno se pregunta, en efecto, dónde está el conflicto. ¿Acaso no sería simplemente egoísta querer tenerlo todo, vida eterna y descendencia? La clave para entender la necesidad de movimientos de resistencia: que si uno no se excluye a los dieciseis años, no tiene opción a hacerlo en el futuro... he ahí uno de los puntos fundamentales de la teoría que la autora nos oculta hasta la parte final de la historia. Pero que nadie se alarme porque el secreto haya sido desvelado: tal vez eso contribuya a entender mejor algunos aspectos de la naturaleza de la trama y, desde luego, hay mayores sorpresas relacionadas con la Declaración sin las cuales, en efecto, el final del libro carecería completamente de sentido puesto que sería, simple y llanamente, imposible.

Aunque, sin duda, existen otros buenos motivos para desear el cambio que conlleva la rebelión, pues un mundo en el que no hay savia nueva es un mundo condenado a la ausencia de cambio, y en el que la pervivencia del statu quo significa el dominio perenne de los mismos, con el peligro que eso supone para cualquier ideología que acaba perpetuándose en dictadura. Y ello por no mencionar el freno al progreso que tal situación supondría, pues hasta a un Einstein se le puede agotar el caudal de ideas brillantes por muchos años que viva, y pocas cosas se pueden hacer sin la sinergia de nuevas ideas y descubrimientos que tal vez nunca lleguen si no nace la persona adecuada.



Los Votos de los Excedentes.

Juro servir, cumplir con mi deber,

con mi formación a los legales complacer.

Con la deshonra del Excedente juro cargar

y por lo mismo a la Naturaleza pagar.

Juro que escucharé, no hablaré,

cuando me sienta débil, me fortaleceré.

Trabajaré, lo juro, y más que nada

serviré al Estado si me llama.



Citas/moralejas:

Para entender el verdadero alcance de la idea planteada:

* Página 252: "...debemos vivir el momento, porque no estaremos aquí siempre, aunque en cualquier caso tampoco querría, porque cuando sabes que algo tiene fin lo aprecias más y saboreas todos y cada uno de los instantes."

* Página 253: "Pues nadie necesita vivir para siempre, y creo que a veces se abusa de la hospitalidad."

Una idea compartida con la autora:

* Página 55: "La mera idea de que estuviese permitido leer historias que no tuvieran nada que ver con el propósito de convertir al lector en un ser más útil resultaba fascinante a Anna."

Leer por el simple placer de hacerlo, y no por afán de adquirir nuevos conocimientos. Se puede ser un gran lector sin ser 'culto' de la forma en la que algunos definen tal concepto, o, en todo caso, sin ser un erudito. A veces uno simplemente lee porque le distrae, le divierte, le gusta, sin mayor pretensión y, en efecto, la lectura resulta en esos casos fascinante. Aunque, por supuesto, toda lectura acaba siendo cultura, siempre que, como mínimo, goce de la tan deseada corrección en su edición...

Otras obras de la autora: "La Declaración" es la primera novela de Gemma Malley, que cuenta ya con una segunda parte aún no publicada en nuestro país bajo el título de 'The Resistance', en la que se ahonda en la verdadera naturaleza del milagroso fármaco que detiene el envejecimiento y en la que es de esperar (y desear) que el desaprovechado Peter adopte un papel protagonista, puesto que es él el que se infiltra en los laboratorios fabricantes del misterioso producto.

Te gustará si te gusta... "Traición", de Scott Westerfeld. En efecto, hay muchos puntos de encuentro entre ambas historias, desde la perfección de un mundo idealizado en el que las cosas no son lo que parecen, pasando por el despertar a la verdadera naturaleza de la realidad que la rodea de una protagonista a la que el condicionamiento convierte en una criatura ingenua o la aparición de un chico rebelde (supuestamente irresistible) que contribuye al cambio de visión de nuestra confundida chica. De hecho, a mí ninguno de los dos me convence al 100%, pero tienen potencial y, desde luego, son probado alimento para la imaginación romántica y aventurera de muchas adolescentes de nuestro tiempo.


Otros paralelismos:



*
Por la naturaleza de los protagonistas y las relaciones entre ellos (y hablamos de alguien más que de Anna y Peter), la historia puede llegar a evocar momentos de la trilogía de Phillip Pullman 'La Materia Oscura', formada por "Luces del Norte" (aunque en la adaptación a la gran pantalla le cambiaron el título por el de "La Brújula Dorada"), "La Daga" y "El Catalejo Lacado". También, porque no, por los esfuerzos de los poderosos en privar a los ciudadanos de un conocimiento que puede poner en peligro el cacareado statu quo...

Aunque tengo que decir, sin el menor asomo de duda, que esta trilogía resulta mucho más rica y fascinante en todos sus aspectos, pues combina a la perfección el género de aventuras con la fantasía y las ideas filosóficas interesantes.


* Por ambientación y la necesidad de la huida, amores súbitos y simplistas entre adolescentes y una carencia indefinible que impide que se convierta en algo para el recuerdo: "Invocación", de Kelley Armstrong, otra primera parte de una serie JR.


* Y, siendo exagerada, quizá podríamos llegar a decir que "La Declaración" es una versión para jóvenes de "Hijos de los Hombres", más conocida probablemente por la versión cinematográfica que Alfonso Cuarón hizo de esta historia que en su origen fue escrita por la mismísima P.D. James, reconocida autora de novela policíaca.


Reconocimiento a una editorial.

No quería acabar esta reseña sin reconocer el aprecio que siento por la editorial Salamandra, que en gran medida se deriva de algo tan sencillo como lo es el hecho de que fuera la artífice de la publicación de la serie de 'Harry Potter' en nuestro país: ¡qué grandes momentos de lectura y también de espera! Probablemente, uno de los mayores fenómenos editoriales de todos los tiempos, con auténticas fiestas en sus eventos de lanzamiento que hicieron vivir la magia a muchos niños y no tan niños y que, sin duda, consiguieron potenciar la lectura entre una generación.

El hecho de que publiquen libros como "La Declaración", "El Castillo Soñado" de Dodie Smith o las obras de Marianne Curley es una buena muestra de cual es su filosofía: libros con contenido más allá de la simple aventura, sin caer en modas ni en lo fácil. ¡Gracias!____________________________________________________________

Proximamente, un 2x1: "El Cocinero del Dux", de Elle Newmark y "Hermosa Oscuridad", de Kami García y Margaret Stohl.

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