Vuelve el hombre
Título: "Una Batalla Ganada"
Autor: S. Thomas Russell.
Editorial: Salamandra.
Año: 2010.
Páginas: 472
Género: Novela histórica/Aventuras navales (Armada Real británica, invierno de 1793).
Frase promocional: "Los fans de Patrick O'Brian y de las aventuras navales disfrutarán de esta primera novela de Russell". -Library Journal, acerca de Bajo bandera enemiga.
Sinopsis:
Cuestionada su fidelidad a la Corona británica por tener madre francesa y católica, el joven Charles Hayden está obligado a batirse en dos frentes al mismo tiempo: el de batalla contra el acérrimo enemigo galo, y el de retaguardia contra las intrigas que diseminan sus adversarios en el Almirantazgo.
Estamos en el invierno de 1793. El rey de Francia ha sido guillotinado, el país ha declarado la guerra a Inglaterra, Holanda y España, y las ejecuciones se multiplican como parte de la política de terror de Robespierre. Ante tal amenaza, los partidarios de la monarquía han abierto la ciudad mediterránea de Tolón a los ingleses, comandados por el lord almirante Hood. Cuando éste requiere ayuda a Londres, el capitán Hayden deberá asumir el mando de la fragata Themis y partir rumbo al Mediterráneo para entregar la embarcación al almirante. Sin embargo, en el puerto francés le espera una nueva orden: navegar hacia Córcega con la misión de ayudar a sus habitantes en la lucha por la independencia. Así pues, Hayden se encuentra una vez más en la avanzadilla del brutal enfrentamiento entre los dos imperios, por lo que deberá explotar al límite su capacidad militar y su valor para proteger a sus hombres de todos los peligros imaginables.
Igual que en "Bajo Bandera Enemiga", su primera novela, S. Thomas Russell —reconocido heredero de Patrick O’Brian, C. S. Forester y Bernard Cornwell, los maestros del género— describe con lirismo la vida en el mar e insufla vida a los turbulentos acontecimientos de una época histórica decisiva.
Puntuación: 4,5/5
"A excepción de una batalla perdida, no hay nada más triste que una batalla ganada." -Arthur Wellesley, duque de Wellington.
Como dice el dicho que dicen que dijo aquel: "Pedid, y se os dará". Y no: no es que de repente me haya puesto bíblica, aunque bien cierto es que la religión es un tema que se toca en esta nueva entrega de las aventuras del capitán (que no lo es) Charles Saunders Hayden, por más que tampoco se entre demasiado en materia. Lo digo porque, aunque no siempre funciona la táctica del pedigüeño (por más que pido trabajo, no hay manera... pero, como siempre, mejor dejar según que temas), algunas veces surte efecto; y si ya decía en su momento que habría que hacer la petición de este "Una Batalla Ganada" a la biblioteca, para poder seguir disfrutando de esta nueva y grandiosa serie dedicada a las aventuras navales, aquí estamos otra vez, con la misión y el deseo cumplidos.
Pedimos y se nos hizo caso; y, así, apenas un mes después de la entrada dedicada en este blog a "Bajo Bandera Enemiga", a la cual por fuerza he de remitir a cualquier lector interesado para algunas de las secciones habituales de este blog ("Te gustará si te gusta..." y "Otras obras del autor", por descontado, pero también para otros desvaríos relativos a este apasionante subgénero de la literatura histórica que son las aventuras navales de los insignes hombres de la Armada), vuelve a visitarnos con gran placer por nuestra (mi) parte el señor Hayden, así como tantos otros personajes inolvidables que hicieron las delicias del lector amante del género en la primera entrega, a bordo de la 'Themis'.
Evidentemente, tratándose de una segunda parte la pregunta de rigor surge de la comparación, por más odiosas que se diga que éstas son. ¿Es mejor la primera parte o la segunda? O, mejor dicho: ¿está la segunda parte a la altura de la primera? No hay más que fijarse en la puntuación otorgada pero, por si a alguien no le ha quedado claro, la respuesta es: por supuesto. "Una Batalla Ganada" retoma personajes y situaciones donde los habíamos dejado, apenas unas semanas después de los sucesos acaecidos en la primera parte y con el mismo espíritu aventurero que caracterizaba a aquella, pero sin que falten tampoco los conflictos de naturaleza moral.
Uno de los mayores aciertos de la serie creada por S. Thomas Russell reside, precisamente, en la naturaleza y caracterización de sus personajes, en cuya psicología se sigue profundizando en esta nueva entrega. Así, no sólo conoceremos mejor el carácter de nuestro protagonista, que se sigue revelando como un héroe de carne y hueso, propenso a la ira pero siempre justo, valiente en su voluntad a sobreponerse al miedo, pues suyo ha de ser el ejemplo, y al que la suerte se le muestra esquiva, sino que se nos ofrecen nuevas perspectivas sobre la personalidad de algunos de sus notables compañeros.
El carismático Lord guardiamarina Wickham (que pese a su juventud habrá de ejercer de tercer teniente en funciones), el doctor Griffiths, el teniente de infantería Hawthorne, el tercer teniente (que ahora es segundo, y hasta primero en funciones en algún momento) Archer y el señor Barthe, piloto de derrota, volverán a navegar y servir a bordo de la "Themis", bajo las órdenes del comandante Hayden, en calidad de capitán en funciones, rumbo a Tolón en primera instancia, pasando por Gibraltar, para acabar llegando hasta Córcega, cuya lucha por la independencia contra las franceses constituye un punto fundamental en los sucesos narrados en esta novela, especialmente en su segunda parte.
Evidentemente, y como no podía ser de otra forma, la travesía no será fácil: tormentas, batallas, epidemias, hundimientos; superiores con una mala opinión de nuestro querido capitán que no le pondrán las cosas fáciles, el mando de un convoy que algunos le discutirán, y tensiones constantes por uno u otro motivo: con la Iglesia y uno de sus doctores reverendos, a cuenta de las supersticiones convertidas en tradición; con el Ejército, en una rivalidad legendaria entre casacas rojas y azules de la que la Armada se tomará digna revancha poniendo su orgullo en juego (épica hazaña la de subir los cañones a lo alto de la colina corsa, basada en hechos reales); siempre con algunos de sus colegas y superiores, que le juzgan por lo acontecido con la "Themis" y su anterior capitán en "Bajo Bandera Enemiga", y cuya fama parece haberse extendido en sus mentes a toda la tripulación.
Cabras corsas en la colina por la que subieron los cañones Hayden y compañía... que de colina tiene más bien poco, de tan escarpada como es.
Y es que si algo caracteriza a Charles Hayden, y lo distingue de ese otro grande de la literatura naval con el que sin duda se le compara y se le seguirá comparando, Jack 'el Afortunado' Aubrey, es que su carrera en la Armada está llena de obstáculos, que le harán muy difícil obtener la justa recompensa a sus esfuerzos y talento; y por cada pequeño golpe de suerte, nuestro héroe se encuentra con dos o tres reveses a los que plantar cara; aunque no siempre buena, pues si Hayden es dado a la ira, desde luego hay que reconocer que motivos no le faltan. Así pues, sus aventuras no dejan de ser la persecución incansable de un ascenso, por más que el título de capitán de navío se le seguirá resistiendo, si bien a lo largo de toda esta novela se le concede el título de capitán... en funciones. Que a nadie le extrañe que se nos frustre.
Personajes y sucesos históricos.
Con clara vocación histórica, si bien S. Thomas Russell no repara mientes en reconocer que él es novelista ante todo, y por lo mismo a veces es necesario sacrificar la rigurosidad a la agilidad en lo narrativo, "Una Batalla Ganada" está repleta, si cabe en mayor medida que su antecesora, de personajes y sucesos que hunden sus raíces en un pasado real y documentado.
Napoléon y Nelson pasarán como una brisa suave por estas páginas, nombres que apenas anticipan el futuro que les aguarda; Pasquale Paoli, el líder de la independencia corsa, se reencarnará en carne y hueso ante nuestros ojos, si bien el suyo es un papel relativamente secundario pero no por ello menos carismático, incluso a pesar de su fragilidad de hombre casi septuagenario que ha luchado tanto como vivido; y el General Dundas personificará en las altas esferas la ya mencionada rivalidad entre Ejército y Armada, de la que sus continuas dudas en la versión de Russell no le harán salir demasiado bien parado ante los ojos del lector.
El Mayor Kochler seguirá los pasos del General en sus prejuicios, convirtiéndose en claro antagonista de Hayden, si bien el autor dejará que se redima con un oportuno cambio de opinión tras la hazaña de los cañones, del mismo modo que no se niega en ningún momento su valía y profesionalidad; después de todo, como el mismo S. Thomas Russell reconoce, su ojeriza es una licencia literaria utilizada para mostrar una rivalidad legendaria, que en nada se corresponde con la figura histórica.
Sirve el mayor a las órdenes del Teniente Coronel John Moore, probablemente el personaje histórico más relevante de "Una Batalla Ganada", por cuanto todo apunta a que es muy posible que su camino vuelva a cruzarse con el de Charles Hayden en el futuro, de seguir por buen rumbo las aventuras de este de manos de Russell. Es curioso pensar que el nuevo amigo de nuestro protagonista, pues sin duda la relación entre ellos es más que simplemente cordial, tiene su tumba en el Jardín San Carlos de La Coruña, al haber muerto en la batalla de Elviña, en plena Guerra de Independencia, en 1809; y es que, ciertamente, Moore fue un gran soldado y militar, por más que en la época que se retrata en la novela su carrera estuviese poco menos que empezando... (Es un decir, puesto que en 1793, con 32 años, el Teniente Coronel ya llevaba diecisiete años en el Ejército británico, había participado en la Guerra de Indenpendencia de los Estados Unidos y ejercido como Parlamentario durante seis años).
Dice Russell de Moore que era éste un personaje tan perfecto, según lo relatado por todas las fuentes históricas disponibles, que es todo un reto para cualquier escritor utilizarlo en su obra, tan grande es el riesgo de que la perfección acabe transmutándose en arquetipo falto de humanidad. Educado, apuesto, de buena figura, con gran don para las lenguas; arrojado y valiente en el combate, y tan gran soldado como estratega, siendo de trato fácil para los que contaban con su estima, aunque no tanto para aquellos que se le cruzaban... en lo cual hay que decir que se parece un tanto a nuestro protagonista. En esta novela aparece retratado como uno de los más tolerantes exponentes del Ejército en su actitud para con la Armada (según se nos cuenta porque uno de sus hermanos servía en el mar por aquel entonces, donde, de hecho, llegaría a ser Almirante... Y, aún diría más, estoy casi segura de recordarlo como personaje literario al mando del "HMS Indefatigable" en las novelas de O'Brian).
Nuevas aventuras, nuevos personajes.
Pero, por supuesto, no sólo de la Historia se nutre S. Thomas Russell en esta novela a la hora de crear nuevos personajes: algunos surgen única y exclusivamente de su imaginación, si bien siempre inspirados en los tipos característicos del lugar, la época y el contexto... y más de uno parece llamado a convertirse en algo más que personaje de paso.
Así, conocemos con gran placer en "Una Batalla Ganada" al joven guardiamarina Gould, causa involuntaria de algún que otro conflicto a bordo por su condición de hijo de padre judío, por más que en todo momento se asegura que ha renunciado a esta fe en favor de la de su madre, ya que de otro modo no se le consentiría formar parte de la Real Armada Británica. Joven bisoño pero inteligente y sin duda voluntarioso, demostrará su valía, arrojo y buen corazón peripecia tras peripecia, tan pronto haciéndose cargo de los enfermos durante la epidemia como demostrando un valor no exento de remordimiento cuando de lanzarse a la batalla y cobrarse vidas se trata.
El reverendo Smosh, por su parte, pasará de ser simple pasajero al inicio de la travesía para convertirse en clérigo residente de la "Themis" al final de la historia. Un hombre de Iglesia perfectamente consciente de la realidad material del mundo eclesiástico, con cierta tendencia a excederse con el alcohol, pero en todo momento capaz de dar muestra de su agudo ingenio, que en ocasiones roza lo cínico de tan pragmático como resulta. Tosco en las formas, pero sutil en el fondo, se revela como un personaje tan cómico como interesante, cargado de buenas intenciones y mucho más respetuoso que el otro doctor de la Iglesia que lo acompaña al principio de la historia: el conflictivo, estirado e intransigente reverendo Worthing, sin duda uno de los personajes más antipáticos de la novela, que dará lugar a un buen número de enfrentamientos y altercados hasta que nuestros amigos consigan librarse de él.
En cuanto a los nuevos oficiales con los que contará Hayden al mando de la "Themis", lo cierto es que la situación es más cambiante, y ni siquiera estoy segura de quiénes son los que ejercen como tenientes bajo sus órdenes al final de "Una Batalla Ganada" cuando, una vez más, la tripulación tenga que hacerse a la mar para cumplir con una nueva misión; pues, en efecto, y como viene siendo habitual en esta clase de series literarias, a menudo el final de una entrega no es sino el anticipo de lo que acaecerá en la siguiente. Y a tal respecto hay que decir que uno no puede menos que desear que Russell se de prisa con su escritura, pues el final de esta novela deja a su protagonista sumido en más de un brete y siempre a la expectativa. No tanto como un 'cliffhanger', que dicen los ingleses, pero casi...
En cualquier caso, y dejando a un lado a Archer y sus subidas y bajadas por el escalafón de mando, en esta novela se sigue haciendo hincapié en la disparidad de tipos que se podían encontrar en la Armada. Así pues, al principio de la travesía el primer teniente es Caspian Saint-Dennis: un joven pagado de sí mismo convencido de que su anterior capitán se lo llevará consigo a puestos mejores, pero cuyas esperanzas resultan infundadas; pero que resultará ser al menos un oficial competente, para revelarse al final de su paso por el "Themis" como un hombre mucho más noble de lo que todos imaginaban, aunque tal vez algo tenga que ver con ello su flirteo con la muerte durante la epidemia.
Para sustituirle, el lord almirante Hood le cederá a un Hayden que llegará a preguntarse por las intenciones del que en principio es uno de sus pocos valedores en la Armada, al teniente William Albert Ransom: miembro de una familia venida a menos, aparentemente simpático, jovial y un tanto inocente, pero que demostrará estar más impulsado por motivos materiales y pecunarios que por otra cosa, naciendo su interés por formar parte de la tripulación de la "Themis" por la supuesta fama de su nuevo capitán de conseguir presas abundantes.
Sin duda, seguiremos conociendo de la vida y milagros de gran parte de estos personajes, como sin duda lo haremos, y con ganas, de las de Hayden y Wickham, el doctor Griffiths y Hawthorne, o el más prosaico Barthe: todos ellos tan grandes tipos como personajes.
Emoción a raudales... y un interludio:
* Explosión (pág. 102 y ss.).
* Hundimiento (pág. 202 y ss.).
* Interludio cómico: golf en Gibraltar (pág. 224 y ss.).
Palabra de Smosh...
* "No hay mercancía que disfrute de menor demanda que la honestidad." (Pág. 56)
* "Los clérigos, del primero al último, tenemos alma de mercader. (...) Y una Iglesia, a pesar de su manifiesto y demostrable valor, no es más que un negocio. Nuestros "bienes" son el solaz y la salvación, productos excelentes, ¿quién podría negarlo?, y con los diezmos y los beneficios erigimos iglesias y catedrales. El crecimiento de nuestro negocio constituye nuestro propósito declarado. No sorprende que lo consideremos un puesto, en lugar de una bendición, puede incluso que un deber." (Pág. 134)
Más aventuras navales.
Del mismo modo que en la reseña dedicada a la primera parte de esta serie, "Bajo Bandera Enemiga", fue inevitable a hacer referencia a dos grandes personajes de la literatura de género naval, como son Jack Aubrey y Horatio Hornblower, buena ocasión es ésta para hacer alguna recomendación más de novelas del género, siempre a la espera de poder disfrutar de nuevas aventuras de Hayden, puesto que nos será imposible hacerlo de los otros dos.
* Y lo cierto es que la primera recomendación no sé hasta que punto puede merecer tal nombre, puesto que no soy consciente de haber leído ninguna de las treinta novelas que componen hasta el momento la serie de Bolitho de Alexander Kent, pseudónimo de Douglas Reeman, y que se centran en las carreras militares en la Armada Real Británica de Richard Bolitho y su sobrino y heredero Adam Bolitho, que tomará el relevo como personaje principal de la serie a la muerte de su tío, desde la época de la Revolución Americana hasta pasada la Era Napoleónica, estando la última novela de la serie, publicada en este mismo año 2011, ambientada en el año 1819.
Pero, antes de su muerte, todo parece apuntar a que Richard Bolitho tendrá una exitosa y dilatada carrera en la Marina, a pesar de ser considerado por sus compañeros oficiales como un tanto ingenuo en los aspectos tácticos, osado en exceso en ocasiones, mientras que no excesivamente preocupado por las convenciones sociales o por su carrera política; si bien sus ascensos estarán justificados en su capacidad para obtener victorias cruciales en circunstancias aparentemente imposibles de superar. Un parangón de decencia y humanidad para con los hombres a su cargo, los cuales le bautizarán con el apodo de 'Equality Dick' (Igualdad Dick)... y unas aventuras en las que no faltará el romance tampoco, incluyendo más de una boda y alguna amante que otra.
* Otro ejemplo más de novela de aventuras navales, aceptable aunque tampoco especialmente memorable, todo sea dicho, es "Un Premio Para Matthew", de Marcus Palliser. En esta ocasión la historia no se ambienta en la Armada Real Británica, sino en la Inglaterra de finales del siglo XVII, y nos cuenta la historia del joven Matthew Stalbone, que ansía lanzarse a la mar al mando de su propio velero, pero como huérfano tiene pocas expectativas de que su deseo se cumpla. Su albacea testamentario, un tipo codicioso, había persuadido al padre para que empeñase el "Prosperous Anne" un transporte de carbón del que era propietario, por lo que el joven se verá obligado a embarcarse en busca de un futuro, solamente para arriesgar su vida para salvar las de otros y terminando en un mercante holandés camino de las Indias... todo ello para acabar flirteando con la piratería.
Primera parte de una trilogía, según parece, aunque estoy casi segura de que en España sólo está disponible ésta... y que, hablando de piratas, me viene al pelo para insistir una vez más en la diferencia que existe entre las novelas dedicadas a las aventuras navales en la Armada Real y las historias de piratas propiamente dichas: algo así como comparar churras con merinas, que por más que unos y otros tengan su código de honor, poco tiene que ver la disciplina que caracteriza a los miembros de la primera, siempre fieles a las normas y que no dejan de ser militares, con los desmanes y anarquía relativa de los segundos. De hecho, por haber hay hasta punto medio: los corsarios y sus patentes, obtenidas en tiempo de guerra del gobierno, y en las que se autorizaba a estos navegantes a capturar y saquear el tráfico mercante de las naciones enemigas.
Lo dicho: un subgénero completamente aparte, que merecería, y seguramente en otra ocasión tendrá, todo un apartado propio, pues no faltan las obras interesantes sobre este tema. Eso sí: para no dejar a nadie con mal sabor de boca, vaya de antemano y para finalizar la recomendación de "El Vigía" de James L. Nelson, de la que el propio Patrick O'Brian dijo: "Hay pocos placeres equiparables a la lectura de una novela que sabe convertir un mundo que no es nuestro en un escenario perfectamente reconocible, en este caso las colonias americanas a principios de siglo XVIII. La satisfacción es aún mayor cuando el escritor es un maestro tanto del género como de la lengua inglesa."
Una historia en la que el ex-pirata Thomas Marlowe consigue ser elegido por el gobernador de la colonia de Virginia, artimaña de por medio, como capitán del barco escolta, el "Plymotuh Prize". Su Misión: repeler a la horda de piratas que se autodenomina "La Hermandad de la Costa", que atacan los buques mercantes para quedarse con sus riquezas. Pero el pirata que dirige esta hermandad no es ni más ni menos que uno de los más sanguinarios que han existido, el capitán Jean-Pierre LeRois, ex jefe de Marlowe, al que este habia vencido por pura suerte en un enfrentamiento y que creía muerto; dicho sea de paso, el único al que Marlowe teme con todo su ser. Por si fuera poco, el recién elegido protector de la colonia, deberá enfrentarse con la familia más acaudalada de Virginia, los Wilkinson, pues mató a uno de los hijos en un duelo de honor por una mujer...
Una buena historia en una buena novela, con aventuras y entretenimiento del bueno garantizados.
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Proximamente: "Antes de Morirme", de Jenny Downham.
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